La directora y traductora Violeta Sarmiento sube a escena el montaje Pequeña Bruja, texto escrito por el dramaturgo canadiense Pascal Brullemans, que explora nuestros miedos y nos lleva a conocer habilidades que nunca creímos tener.

La obra que comenzó su temporada el pasado 14 de mayo, llega a nuestro país de la mano de Sarmiento, quien conoció el texto en 2018 cuando fue invitada a participar en el encuentro Dramaturgies en Dialogue, que invita a conocer las nuevas dramaturgias que hay en Quebec.

Al respecto, la también actriz señala: “ (Durante el encuentro) conocí este texto y conocí a este autor por otros textos, y dije, este autor me gusta, me dieron un bonche de libros y entre ellos estaba Petite sorcière (Pequeña Bruja), que me cautivó, precisamente, por esta oscuridad que implica un texto para las infancias”.

La creadora comparte que no fue un camino fácil llevar la obra a escena, y que antes de pensar en su escenificación se acercó con amigas y les presentó su traducción a sus hijos, y posteriormente lo llevó ante un pequeño grupo escolar de niños entre 8-9 años, donde la obra pasó la prueba de fuego y se animó a producirla.

Después del grupo de prueba organicé una lectura dramatizada para aterrizarla y desde ahí empecé a convocar el elenco, yo tenía muy claro a quienes me imaginaba, Xóchitl y Paulina, ellas fueron mis alumnas en el CUT, y en otro personaje pensé en un compañero de carrera también del CUT”.

Agrega: “Algo que yo buscaba con el elenco es que fueran interdisciplinarios, es decir, que sean actores, pero que también tengan entrenamiento en danza, es muy importante para mí que un actor esté en contacto con su cuerpo y el canto, es lo que busco que tengan estas tres áreas. La única que ha cambiado es la Bruja Mayor, cambiamos de actriz y entró Mariana Gajá, porque este elenco está conformado desde 2019 ”.

Sarmiento apunta que la protagonista tiene pocos textos en escena, y es ahí donde visualizó agregar el Lenguaje de Señas, así como la danza odissi y llegar así a otros públicos con distintas formas de expresión, más allá de la oralidad.

En ese sentido, la directora afirma: “Tengo debilidad por la expresión en distintos lenguajes, la música, la danza. Desde que empezamos con la lectura dramatizada, me acerqué a nuestro equipo de intérpretes, traductores de Lengua de Señas y tuvimos un taller introductorio al uso de la Lengua de Señas”.

Añade: “Después vino la pandemia, se supone que el proyecto se presentaría en 2020, y fue un momento para seguir profundizando, y me vino a la mente fusionar la Lengua de Señas con la danza odissi. Llegué con la maestra Sak Nikté Romero, bailarina y coreógrafa de esta técnica, y me di cuenta que la LSM va muy de la mano con la danza”.

Pequeña Bruja cuenta la historia de una niña introvertida que, tras perder a su madre y caer en las manos de su enemigo el ogro, deberá negociar su libertad y creer en ella misma para salir avante ante las peores circunstancias.

De acuerdo con la traductora, el eje central de la obra es el empoderamiento de las infancias, pero también aborda temas como la conformación de la identidad, la determinación, así como los valores que los padres inculcan en sus hijos para sobrevivir en el mundo.

Finalmente, la creadora comparte: “Para mí es muy importante tener una historia que contar, más allá de que sabemos que México es un país de grandes actores y actrices, eso lo vemos en escena, pero las historias para mí es muy importante contar una historia de principio a fin”.

Pequeña Bruja se presenta sábados y domingos hasta el 3 de julio en el Teatro del Bosque Julio Castillo del CCB, ubicado en Paseo de la Reforma s/n esq. Campo Marte, Col. Chapultepec Polanco, consulta horarios y precios, aquí.

Por Itaí Cruz, Fotos: Cortesía SANAHE

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