Por Saúl Campos/ La reina de las hadas ha decidido perdonar a Ayolante tras su enorme falta al enamorarse de un humano. Al volver, ésta les informa que en su exilio tuvo un hijo, el cual es mitad hado y mitad humano y que está irremediablemente enamorado de una mujer con la cual pronto va a casarse.
A pesar de las bendiciones de sus tías hadas, el joven (un pintor de Chapultepec) verá puesto a prueba su romance con la joven (Una becaria del Honorable Congreso de la Unión) cuando un mal entendido ponga en disputa su amor frente al resto de los diputados y el propio Líder del Congreso. Cosas muy raras pueden pasar cuando los seres mágicos se ven envueltos en la política.
Teatro Casa Americana presenta en su temporada de fin de semana: Ayolante, Un hada en el congreso, un alucinante musical (originalmente una opereta) de W.S. Gilbert compuesta por Arthur Sullivan que bajo la traducción, adaptación y dirección (más los créditos que se acumulen en la semana) de Álvaro Cerviño, llega dispuesta a dominar la cartelera, y de una vez lo adelantamos: tiene todo a su favor para lograrlo.
Los primeros 5 minutos de esta puesta son incómodos, raros vaya, y no por ser malos, en lo absoluto, simplemente el director decide transpolar el universo a una cultura drag queen en la que (gracias a su naturaleza) la puesta convive totalmente, presentando a un grupo de hadas locochonas (término que describe completamente a lo que me refiero, usado necesariamente por aquello de las sensibilidades) que son sólo la base para que un elenco completamente masculino nos cuente esta historia. Minuto 6: todo se vuelve fantástico.
No sólo la historia tiene la solidez necesaria para hacernos creer por entero que el universo mágico puede convivir con la política, sino que la asertividad de la adaptación al valerse de tintes y herramientas cabareteras, va construyendo una crítica a la organización gubernamental de la nación que va arrasando con todo, en medio de canciones que se convierten al instante en clásicos obligados para el espectador.
La dirección aprovecha por completo el espacio que tiene para construir el plano en el que conviven ambas realidades, logrando momentos totalmente oníricos con la ayuda de elementos tan sencillos que resaltan el ingenio de su creador. Mención aparte y honorífica al diseño de vestuario de Angélica Amuchastegui y Marco Montaño, que con detalles sencillos y referencias inteligentes logran conceptos fascinantes.
Sí, la obra tiene un punto del cual flaquea, pero honestamente hablamos de un 5 por ciento contra un 95 por ciento, y es que quizás la dirección podría exigir más a sus actores, pero realmente todo el elenco deja un trabajo tan comprometido, entregado y divertido en el escenario que enmienda de inmediato cualquier falta ya que la obra nunca pierde ritmo, o tono, por el contrario, va en ganancia hasta el final.
Ayolante expone la corrupción, mafias y turbiedades del gobierno con una maestría apabullante, en medio de joterías (sí, lo dije, crucifíquenme) deliciosas que suman y se justifican en plenitud.
Este es quizás al momento, el musical del año, obligado para chicos, grandes, machos, mochos y muxes. Una comedia tan deliciosa que darán ganas de ir una y otra y otra vez más a presenciar la llegada de las hadas al Congreso, entonando arias de notas estratosféricas y joteando (Ups, lo hice otra vez…) por la calle como si la vida dependiera de ello, o RuPaul estuviera a punto de desterrarnos de fallar.
Consulta precios y horarios de la obra aquí.
que mal que ya no esta quería verla, saben el porque la sacaron de la cartelera. saben si se volverá a presentar.
Definitivamente un musical que debes de ir a ver!
Muy divertido, exclentes actuaciones y aunque no soy fan de los temas políticos me reí bastante.
Las voces… WOW!!
Un concepto diferente en un lugar diferente!!
Muy cool 🙂
Uno de los musicales que más me han hecho reír y he visto todos los que están en cartelera.
Diferente, en un lugar único, con un elenco super talentoso!
Que voces, que talento!!!!!