Por Mariana Mijares, Fotos: Francisco Bravo/Mago y Stella son dos gemelas que, aunque nacieron el mismo día, tienen algunas diferencias: Stella es delgada, femenina y quiere ser actriz; Mango es gordita y le encanta el futbol. Mago suele ser molestada por su apariencia, pero su hermana siempre está ahí para defenderla, por eso cuando Stella se pierde, Mago y su madre harán todo para intentar encontrarla.

Corazón Gordito, escrita por el dramaturgo mexicano Saúl Enríquez y dirigida por Angélica Rogel, resulta una obra propositiva y tierna que nos recuerda que no estamos solos; que la familia, o alguien cercano, siempre estará para apoyarnos; y más, en situaciones de crisis.

Angélica Rogel nos habla sobre el mensaje de esta obra, además de su reciente trabajo como directora de Titus, de William Shakespeare, que se presenta de jueves a domingo en el Teatro Helénico.

¿Qué fue lo primero que te cautivó de Corazón Gordito?

Lo primero que me atrapó fue la relación de una madre soltera con sus hijas, y el reto a eso que llamamos “destino”. La forma en la que el dramaturgo acomoda a estas tres mujeres en una serie de acontecimientos que las destinarían al fracaso, y cómo ellas juegan en contra de ese destino gracias a la fuerza de su relación.

La obra se enfoca en dos hermanas gemelas ¿Cómo marcaste con ambas actrices las similitudes y diferencias entre ellas?

Primero me interesaron las similitudes, porque ellas en casting ya eran muy diferentes. Esos pequeños gestos que se quedan en nosotras por herencia y convivencia familiar, eso me interesaba. Jugamos a establecer algunas pequeñas similitudes y luego a explorar los detonadores de cada una de ellas.

Mango es gordita y sin embargo parecería no estar acomplejada por ello. ¿Cómo te gustaría que los niños encontraran en Mago alguien seguro que los inspire?

El texto recurre mucho a esto: a no dejar que nada nos detenga. El caso de Mango me parece que puede inspirar a la infancia gracias a que ella encamina todo lo que le molesta de manera positiva. Y lucha por conseguir sus objetivos, más allá de los prejuicios o las críticas.

¿Quién eres? Y ¿qué quieres? Son dos preguntas importantes que genera Mango.

¿Cómo enseñarles a los niños la diferencia entre: ‘acepta tu cuerpo’ y ‘come sano y ten una vida saludable’?

Cada ser humano tiene un cuerpo diferente, no podemos estandarizarlos. La diferencia está en cuando nuestro cuerpo es resultado de una mala alimentación o de hábitos que lo dañan.

La obra incluye un tema importante: el robo a menores y el potencial abuso, ¿qué reflexión te gustaría que se llevaran los padres sobre este tema?

Lo que más me gustaría que sucediera es el diálogo. Que puedan abrir un diálogo con sus hijxs. Si la infancia no conoce el nombre de las cosas, si no les damos nombre a las situaciones de abuso, violencia, acoso; ellos no pueden nombrarlo. En cambio, si lo nombramos y abrimos diálogo, podemos ayudar a muchas niñas y niños.

¿Por qué te gustaría que padres e hijos vieran Corazón Gordito?

Porque es un homenaje a la infancia. Una historia refrescante que nos recuerda que siempre hay alguien que podrá sostenernos; ese alguien puede ser parte de nuestra familia o un amigo o amiga. Lo dice la obra: solo busca tu lugar. Es una puesta con un mensaje esperanzador, que me encantaría se compartiera con muchas personas.

A la par de Corazón Gordito estás trabajando en Titus. ¿Hace cuánto trabajaste en la adaptación y cuál buscabas que fuera el diferenciador de esta versión?

La primera traducción la hice hace casi tres años. Luego trabajé dos adaptaciones y finalmente la tercera adaptación la hice este año, después de escuchar una primera lectura con el elenco.

Al ir trabajando las versiones, me interesó mucho el horror humano y la atrocidad que provoca una venganza. Los actos de fanatismo religioso-político y sus alcances, y la repetición de estas conductas de manera constante. Somos tan constantes en el horror, que Lavinia sigue presente ahora más que antes.

¿Quién o qué es Titus hoy en día? Esa pregunta fue el motor constante.

¿Cómo describirías el proceso de ensayos con un elenco tan grande?

Es una de las mejores experiencias que he tenido y también una de las más agotadoras. Se logró conformar un equipo de trabajo muy sólido (como en Corazón Gordito, pero aquí un poco más grande), y eso enriqueció el montaje en su totalidad.

Tantas voces con un mismo objetivo enriquecen de manera inimaginable.

¿Cuál fue el principal reto para llevar Titus a escena en 2019?

Tratar de crear un montaje casi distópico, sin dejar atrás las figuras poéticas de Shakespeare. No modificar la obra del “bardo de Avon” con frases actuales, sino mantenerla en su esencia, pero buscando su proyección en este siglo. Al final, para mí, el reto es: ¿quién es este autor hoy?

Corazón gordito se presenta hasta el  17 de noviembre  en la Sala Xavier Villurrutia del CCB, mientas que Titus ofrece funciones hasta el 10 de noviembre en el Teatro Helénico.

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