Por Luis Santillán/ Lisha Montaño encabeza no solo a un equipo de trabajo –Los Operantes- sino a todo un proyecto que se ha alimentado con el trabajo realizado en los últimos años; desde su faceta de directora ha creado puestas en escena donde dialogar con quienes ejercen la dramaturgia ha sido importante, ya sea al generar textos que visitan clásicos o textos originales preexistentes.
Uno de los factores característicos de sus proyectos radica en la fuerza que pueden alcanzar los textos al ser confiados a distintos hacedores, deja a un lado la simplificación de la adaptación para lanzar provocaciones que permiten mirar desde perspectivas particulares referentes importantes del teatro universal.
Montaño, puede entonces, centrarse en potenciar las posibilidades escénicas que le crean. El trabajo de dirección del actual proyecto que tiene en temporada es una relectura de Casa de muñecas de Henrik Ibsen, el interés de la directora va hacia la exploración de la violencia sutil generada por una estructura social de consumo, así lo manifestó en la Jornada de Oriente.
Previamente ha hecho mancuerna con Xavier Villanova, quien está a cargo de la dramaturgia de Dream house. La propuesta de Villanova agrega elementos interesantes a la línea generada por Ibsen; volver más activa al personaje de “Nora” y colocarla de manera más concreta como la transgresora de su entorno le da nuevos matices al personaje.
La propuesta de dirección genera un universo de falsa armonía, por momentos tiene el ritmo y textura de viejos sitcom y obtiene frescura en los temas que están enraizados en una situación ligeramente arcaica.
El tratamiento de los personajes lleva a extremos sus cualidades, si bien funciona para estimular lo absurdo del universo, a la vez entorpece el trabajo de algunos elementos del reparto.
Una de las cosas que logra muy bien Montaño es la construcción de universos donde las historias se desenvuelven. En Dream house, con los elementos necesarios, genera el oropel donde la violencia de pareja queda exhibida, eso le da la oportunidad de contrapuntear el contenido para lograr un impacto más memorable.
Brenda Belaunzarán en el personaje de “Cristina” destaca. Su personaje tiene un equilibrio entre el tono de comedia y la repercusión emotiva de las situaciones, hay variaciones que responden a las circunstancias, sin necesidad de volver explicativo su accionar logra la empatía porque más allá de entenderla, Belaunzarán logra que el público le acompañe en el devenir.
Carolina Gómez de Orozco tiene momentos interesantes con el personaje de “Nora”, hay una potencia emotiva que solo por momentos se manifiesta, no es del todo claro si desde la dirección queda restringida o es algo que nace en la escena. Las mejores escenas son cuando comparte escena con Belaunzarán y con Rodrigo Cea Bonta.
Dream house de Xavier Villanova es una puesta en escena que desea poner en la discusión las conductas familiares, la ausencia de equidad en los roles internos de una casa, pero también es la oportunidad de ver el desarrollo de un equipo de trabajo comandado por Lisha Montaño.
Las funciones son en La Teatrería, hasta el 16 de noviembre, consulta precios y horarios, aquí.
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