RESFEBER: Jóvenes con sueños y metas

Por Roberto Sosa/ En un vagón de tren dos personajes dialogan, ella no sabe hacia dónde se dirige, quién habla con ella, no sabe cómo llegó allí. La puerta del compartimiento limita la visión, el contraluz solo deja ver siluetas. La puerta del tren se desliza, el vagón va completo, allí viaja un grupo de jóvenes hacia un destino incierto, la trayectoria es hacia la ficción, donde todo es posible y tiene cabida.

El viaje será introspectivo, un recorrido donde el tiempo es obtuso y ambiguo; el pasado y futuro no tienen relevancia. El presente tiene sentido al momento de poner a prueba su talento, cada uno habrá de mostrar su espíritu creativo y artístico. De forma individual y en grupo manifiestan sus dotes artísticas, mismas que les dan sentido a su vida. A bordo ya no hay regreso, intentar bajar es detener la marcha, es parar el tiempo.

La autoría y dirección son de Ingrid Cebada, el texto lo cimienta desde una visión personal que transita en su propia experiencia como creadora escénica. Lo que Ingrid crea son personajes que enfrentan durante la travesía, lo que viven quienes se preparan para tomar los escenarios. Jóvenes con sueños y metas. La dramaturgia tiene como eje temático el teatro, visto en un recorrido ficticio.

En este sentido, la obra quizás estaría dirigida hacia un público cercano al ámbito teatral, tal vez, sin embargo, el mensaje conecta con los jóvenes sin importar lo que ellos abrazan como profesión. El futuro es incierto, no obstante, si se cuenta con la preparación idónea, sin dejar de ir tras sus sueños, todo es posible. Se podrá abordar al RESFEBER.

La dirección de escena amalgama espléndidamente los elementos creativos que componen el montaje integrado por la escenografía e iluminación de Aurelio Palomino,  el vestuario de Arely Téllez, la música de Mario Mendoza y las coreografías de María Kemp y Gabriela Gullco. Bajo su conducción cada uno de los participantes, con talento y capacidad, se entregan por completo a la creación de su personaje. El ritmo que toma la obra en el primer acto es estupendo, sin embargo se le cae un poco al cierre del segundo.

El elenco está conformado por Vamelca Centeno, Belén Rodríguez, Pavel Akindag, Alicia Gallardo, Rossana Deneb, Julio Núñez Sahagún, Fernanda Flores, Enara Labelle y María Cid, egresados de Casa del Teatro, generación que habría de titularse con esta puesta en escena en 2020, la pandemia los paró. Hoy se presentan con las ganas, deseo, ánimo y amor por el teatro contenidos durante un año, el resultado es un trabajo espléndido.

RESFEBER es el tren que viaja en el tiempo, en la incertidumbre, analogía con la realidad que viven alumnos en las escuelas de teatro; rigor y preparación son elementos indispensables para lograr sus propósitos, aquí los muestran con creces. En la apertura personajes utópicos, ficticios se apoderan de la escena para dar inicio al espectáculo; farsa y drama se apoderan del escenario.

Viajar ligero sería lo ideal, en una maleta excesivamente pesada caben los sueños de toda una vida, al revisar su interior, un par de zapatillas para ballet es todo lo que hay dentro. Un largo viaje por los escenarios da inicio, los lugares están designados, a bordo del tren viajan los recuerdos, sueños, anhelos y frustraciones.

La certeza para el espectador después de presenciar RESFEBER, es que habrá presenciado una obra bien trabajada y bien lograda. Podrá quizá no gustarle el tema que aborda, pero seguramente sabrá valuar el esfuerzo, la dedicación y el talento que se muestra sobre el escenario; detrás de esta puesta en escena está el esfuerzo del equipo creativo y de una generación de artistas bien formados en Casa del Teatro.

Las funciones son en Casa del Teatro hasta el 1 de agosto, consulta precios y horarios, aquí.