El teatro en México tiene una larga historia. En la época prehispánica se realizan conmemoraciones y fiestas religiosas, procesiones y ritos que representaban leyendas, mitos y hechos memorables. En ellas había danza, música y canto. Con la llegada de los misioneros españoles, el teatro se utilizó para evangelizar a los pueblos, y nacieron importantes formas sincréticas como las pastorelas.

Durante la colonia, en la Ciudad de México el teatro era una forma importante de expresión y de entretenimiento. Serge Gruzinski, en su libro, La ciudad de México, una historia habla de ello en distintos capítulos. El autor nos dice que se montaban obras de Sor Juana Inés de la Cruz, Lope de Vega, de Calderón de la Barca, de Luis de Sandoval Zapata, Agustín de Salazar y Torres, entre otros.

“Las producciones del Siglo de Oro español despiertan tal entusiasmo que muchas de ellas, traducidas y adaptadas al náhuatl – lengua de los indios de la ciudad de México -, se presentan ante la curiosidad de un público compuesto por notables y de nobles indígenas que se precian de descender de los príncipes prehispánicos”, señala Gruzinsky.

Te compartimos algunos datos que probablemente no sabías sobre el desarrollo del teatro en México.

El primer teatro formal en la Nueva España fue el Coliseo de México. Se crea entre 1671 y 1673 en el patio del Hospital Real de los Naturales, que se ubicaba en lo que hoy es el Eje Central y la calle Victoria. Se trataba de una estructura de madera que tenía que ser constantemente reparada.

El primer teatro de mampostería. El virrey Juan Francisco de Güemes, conde de Revillagigedo, decide que la ciudad requiere de un mejor teatro. En 1753 se inaugura el Coliseo Nuevo en la esquina de la calle Colegio de Niñas (Bolívar) y Acequia (16 de septiembre).

¿La primera obra mexicana? El origen del teatro en México, con elementos prehispánicos y europeos, tiene su origen desde el siglo XVI. Como ya hemos dicho, los frailes encontraron en el teatro una gran herramienta para la evangelización. El autor Fernando Horcasitas (El teatro náhuatl. Épocas novohispana y moderna, UNAM, México, 2000) señala que los frailes franciscanos al estudiar la cultura náhuatl se dan cuenta de que existía una rica tradición dramática prehispánica y deciden adoptarla para lograr sus objetivos. Según este autor la primera representación se monta entre 1532 y 1535, se trataba de Diálogos entre la Virgen María y San Gabriel.

El primer dramaturgo nacido en la Nueva España. Según la Real Academia de Historia de España, el primer “dramaturgo mexiano” es Juan Pérez Ramírez, nacido en la Nueva España en 1545. Se sabe que fue “hijo de conquistador”, se ordenó como sacerdote y conocía el náhuatl y el latín. Solamente se conoce de él una obra: Desposorio espiritual entre Pastor Pedro y la Iglesia Mexicana. Se trata de una pieza de circunstancias en verso, en un solo acto, se presentó en la catedral de la Ciudad de México en 1574.

La primera obra en el México independiente. No se tiene mucha información sobre la actividad teatral durante la Guerra de Independencia y en los años posteriores. Sin embargo, como señala Enrique Olavarría y Ferrari (Reseña histórica del teatro mexicano), con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el teatro se volvió en un espacio público para exaltar la independencia recién adquirida. Apenas un mes después de consumada la independencia, y como parte de los festejos, se estrenó el 27 de octubre de 1821 la obra México libre, de Francisco Ortega.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado. Imagen: Dibujo por Julio Ruelas. 1900. Foto: Félix Miret. Ca. 1910.

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