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Hay obras que son difíciles de enmarcar en un solo género, sí, Costo de vida es un drama, pero no por ello carece de humor en ciertos pasajes. Es además, una invitación a tender puentes y una valiosa apuesta por la inclusión real.

Es una obra que tiene una carga social profunda, no solamente porque incluye -desde el texto escrito por Martyna Majok se pide así- a dos intérpretes discapacitados, sino porque toca temas como los privilegios, la desigualdad y las conexiones interpersonales.

La historia nos va contando los encuentros y desencuentros de cuatro personas, a través de paralelismos y contrapuntos entre sus personalidades.

Si tú disfrutas de este tipo de montajes, te garantizamos que disfrutarás de Costo de vida, ópera prima de su director, Samuel Sosa.

Te compartimos tres razones por las cuales debes ver Costo de vida.

1. Un poderoso llamado a la inclusión. Como ya dije, el texto de Majok aborda temas importantes, temas que actualmente deben ponerse sobre la mesa. Temas que nos condicionan como sociedades y nos marcan. Es, además de un poderoso llamado a la inclusión, un llamado a mirar nuestras propias incapacidades emocionales. Como hacen muchos textos, Costo de vida nos plantea preguntas más que respuestas. ¿Cómo y a partir de dónde nos conectamos con los demás? ¿Cómo los cuidamos, cómo nos ocupamos de ellos? ¿Qué costo tiene estas dinámicas en nuestra salud física y emocional?

2. Personajes humanos y vulnerables. El elenco de este montaje está integrado por Humberto Busto, Elena del Río, Sandra Jiménez Loza y Arly Velásquez Peñaloza. Ellos logran que veamos más de lo evidente, que veamos en sus personajes a seres muy humanos y vulnerables. Seres que buscan cercanía o que rechazan toda ayuda. Logran conectar con la audiencia y llevarnos a pensar en cuáles son nuestros propios temores, miedos y carencias emocionales.

3. Una ópera prima bien lograda. Siempre ver una ópera prima es emocionante, sobre todo cuando el director sale bien librado de esta tarea. Samuel Sosa logra entregar un producto bien acabado y que provoca emociones en la audiencia. Además, lo hace a través de una apuesta fuerte: la inclusión sucediendo encima de un escenario. Al delinear a los personajes logra uno de los retos fundamentales de este texto, borrar las líneas divisorias. Los personajes sobre la escena son iguales entre sí, vulnerables y en búsqueda de algo inasible.

Así que ya lo sabes, estas son tres razones por las que debes ver este montaje que se presenta los lunes, martes y miércoles en el Teatro Helénico. No dudes y lánzate a ver esta propuesta que sin lugar a dudas te dejará algunas cosas para reflexionar.

Para más información del montaje, horarios, boletos y descuentos haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Cartelera de Teatro

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