Por Mariana Mijares/ Luis Romano, actor de Guadalajara, Jalisco, se dio a conocer gracias a proyectos televisivos como La fea más bella y Vidas Robadas. Recientemente, sumó a su currículum dos importantes series de televisión: Ingobernable y Sr Ávila.

Hasta hace unas semanas, formó parte del elenco original de Rotterdam, obra que significó mucho para él por ser una de las últimas que se presentarán en el Foro Shakespeare y por los temas que trata: el amor y las personas transgénero. Platicamos con el actor sobre sus últimas experiencias en el teatro y la televisión.

Luis, has estado en importantes proyectos de televisión como Ingobernable y Sr Ávila, ¿qué te dejaron estas series?

Creo que principalmente la oportunidad de trabajar dentro de producciones que cada vez ponen la vara más alta en cuanto a manufactura. Independientemente de si le gustaron al público o no (como Ingobernable, que tuvo muchas opiniones encontradas), creo que el simple hecho de que una plataforma como Netflix le apueste a co-producir una serie netamente mexicana bajo sus estándares, es un gran avance para toda la industria nacional. Lo mismo con Sr. Avila y HBO, además de que tienes la certeza de que estás trabajando con gente super talentosa. En general han sido experiencias muy enriquecedoras en muchos sentidos.

¿Cómo llegaste a Rotterdam?

Tal cual fue mediante un proceso de audición. Me enteré del proyecto (sin conocerlo a fondo realmente), mandé mi material, me citaron e hice la audición.

¿Qué significó Rotterdam en tu carrera?

En lo personal estoy muy orgulloso de haber participado en Rotterdam por lo siguiente: de entrada, por el momento en que esta obra entra en la etapa final del Foro Shakespeare, un lugar con tanta tradición, por el que han pasado tantos actores, tantas obras y que ya está por cerrar. Para mí, y creo que para muchísimos actores, es un orgullo tener en tu currículum una obra en el Shakespeare, y al final es un honor tener la oportunidad de presentarte en un escenario con tanta historia.

Me siento afortunado de que tuve la oportunidad de hacerlo. En segundo lugar, porque Rotterdam es una obra que trata un tema al que en México se le saca mucho la vuelta, y cuando se ha abordado en teatro, se ha hecho la mayoría de las veces desde un lugar muy de burla -no digo que irrespetuosamente-, pero sí muy desde la sátira y la comedia de pastelazo (y ni siquiera se toca a fondo), si acaso comedias de situación donde se habla del trasvestismo, pero el tema de la transexualidad ha sido muy poco abordado, tanto en el teatro como en la sociedad en general. Es un tema en el que hay mucha ignorancia, mucho miedo, y Rotterdam lo aborda a través de una historia de amor bellísima.

¿Por qué es importante que la gente siga yendo al teatro?

Porque en el teatro se representa la naturaleza del ser humano, es una expresión artística que nutre al espíritu. Crea realidades, cuestiona, le abre los ojos a la gente. El teatro nos enseña cómo somos y nos mejora. Me atrevería a decir que es necesario para el alma. Una obra de teatro te puede cambiar la vida.

A ti, ¿qué te ha dado el teatro que no te den el cine o la TV?

Creo que son mundos muy distintos. El nivel de exigencia de una obra es mucho mayor: te obliga a estar mucho más concentrado, presente, conectado con tus compañeros, con el texto… La experiencia es mucho más viva que en un foro, donde si te equivocas, simplemente pueden repetir la toma.

Cuéntanos alguna anécdota que hayas pasado en algún escenario de teatro…

En una de las primeras obras que hice me tenía que desnudar. Y en general no tengo ningún problema con el tema, pero el primer desnudo en un escenario es una cosa distinta. Sobre todo la primera vez que te van a ver tus padres… Creo que cuando me quito la ropa en general no me siento desnudo, pero teniendo a mi mamá enfrente jamás me sentí más encuerado en la vida.

En Rotterdam, ¿Cómo se realizó esta transición hacia un nuevo elenco? ¿Los nuevos actores estuvieron en contacto con ustedes?

No realmente. Yo conozco un poco al actor que hará al nuevo ‘Josh’. Sé que fue a ver la obra. Supongo que yo por ser el primer Josh en español, en México, de alguna manera dejé una huella sobre el camino a seguir para el personaje, para futuros elencos; pero seguramente -y porque al final, es el reto de cualquier actor que entra a sustituir a otro- el director y el nuevo actor verán la manera de crear un nuevo Josh para refrescar la manera en la que juega en esta historia.

¿Cuáles fueron las dificultades para desapegarte de este papel?

Desprenderme del personaje no me ha representado ningún problema, pero a nivel personal me entra la nostalgia de dejar un equipo de trabajo que disfruté tanto. Nos hicimos muy buenos amigos.

¿Lo vas a extrañar?

Por supuesto. Pero también estoy claro de que todos los ciclos se cumplen y era el momento de cambiar de dirección.

¿Cómo consideras que esta obra sobre aceptación y tolerancia puede ayudar o aportar al público que la vea?

Pues de entrada, más allá de todo, es una historia de amor, y siendo una historia de amor, TODOS pueden identificarse de una u otra forma con cualquiera de los personajes independientemente del género al que pertenezcan. Y en ese universo de la historia de amor, y de la crisis de identidad, y de la búsqueda de ser tú mismo, creo que la obra le abre los ojos a las personas sobre lo increíblemente valientes que son las personas transgénero.

Son personas que cada mañana se veían en el espejo y sabían que algo no estaba bien, que no eran ellas mismas. Y tomar la decisión de hacer una transición y enfrentar el mundo exponiéndose a las burlas, maltrato, discriminación, crímenes de odio… es una decisión de valientes. La salida más fácil simplemente sería callar y vivir con lo que le tocó, bajando la mirada y guardando en secreto su verdadera naturaleza; pero no, salen y encaran y eso es algo honesto, valiente y hermoso. Yo aprendí a darles ese lugar porque el tema realmente ni siquiera me llamaba la atención. Es un tema muy complicado y con muchas capas.

¿Cuál fue el comentario más bonito que les dijeron o escribieron mientras estuvieron en Rotterdam?

Pues me tocó ver gente llorando. Y nos tocó ver a chavos y chavas trans a la salida del teatro que se identificaban mucho con el proceso de transición de Fiona/Adrián; con lo doloroso que es para ellos, sus familias y su entorno en general. Gente que agradece que se cuenten estas historias.

¿Qué sigue para ti? ¿Qué proyectos tienes este 2018?

Acabo de empezar a trabajar después de muchos años en Televisa, yo era de los de la lista negra (risas)… Estoy trabajando en la producción de José Alberto Castro echándome un clavado al mágico mundo de las telenovelas. Una historia de abogados (Por Amar sin Ley), creo que es una propuesta interesante.

Síguelo en Twitter: @luisromano1
Fotos: Twitter del actor y cortesía Pint Point

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