Por Gina Fierro/ En cualquier disciplina artística el maestro es una figura fundamental. En las artes escénicas existen grandes maestros, como Konstantín Stanislavski y Lee Strasberg. Entre los nombres destacados que son un referente se encuentran también Anatoli Vassiliev y Krzysztof Warlikowski. Vassiliev es un maestro de teatro y director ruso reconocido en numerosas ocasiones, que en 1987 fundó la Escuela de Arte Dramático, en el cual ha desarrollado un modelo de enseñanza para el teatro descrito como “un modelo único de teatro desde el punto de vista de sus relaciones artísticas, intelectuales, profesionales y éticas del concepto del ‘teatro-laboratorio’ que da la oportunidad de hacer la investigación y experimentación”.
Por otro lado, el polaco Krzysztof Warlikowski, nacido en 1962, quien dirige el Teatr Nowy (New Theatre) en Varsovia ha destacado por su labor como maestro de los escenarios, renovando las formas de representar al autor inglés, William Shakespeare, añadiendo interpretaciones subversivas de las tragedias griegas. Premiado con la Silver Medal for Merit to Culture, Gloria Artis en el 2011 y como Comendador de las Artes y de las Letras en el 2013. Parte de su mensaje del pasado Día Mundial del Teatro fue: “Los verdaderos maestros del teatro son más fáciles de encontrar lejos del escenario. Y por lo general, no tienen interés en el teatro como una máquina para replicar convenciones y la reproducción de clichés. Ellos buscan la fuente pulsante, las corrientes de vida que tienden a pasar por alto salas de espectáculos y la multitud de personas empeñadas en la copia de un mundo u otro”.
Nuestros maestros
Así como los hay fuera del país, también los hay dentro de los escenarios nacionales. Los maestros que han construido el teatro México son más que los que retomamos en el siguiente listado, sin embargo nombraremos algunos de los más representativos.
Héctor Mendoza. Reconocido maestro de las tablas, catedrático y académico que dirigió alrededor de 70 puestas en escena y escribió 40 de ellas. Considerado también precursor del teatro de vanguardia, a quien Sergio Jiménez, uno de sus discípulos describió como ”la punta de lanza de la evolución teatral en México, es un maestro de maestros”.
Juan José Gurrola. Uno de los más apasionados practicantes, pensadores y docentes del arte dramático en México, quien concebía la dramaturgia como una posibilidad de transformar la condición humana, según su propuesta, el teatro consistía en un traslado de un estado a otro en el que, probablemente, el resultado era llegar a una posición onírica.
Ludwik Margules. Director de teatro nacionalizado mexicano que impartió clases de actuación por más de 40 años. “Profundo conocedor del lenguaje escénico; maestro preocupado por la formación del actor; director siempre en busca de la perfección teatral, e intelectual riguroso y sensible”, describe María Tarriba Unger en la revista de la Universidad de México.
Julio Castillo. Considerado una de las figuras más trascendentales de México, quien percibía el teatro más cerca a la improvisación y centrada en las imágenes creadas en la mente del espectador, más que en la ejecución derivada de los guiones.
Y en una innumerable fila de maestros responsables del desarrollo de nuevas tendencias en el teatro nacional a través de la enseñanza de nuevas generaciones, encontramos a Ignacio Retes, Miguel Sabido, Luis de Tavira, Nancy Cárdenas, por mencionar algunos.
Obras que tratan sobre esta noble profesión
La figura del maestro es, por sí sola, fuente de inspiración para el teatro. Entre esas obras que toman como personaje al educador están: Proyecto Chéjov: Vanya, una adaptación de Diego del Río a la obra de Antón Chéjov; La lección, de Eugene Ionesco; El padre pródigo, de Flavio González Mello dirigido por Martín Erazo Perales; El simulacro de Idilio, obra escrita y dirigida por David Gaitán; y El profesor, escrita por Roberto Cossa y protagonizada por Damián Alcázar.
