Conchi León protagoniza Rosy, de la autora brasileña Cecilia Ripoll. Se trata de la segunda ocasión en que la actriz, dramaturga y directora da vida al personaje principal en una obra que no produce su compañía, Sa’as Tun.

El texto fue ganador en 2017 del concurso Núcleo de Dramaturgias SESI. En la versión mexicana de la obra participan creadores reconocidos como Patricia Gutiérrez en la escenografía, Víctor Zapatero en el diseño de iluminación, Ian Reta en el diseño sonoro y Anabel Ortega en el diseño de vestuario.

En el escenario acompaña a Conchi León un elenco que integra intérpretes de gran experiencia. Teté Espinoza, Anton Araiza, Juan Cabello, Muriel Ricard y Romani Villicaña completan el elenco de este montaje. Estos talentos combinados le dan una vitalidad muy espeical al montaje.

Bajo la producción de Nocturno Teatro, Rosy se presenta de viernes a domingo en el Foro Lucerna, del Teatro Milán. La dirección y traducción son de Alejandro Velis.

Te decimos tres razones para ver Rosy.

1. Teatro contemporáneo que conecta. Rosy es un montaje que logra una conexión emotiva y visceral con el público. A través de un universo lúdico y de humor logra llevar a la ficción al espectador y aceptar la convención teatral que el equipo actoral y creativo le propone.

2. Temas incómodos que es necesario tocar. Esta divertida comedia negra toca temas incómodos y realidades que en Latinoamérica y otros países son una realidad. A partir de la premisa de si se debe hacer lo correcto por medios incorrectos, la obra nos habla de la justicia, la corrupción y la generosidad. En este sentido, su director señala que es una obra que habla de la falta de comida, pero sobre todo sobre la escasez de afectos.

3. Música y baile. Además de ser divertida y tocar temas importantes, el diseño sonoro, el baile, la música y las canciones interpretadas por el elenco juegan un papel importante en el montaje. Son un elemento que ayuda a la narración y al ritmo de esta historia. En un trabajo colectivo, coordinado por Ian Reta, todo el elenco participó en la selección de la música. Ésta incluye tintes de hip-hop, cumbia, música clásica, entre otros géneros.

El poder del teatro permite que este montaje, a pesar de que habla de realidades dolorosas, provoque risas y reflexión. Rosy nos habla de resiliencia, ingenio y solidaridad. Es una gran alegoría de América Latina. Como señala su director: “Es una historia de generosidad y amor, en donde la escasez material y afectiva se compensan con risas y una buena comida”.

La temporada de Rosy durará hasta el 26 de noviembre, para horarios, boletos y más, haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Cartelera de Teatro.

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