Dos emociones experimentan los espectadores en el Teatro Libre de Bielorrusia: emoción de ver teatro avant-garde y el miedo de que la policía realice una redada.

El teatro, establecido en una casa deteriorada, es un espacio para la disidencia y la experimentación en el país que se conoce como la última dictadura de Europa, en donde se tratan temas como la opresión política y la homosexualidad. El edificio, en malas condiciones estructurales y con un corroído techo de metal, está situado en medio de una descuidada vegetación. Permite la entrada a una docena de espectadores que se sientan en bancas o en el suelo y los actores están casi al alcance de la mano.

En el extranjero, la compañía se ha presentado en el Festival Fringe de Edimburgo, ha ganado críticas favorables y el apoyo de luminarias teatrales como Tom Stoppard, y los ya fallecidos Harold Pinter y Vaclav Havel. En contraste, en la capital bielorrusa, Minsk, el teatro sufre constantes multas y visitas policiales intimidatorias, mientras que a sus actores se les impide trabajar en los escenarios públicamente aceptados.

De hecho, el próximo 23 de septiembre dará inicio a una corta temporada, hasta el 28 de septiembre, de la obra clásica de William Shakespeare, El rey Lear, precisamente en The Globe de Londres. Este montaje se realiza después de una exitosa temporada de la compañía bielorrusa en el Teatro Young Vic con la obra Trash-Cuisine. Esta nos es la primera vez que la compañía pisa el emblemático teatro del bardo inglés, ya que en el 2012 participó precisamente con El rey Lear en el Festival Globe to Globe.

En su país, el último intento de intimidar al ensamble, que lleva 8 años en activo, consistió en una multa que un tribunal impuso al administrador del teatro por “uso indebido del edificio.”

Es teatro underground en el verdadero sentido de la palabra. Las actuaciones se anuncian solamente de boca a boca. Su director y fundador huyeron a Londres y se comunican con la empresa en Minsk a través de Kkype. La policía con frecuencia interrumpe las presentaciones y arresta a todos los que se encuentran en el interior del teatro para trasladarlos a las estaciones de policía, en donde los retienen por algunas horas mientras que revisan sus documentos.

El teatro cuenta ahora con una docena de producciones en su repertorio. Generation Jeans trata sobre la represión de jóvenes activistas de la oposición. Minsk 2011, en materia de sexualidad, ganó un premio en Edimburgo por su innovación y sobresaliente drama.

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