Por Itaí Cruz, Foto: Shutterstock / Hoy en día, el teatro en México ya sea comercial o institucional nos ofrece una amplia gama de temáticas y dirigido a diversos públicos, sin embargo, la historia del teatro en nuestro país viene desde los tiempos prehispánicos.

En este mes celebramos nos sólo a la patria, también al teatro mexicano, por ello te contamos cómo ha transcurrido su historia.

En la época prehispánica, el teatro data de los ritos ancestrales cuando se agregó al canto y la danza, la adoración a los dioses a través de las representaciones, que contaban las leyendas y mitos de los dioses mexicanos, que ya no sólo pertenecían a la tradición oral.

Más tarde, con la llegada de los españoles los misioneros se valieron del teatro para llevar a cabo la evangelización de los pueblos, debido a los problemas de comunicación. Así nacieron las tradicionales pastorelas. Incluso llegó a utilizarse como una oportunidad para hacer nombramientos de virreyes, celebraciones civiles o religiosas que eran acompañadas de autos sacramentales, entremeses y pasos.

Durante la Guerra de Independencia, había un creciente interés por el teatro, era común encontrar lecturas de obras nacionales y extranjeras. El mismo Miguel Hidalgo, tradujo el Tartufo de Moliére.

Tras la caída del Imperio de Maximiliano de Habsburgo, se inauguró el Teatro de los Autores (1873), el cual buscaba promover obras nacionales, así como el Teatro del Conservatorio (1824), cuyo propósito era la formación sistematizada de actores, que tiempo después dio paso a la Sociedad de Autores de Teatro (1902).

El teatro mexicano tuvo un gran progreso en la construcción de teatros, al estilo francés, durante la dictadura de Porfirio Díaz, muestra de ello es el comienzo de la edificación del Palacio de Bellas Artes (1904) que tuvo que posponerse debido al estallido de la Revolución.

Después del triunfo de la Revolución, los creadores se dedicaron a enaltecer las tradiciones del pueblo mexicano, durante esa época surgió el “género chico”, que se convirtió en un gran éxito, ya que, a través del juego cómico y la sátira política, mostraba a personajes tan cotidianos como lo eran los mismos espectadores.

A partir del siglo XIX, el teatro tuvo una gran relevancia en la vida cultural nacional, que llevó al surgimiento de las instituciones como la Compañía del Ayuntamiento de la Ciudad de México (1923); la Asociación Nacional de Actores (ANDA, 1934); la Unión de Cronistas de Teatro y Música (1942); el Instituto Nacional de Bellas Artes (Hoy INBAL,1946); la Compañía Nacional de Teatro (1972); Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (Citru, 1981).

Nombres como Luisa Josefina Hernández, Emilio Carballido, Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia, Héctor Mendoza, Luis de Tavira, Julio Castillo, Juan José Gurrola, Luis Basurto, Héctor Azar y Vicente Leñero, representaron el esplendor del nuevo ciclo del teatro mexicano.

Sin duda, el teatro es un arte que está en constante cambio y que se ha renovado a la par de la situación que vive nuestro país, muestra de ello son las historias que presenta actualmente la dramaturgia actual nacional.

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