El Teatro Xola Julio Prieto fue uno de los últimos recintos que abrió sus puertas tras los momentos más álgidos en la pandemia, debido a su cercanía con el Hospital General Regional 1, sin embargo, logró atraer al público ávido de propuestas que lo hicieran reír.
Al respecto, platicamos con la productora y operadora del recinto, Rebeca Moreno, quien hace un balance de lo que vivió este recinto durante el 2022.
“Fue un poco como comenzar de cero en muchos aspectos, por ejemplo, los hábitos de compra cambiaron, antes la gente veía más los periódicos físicos y era muy importante estar en la cartelera física, hoy en día dejó de serlo, porque la gente se volcó a lo digital y ahora toda la gente compra por internet, por eso ustedes (Cartelera de Teatro) se volvieron un medio y una cartelera muy importante”.
La productora señala que la vuelta del público al teatro fue paulatina y en su mayoría, la búsquedas iban dirigidas a ver obras de comedia.
En ese sentido, expresa: “La gente venía con las emociones a flor de piel al teatro y lo que querían ver, eran cosas que les hicieran reír. Fue una catarsis, después de todo lo duro que fue el año de la pérdida. Yo lo sentía, por ejemplo, en 12 princesas, cuando Campanita decía, todo va a estar bien, yo oía el moqueo y las lágrimas. La gente cuando reía, era una risa que aliviaba”.
Agrega: “Eso me conmovió muchísimo, hasta se me cierra la voz de acordarme, y qué importante es la labor del teatro, porque nunca te das cuenta hasta que ves la contención emocional y lo que puede llegar a reflejar en el público, cuando está viendo algo que le hace sentido y le generas una esperanza cuando termina la función”.
Este subidón de emociones se replicó no sólo en 12 princesas en pugna, también en Un Acto de Dios, protagonizada por Horacio Villalobos, Felices de Lalo España, Niño Perdido de Quecho Muñoz o Busco al hombre de mi vida, donde cada obra más allá de la risa, al final contienen un mensaje de esperanza.
A este respecto, Moreno explica: “Sí nos dimos cuenta que la gente, al menos este año, acudió a ver más obras de comedia, la gente sí estaba buscando estos temas para sacar toda esta contención negativa que traíamos de los años fuertes de la pandemia”.
Agrega: “Para que se dé el milagro del teatro, tiene que juntarse la gente en un lugar a que le cuenten una historia, y tiene que ser algo que les entusiasme, les llene, eso es el teatro, pero, y si esa historia resuena y les da esperanza, ya estás del otro lado, y si no les da esperanza y no les da reflexión, pero al menos, ríen, ¡qué más podemos pedir!
Asimismo, Moreno indicó que, a veces, a los productores se les olvida que el teatro es un negocio, por lo cual, ella es más prudente con sus producciones, pues desea que se mantengan no sólo 2 meses en taquilla, sino que tengan temporadas más longevas que puedan brindar trabajo continuo desde los actores, hasta el equipo creativo y técnico.
“Con los nuevos modelos que hay de Efiteatro, donde vas con la producción pagada, es muy fácil enfocarte en la parte de creación, una vez que se abre el telón, la puedes repetir durante años como 12 princesas, después de esos meses, la obra se repite durante 11 años. A veces estas convocatorias están enfocadas a la parte de creación y solamente dan 24 funciones”.
Añade: “Yo como productora estoy enfocada en seguir con la continuidad, porque de eso dependen fuentes de trabajo,por sobre todo, y de seguir dando un mensaje a la gente, como en Niño Perdido que lleva más de 5 años. Como productora comercial, yo no puedo abrir el telón, sin tener la seguridad de que tengo cubiertos 2 meses en taquilla, mi intención no es sólo dar 24 funciones, es continuar para que sea un proyecto sólido y con muchos beneficios a largo plazo”.
Finalmente, Rebeca Moreno compartió que el recinto seguirá apostando por las propuestas de comedia y adelantó que para el segundo semestre del 2023, podremos esperar un nuevo estreno en el Xola.
Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía Rebeca Moreno
