Por Luis Santillán/ Bikini Redquiem in Pacem es un texto de Fernanda Bada donde tres hermanos emprenden un viaje para cumplir la última voluntad de su madre recién fallecida, les acompañan tanto una sobrina como un personaje vinculado de manera doble con la familia. Carmen, la hermana mayor, desea con ansia “tener una canción”, todos en el grupo la tienen en tanto que la fallecida en algún momento les dedico “su canción”, esta necesidad del personaje quedará expuesta en la travesía y tendrá repercusión hacia la parte final, previo a ese momento, en diversos pasajes algunos personajes expondrán sus contradicciones y deseos.
Esta producción es una propuesta de La Maniobra, compañía que ha llevado a escena distintos textos bajo la dirección de Ingrid Cebada. Es un trabajo donde es perceptible la complicidad entre el elenco y la directora: ella propone una serie de resoluciones escénicas y el elenco las materializa a plenitud, elemento importante cuando se juega en escena con lo desproporcionado en las formas actorales. La textura del montaje plantea la exageración tanto en la creación de personajes como en la manifestación emotiva, el gesto y la corporalidad.
Abigail Pulido es quien hace el personaje de Carmen; su trabajo es, de cierta manera, el punto de equilibrio, es en ella donde existe una evolución emotiva, la corporalidad y gesto que emplea para el personaje contrapuntea un poco la dirección en la que van los otros personajes, eso permite que haya un “seguimiento” de la relevancia de los acontecimientos.
La estructura que elije Bada le permite jugar con las complejas reacciones emotivas ante los momentos de duelo, pone en evidencia diversas relaciones desequilibradas entre los integrantes de la familia, expone cómo las apariencias son los enlaces que mantienen unido un grupo familiar.
El texto puede caer en la categoría de extraño o inconsistente porque los referentes parecen no llegar a una repercusión, no van más allá de la presentación de elementos, éstos se vuelven accesorios que no logran su pertenencia al universo planteado por la autora; queda claro que el formato de sitcom alimenta la secuencia estructural, sin embargo, no se desarrollan, apelan más a la lectura genérica donde la “gracia” es por cliche y no por construcción. La parodia podría ser la fortaleza de la propuesta porque puede rasgar la maraña emotiva de los personajes y volver casual un desastre de relaciones, sin embargo, da la impresión de no querer lograr que los mecanismos de humor tengan repercusión en la composición, y, que solo están para provocar una sonrisa.
Cebada en lugar de frenar la desmesura del texto o, de encausar hacia donde podría conducir los recursos de la autora, se monta en el desenfreno generando una puesta en escena sin contraste, sin matices, donde todo puede ser un chiste, donde el despropósito impera.
Lo que no se puede poner en duda es la capacidad y gran trabajo actoral de todo el elenco, pero mucho de lo que hacen se estrella porque las preguntas surgen tratando de leer algo que quizá no existe.
Bikini Redquiem in Pacem es, quizás, un momento de exploración de La Maniobra y sus resultados se podrán medir según el público al que están convocando, puede ser una propuesta para quienes solo desea pasar un momento de entretenimiento.
La obra se presenta hasta el 31 de octubre en el Teatro El Granero Xavier Rojas del CCB, consulta horarios y precios, aquí.
