Por Roberto Sosa/ Para el cristianismo Jesús es el Hijo de Dios, la encarnación del Hijo Dios. En los católicos su importancia radica en la creencia de que su muerte y posterior resurrección redimió a la humanidad. Según los historiadores Jesús de Nazareth fue un predicador y líder religioso judío, que vivió a comienzos del siglo I en la regiones de Galilea y Judea; murió crucificado en Jerusalén en tiempos de Poncio Pilato.
La obra se articula en su mayoría con monólogos que nos hablan de Jesús con los personajes que vivieron cerca de él. Voces como la de Pilato, José de Arimatea, Pedro, antes Simón, María Magdalena y el propio Jesús, que desde la visión del autor versan sobre lo que representó la figura del Mesías en su paso por este mundo. “El Jesús humano y consciente es de quien nos habla esta obra”, dice el programa de mano.
El texto escrito por Fernando Martínez Monroy (Q.E.P.D) es una profunda reflexión de lo que para él simbolizó Jesús. Más allá de lo religioso, para el dramaturgo es imperioso en el ser humano reconocer su absoluta y poderosa presencia en nuestra vida. La obra de Martínez Monroy es un intenso y tremendo texto que nos acerca a Jesús Cristo en voz de quienes –según el evangelio- compartieron su vida y atestiguaron su muerte.
La dirección es de Esteban Montes, la cercanía que tuvo con el maestro Fernando le dio certeza para hacer la representación; la puesta en escena es dentro de una caja negra, con solo dos elementos sobre el escenario. Su labor se apoya en las actuaciones y el trabajo corporal del elenco. Cada escena la representa con todo el peso dramático que el texto lo demanda, cuida ritmo y movimiento, conjunta adecuadamente los dispositivos escénicos.
Las actuaciones son de Esteban Montes (Pilato), Abigail Medina (María Magdalena), Francisco Xavier Rodríguez / Rafael Rivera (Pedro, antes Simón), Mario Alberto Moreno (José de Arimatea), Rafael Rivera / Diego Vera (Jesús de Nazareth / Corista 3), OrlaNdo Ceballos (Corista1) y Juan Carlos Molina (Corista2). Toman el escenario para encarnar personajes que el cristianismo cita. Cada uno está excelentemente representado.
“…Y habitó entre nosotros” nos habla de un personaje que no se toca frecuentemente en teatro. Para los dramaturgos y dramaturgas escribir sobre la vida de Jesús es meterse en el terreno religioso y quizá polémico. Su nombre se menciona en muchos textos dramáticos, su crucifixión es representada en gran cantidad de obras, sin embargo, muy pocas dramaturgias se escriben sobre lo que fue y representó la vida de Jesús de Nazareth para la humanidad.
Para los agnósticos una puesta en escena con Jesús como protagonista será poco atractiva. El nihilismo crece en las sociedades modernas, hoy en día los ateos superan a los creyentes. Lo de hoy en vivir en la inmediatez sin la mística con la que crecieron nuestros antepasados, la religión dejó de ser relevante, la fe en un ser supremo pocos la tienen. Es una buena obra no precisamente por el tema religioso, sí por su valor ético, por lo bien montada y las buenas actuaciones.
Diseño de vestuario, Esteban Montes, Abigail Medina y Diego Vera; iluminación, Diego Vera; diseño de espacio y escenografía, Esteban Montes, Rafael Rivera y Diego Vera; sonorización vocal y asesoría estético visual, Rafael Rivera; coreografía y movimiento, Orlando Ceballos.
Las funciones son de viernes a domingo, hasta el 19 de noviembre, en el Foro Fernando Martínez Monroy de Ápeiron Teatro, consulta horarios y precios, aquí.
Se trata de una obra que invita a la introspeccion y al analisis objetivo de los personajes cercanos a Jesus de Nazaret y su propio sentir expresado concisa y llanamente.
La puesta en escena es magnifica, debe considerarse que tiene escasos elementos de ambientacion que hacen resaltar la gran expresion corporal y verbal de los actores.
El foro es intimo, discreto, comodo y sencillo. La atencion del personal es inmejorable.
Ha sido un deleite ser parte de su publico.