Por Arantxa Castillo y Fotos Cortesía Producción/Roberto Duarte participa en Ella en mi cabeza de Óscar Martínez, puesta en escena que protagoniza junto a María Aura y Luis Gatica en la que Duarte interpreta a Adrián, un hombre que está casado con Laura (Aura), su mujer, a quien quiere, pero que lo vuelve loco. Tema que ha puesto a reflexionar al actor sobre el género y cómo nuestra educación nos condiciona al compartir en pareja.
“El personaje que interpreto es un hombre muy celoso y la obra se centra en una noche de insomnio, todo lo que sucede en su cabeza, en una alucinación provocada por los celos que siente por su mujer. Entonces evoca la presencia de su psicoanalista (Gatica) y de Laura, para analizar la situación que está atravesando. La anécdota es sencilla, pero debajo de la superficie está la eterna discusión entre los géneros y la imposibilidad del acuerdo, y la indispensable necesidad de compartir la vida juntos por amor”, cuenta en entrevista para Cartelera de Teatro, Duarte.
El actor agradece que, tras tres años fuera de las tablas, esté nuevamente en teatro gozando la cercanía del público y analizando cada personaje. Sobre Adrián nos cuenta que es un hombre con el que cualquiera que haya sido educado una sociedad machista podrá identificarse.
“Adrián es un hombre es como la mayoría de los hombres heterosexuales criado en un heteropatriarcado, que ha crecido en una educación que le impide la manifestación auténtica de sus emociones, lo cual, lo hace tener una torpeza emocional evidente, mientras que algunas cosas para las mujeres son mucho más fáciles de expresar, porque su género lo tiene permitido, pero para Adrián no, y le cuesta mucho comunicarse con ella (Laura)”.
Abundó: “A nivel anecdótico no me reconozco, pero en el carácter del personaje sí, sobre todo en este masculino que hace que desde chiquito se nos exija demostrar una cantidad de cosas como éxito, eso neurotiza mucho al género masculino: Todos nos podemos ver reflejados en este inteligente texto”.
Por último, Duarte aseguró que el público que vaya a ver la obra se va divertir, pues la comedia teatral pone de manifiesto los problemas de comunicación en las parejas. “Se van a divertir mucho, porque vamos hablar de las absurdas formas de comunicación que podemos tener todos en el cotidiano del amor”.
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