Por Itai Cruz/ Si eres un seguidor de Cartelera, seguramente habrás notado que desde hace varios días empezamos con una campaña de frases en redes sociales, cada uno con un claro referente al mundo del teatro. Pues bien, ahora te presentamos una recopilación con las que consideramos son las más destacadas dentro del mundo de las tablas.

“En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle”. Quién no ha leído o visto alguna vez, La Casa de Bernarda Alba, una de las novelas más representadas de Federico García Lorca. La frase aparece en la segunda parte del primer acto, donde vemos por primera vez el comportamiento de Bernarda con sus hijas y su madre, en la que cabe destaca el luto riguroso impuesto por Bernarda a sus hijas, que contrasta con el principio de autoridad y el ansia de libertad, a lo largo de la obra podemos ver varios ejemplos del luto que impera en esa casa y de ellas, la más conocida es quizá: “¡En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle! Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo”.

“Nadie es tan joven que no se pueda morir mañana”. La famosa novela de Fernando Rojas, La Celestina, (hay dos versiones, una de 1499 y otra de 1502), está considerada como la primera gran obra del teatro español. Habla de los amores de Calisto y Melibea, y la intermediación de una vieja alcahueta llamada Celestina. Una mujer intrigosa, amoral y ambiciosa, que lanza a lo largo de la obra varias frases de sabiduría popular, sin embargo, la más famosa es: «Nadie es tan joven que no se pueda morir mañana, ni tan viejo que no pueda vivir un día más».

“Si nos pinchan, ¿no sangramos?”. William Shakespeare es considerado como el más grande dramaturgo de la historia. Sus piezas son radiografías de la condición humana escritas con una bellísima poesía. El mercader de Venecia, publicada en 1600, el protagonista un viejo comerciante y usurero judío de nombre Shylock, un hombre resentido y cruel que no duda en querer cobrarse en carne humana una deuda. El monólogo de Shylock es el fragmento más célebre de la obra: “Si nos pinchan, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? Si nos envenenan, no morimos? Y si nos ofenden, no nos vengaremos?”.

“¡Si te pasas es peor!”. La venganza de Don Mendo de Pedro Muñoz Seca, es uno de los textos más populares del teatro español, se encuentra entre las cuatro obras más representadas. Se estrenó por primera vez en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1928, la obra es una fiel representante del género del astracán, el cual parodia las tragedias del Siglo de Oro. Está escrita en verso y contiene divertidísimas rimas y ripias, como la famosa explicación que Don Mendo hace a Magdalena sobre el juego de las siete y media: “un juego vil / que no hay que jugarle a ciegas, / pues juegas cien veces, mil… / y de las mil, ves febril / que o te pasas o no llegas. / y el no llegar da dolor, / pues indica que mal tasas / y eres del otro deudor. / Más ¡ay de ti si te pasas! / ¡Si te pasas es peor!”.

“¿No es cierto, ángel de amor…?”. La obra escrita por José Zorrilla en 1844, El Tenorio, es uno de los textos españoles más conocidos en el mundo. A lo largo de sus páginas podemos leer varias escenas con frases muy populares, pero la escena del sofá cuando Don Juan seduce a Doña Inés después de haberla raptado del convento es, sin duda, la más célebre: “¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor / que en esta apartada orilla / más pura la luna brilla / y se respira mejor?”.

“Mi reino por un caballo” (A horse, a horse, my kingdom for a horse). Según los estudiosos, William Shakespeare escribió Vida y muerte de Ricardo III, la última pieza de la tetralogía sobre la historia de Inglaterra. Después de Hamlet, ésta es considerada como la obra más larga que hizo el bardo. La frase proviene de la cuarta escena del quinto acto, cuando el Rey Ricardo III se encuentra en la batalla del campo de Bosworth y ha sido descabalgado, desesperado llora desconsoladamente y dice: “Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo”.

“¿Qué es la vida? Una ilusión…”. Considerado como uno de los grandes monumentos del teatro universal, La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca, se estrenó en 1635. La inspiración de esta historia es la libertad del individuo frente al destino impuesto, el príncipe Segismundo ha sido encerrado en una torre desde niño por su padre, a causa de un vaticinio que predecía que sería un rey tirano. En su encierro, Segismundo destila una profunda filosofía en versos que son enormemente populares, en especial los del monólogo con que concluye la jornada segunda: “¿Qué es la vida? Un frenesí. / ¿Qué es la vida? Una ilusión, / una sombra, una ficción, / y el mayor bien es pequeño; / que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son”.

 “Ser o no ser, ésa es la cuestión” (To be or not to be, that is the question). Ésta es, probablemente, la frase más célebre de la historia del teatro. Aparece en la primera escena del tercer acto de la tragedia de William Shakespeare, Hamlet. Cuando se representaba, solían hacerlo con una calavera en la mano, seguido del soliloquio que continuaba así: “Ser o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?… Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir… y tal vez soñar”.

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