Por Arantxa Castillo y Fotos Cortesía Producción/ La política, la amistad, el poder y la ambición componen el universo escénico de Dignidad, obra del dramaturgo español Ignasi Vidal, que nos lleva a las oficinas de un partido político, en el que dos amigos comienzan una charla que acabará por destapar ambiciones que podrían poner en riesgo su relación de amistad.
La puesta en escena que protagoniza Kerim Martínez y Rafael Pineda, bajo la dirección de Sebastián Sánchez Amunátegui, llega al Café koz Foro Cultural el próximo 8 de febrero. Sobre esta obra, el actor, productor y dramaturgo Kerim Martínez nos platicó en entrevista.
“Es una obra que trata sobre la amistad. Francisco es un líder político y Alejandro es su mano derecha. Son dos grandes amigos que llevan juntos en la política desde que eran unos veinteañeros, ahora tienen cuarenta y tantos. Ellos han vivido de todo, pero la obra nos habla de si la amistad podría corromperse por cuestiones de poder”, comentó Kerim Martínez.
El actor de La piedra Oscura (ganadora a Mejor Dramaturgia en los Premios Cartelera 2017) nos cuenta que lo más difícil de dar vida a su personaje Francisco, fue interesarse por el tema de la política.
“Nunca había hecho una obra de política contemporánea. El reto fue lograr que me atraparan estos temas, y más ahora que la gente se ha vuelto muy radical con sus posturas, el país está muy dividido por sus puntos de vista. Me ha movido el piso, descubrir que sí tengo una postura política, pero la oculto. Ahora el teatro me está ayudando a definir mis ideología”, expresó.
La puesta en escena se presentará en un foro pequeño, que permitirá al público vivir una experiencia teatral voyerista al estar tan cerca de este par de amigos que comparten tragos de whisky, ambiciones, miedos e ilusiones.
“Es un foro muy pequeñito de 37 butacas. Esto le ayuda mucho al montaje, por tener al público tan cerca. Dignidad es un rato de intimidad y voyerismo, de meternos a una oficina de gobierno en el que el público puede ver qué sucede entre los tejes y manejes”, comentó Kerim.
Finalizó: “Tiene este tono íntimo de una charla cotidiana y amigable que se da al terminar la jornada laboral. Cada uno a punto de irse a casa, se toman un whisky de forma casual, y lo que inicia como un charla amistosa se vuelve un encuentro muy tenso entre estos dos amigos”.
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