Por Mariana Mijares y Fotos Cortesía Lado B/En un nuevo reto, el director Mauricio García Lozano vuelve a refrescar uno de los títulos más importantes de William Shakespeare para ofrecer una propuesta diferente, juvenil, y vertiginosa, sobre la conocida historia de dos amantes enamorados: Romeo y Julieta, en medio de dos familias enemigas.

En el montaje protagonizado por Assira Abbate y Miguel Jiménez, estos protagonistas nos recuerdan que, aún cuando nuestro contexto esté lleno de odio, sí hay espacio para luchar por el amor. Platicamos con los actores sobre el montaje que se presenta en el Foro Lucerna hasta el 5 de mayo.

¿Cuál fue su primer acercamiento con Shakespeare?
Miguel: En la ENAT (Escuela Nacional de Arte Teatral). Mi montaje de tercer año fue Tanto Ruido Para Nada. Yo hacía el personaje de ‘Claudio’.

Assira: Una vez fuimos a una Feria de Libro, tenía como 11 años, encontré Hamlet y lo compré. La verdad, ¡entendí como la décima parte! Pero me encantó. Mi mamá siempre nos compraba libros, y enciclopedias, y nos obligaba a leer. Fue un buen hábito que por suerte se quedó.

Después, cuando decidí estudiar teatro, me clavé más y me di cuenta que Shakespeare significaba un universo increíble y que quería explorarlo. Un año y medio después de salir de Casa Azul, Mauricio me invitó a hacer Ricardo III porque necesitaba un niño, y dijo ‘¿Niño?, ¡Assira!’ Yo hacía al pequeño duque de York. En las lecturas, a Tamara Vallarta y a mí nos dijo que leyéramos a ‘Lady Ana’, y si nos salía, la alternaríamos. Así nos aventamos con ese gran personaje que tiene una de las escenas más difíciles de la obra.

Antes de este montaje, ¿habían participado en alguna producción de Romeo y Julieta?

Miguel: No.

Assira: No, nunca. La había visto en todos los formatos, pero nunca la había hecho. Además, este montaje es mi primer protagónico de Shakespeare.

 

Para ti, Assira, ¿Cómo es Julieta?

Assira: Es una chica -porque es una niña- muy aventada, arriesgada, rebelde, con todo lo que la adolescencia conlleva; que a veces es hermoso y a veces es chocante, ella tiene de las dos. Es una niña rebelde que quiere vivir y que, cuando conoce a Romeo, se da cuenta de que no ha vivido nada, que estaba como encerrada en una jaula. Ahora quiere aventarse al mundo, y se avienta con todo, como cualquier adolescente.

Cortesía Lado B

¿Qué consideran que hace de este texto una obra tan vigente después de tanto tiempo?

Miguel: La hace vigente el hecho de que a nadie se nos enseña a vivir, aunque recibamos consejos y educación. Las grandes lecciones de la vida las aprendemos al encontrarnos directamente con nuestra condición humana; frágil y conflictiva por naturaleza. Todos nos reconocemos en este par de adolescentes que sólo tienen como guía de vida sus pasiones y se arrojan de manera inconsciente a tomar decisiones, sin darse cuenta de que las consecuencias inmediatas son obvias; como nos pasa cuando vemos a la distancia a alguien menor a nosotros y prevemos en qué devendrán sus actos.

Assira: Porque creo que Shakespeare indaga en el ser humano en sí; no en las situaciones, o el contexto político y social, sino en los humanos. Indaga en las personas y toca sus fibras más profundas, por lo tanto, creo que ninguna obra de Shakespeare va a dejar de ser actual. A lo mejor con cierto lenguaje sientes que no hablamos así, pero las situaciones son actuales. Por ejemplo, la cantidad de niños que se suicidan es impresionante; no queremos hablar de eso, pero sucede. También los crímenes pasionales.

Romeo y Julieta son dos niños que viven una historia de amor en tiempos de guerra, y la guerra va junto con el ser humano. Por eso creo sigue y seguirá vigente: por ser una obra que más que de amor, nos habla del odio; y estamos permeados de odio, y en este país, más. Queremos creer que México no es un país en guerra, pero lo es.

Cortesía Lado B

Miguel ¿Qué has aprendido o reconocido al interpretar a Romeo?

Miguel: Descubrí que si yo hubiera estado en una situación igual a la que vive Romeo, habría reaccionado de la misma manera. Nada en las decisiones que toma este personaje en la obra es gratuito. Son respuestas naturales al contexto que vive y a los condicionamientos que lo atraviesan.

Y tú Assira, ¿Qué te ha dejado Julieta?

Assira: Muchas cosas, empezando porque es un personaje con el que tienes que aventarte al vacío; porque sí, tienes un texto, un trazo, pero en el momento de la escena lo único que puedes es aventarte. Creo que me ha enseñado eso -como actriz- a decir: ‘bueno, va, ¡vamos con todo!’ sentir adrenalina en el estómago. Y como persona, entender más a la juventud. No es que yo sea una señora, pero no tengo 14; así que admiro que estos personajes, a pesar del odio que permea en su contexto, luchan por su amor.

Hablando de amor, Romeo y Julieta se enamoran a primera vista, ¿creen que todavía sea posible el amor a primera vista? ¿Quizá que Tinder se equipare a ese primer encuentro?

Assira: La verdad nunca he tenido Tinder, desde los 16 he tenido novio y suelo durar mucho con ellos, pero sí creo que el amor a primera vista puede suceder.

Tinder es una nueva herramienta en estos tiempos de redes sociales; porque ya no nos volteamos a ver en la calle, avanzamos como caballos con la vista fija y ya no volteamos a ver a la gente. También conozco a una amiga que conoció a su pareja en Tinder, llevan casi 5 años y siguen muy felices. Las veces que yo me he enamorado es porque veo a esa persona y me gusta; desde el principio, desde el primer segundo sé que me atrae y espero a ver qué pasa. A lo mejor te va bien, o mal, pero te avientas.

Miguel: Siempre he sentido raro el acercarme a convivencias tipo Tinder. No lo he vivido y creo que lo dejo pasar porque hay algo en la sorpresa de los encuentros insospechados, que creo parte importante de las dinámicas de cortejo que a mí me gustan. Y definitivamente sí, los enamoramientos a esa velocidad existen y nunca dejarán de existir. A mí me ha pasado más de una vez.

Foto Cortesía Lado B

¿Cómo describirían la dirección de Mauricio en este montaje, cómo fue su dinámica con él?

Miguel: La definiría como una dirección llena de libertad y confianza. Él nos entregó la posibilidad de descubrir con absoluta soltura la manera en la que habitaríamos los personajes y fue siempre consecuente con nuestras propuestas. Es decir, nunca hubo una imposición sobre quién es y cómo debía ser Romeo. Mis descubrimientos (así como los de Assira con Julieta) lo hacían redescubrir la obra y por ende dar espacio a nuevas calidades y enfoques de una historia que él conoce a la perfección.

¿Qué hace distinta a esta versión de una de las obras más conocidas de Shakespeare?

Miguel: Me da la sensación de que la vertiginosidad con la que corren las acciones en esta versión, hace que se tenga la sensación de ver una historia al ritmo real del amor. Nuestra versión no se deja detener por la retórica y las figuras poéticas. Las contiene y les da su valor, pero pondera el ritmo vital de la pasión de Romeo y Julieta.

Assira: Justo la idea de Mauricio era hacer algo distinto, era una tercera oportunidad de hacer algo diferente.
Lo que a mí me gusta es que está permeada de juventud; yo llego al teatro y me sorprendo porque solía ser la más chica, y aquí hay muchos jóvenes. Además, se va por la acción, porque lo que normalmente sucede con Shakespeare es que la palabra lleva a la acción y aquí es al revés. Romeo y Julieta es una obra llena de poesía, y justo lo que quiso hacer Mauricio es que la acción provocara la poesía y no al contrario. Creo que eso es muy afortunado, porque se siente la adrenalina de estos jóvenes que se enamoran por primera vez.

Y hablando justo de ese amor. En tiempos como los que vivimos, ¿qué podemos llevarnos al ver esta historia de dos jóvenes que luchan contra el odio exterior para que prevalezca su amor?

Miguel: Un reflejo de nosotros mismos llevados a las últimas consecuencias. En cualquier punto de nuestras vidas estaremos frente a nuestras adolescencias, y hay que reconocerlas en un ejercicio humano, como el teatro. Una obra como esta nos hace replantearnos de qué estamos compuestos y por qué pasiones valdrá la pena luchar siempre, a pesar de las adversidades que nos rodean.

Assira: Voltear a ver que les tenemos que dar alternativas a los jóvenes; no cerrarles las puertas, porque a veces, como adultos, somos muy inflexibles y decimos que algo está mal, o que es blanco o negro, y no hay grises. Necesitamos abrirnos más para comprender, y escuchar a estos jóvenes.

Romeo y Julieta se suicidan porque se quedan sin opciones, porque no pueden vivir su amor, se quedaron sin alternativas. Ojalá que esta obra deje como ese respiro, esa reflexión antes de juzgar.

¿Por qué les gustaría que el público vea esta propuesta?

Miguel: Porque es una entrega que apuesta a la cercanía entre historia y espectadores y porque no podemos negarle nuestros ojos a un clásico como éste.

Assira: Como adulto, quizá dejas de hacer cosas. Después de unas veces que te rompes la boca al enamorarte dejas de intentar hacerlo. Y los jóvenes no, están abiertos, dispuestos. Eso lo rescato, como actriz y como persona.

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