TODO EL MUNDO HABLA DE JAMIE: Un musical que rompe esquemas

Por Kerim Martínez/ Everybody’s talking about Jamie es un musical (libreto de Tom MacRae; música de Dan Gillespie Sells y Tom MacRae) inspirado en un documental de la BBC titulado Drag queen at 16 (2011). En 2017 se estrena en el Crucible Theatre de Sheffield bajo la dirección de Jonathan Butterel y debido al éxito, a los pocos meses se traslada al West End (Londres). En 2021 se realiza la adaptación cinematográfica y recibe una nominación al BAFTA como Mejor Película. En abril de 2022 se estrena por primera vez en español en el Teatro Manolo Fábregas gracias a la compañía de entretenimiento 33 Productores.

Jamie New es un adolescente con un objetivo claro en su vida: convertirse en una fabulosa drag queen. Vive en el barrio obrero de Parson Cross en Sheffield (Inglaterra) bajo la tutela y protección de su madre Margaret, una mujer amorosa y comprensiva que le regala a su hijo, en su cumpleaños número dieciséis, sus primeros tacones. El joven se plantea usarlos en la graduación escolar; ahora sólo tendrá que conseguir el vestido perfecto para esa noche y así cumplir uno de sus sueños más grandes, sin importar lo que opinen sus compañeros de escuela, padres de familia y maestros.

Uno de los principales aciertos de la puesta en escena es la elección de sus intérpretes. Para protagonizar a Jamie se escogieron a dos jóvenes artistas que han sobresalido en la pantalla chica en televisoras que normalmente compiten entre ellas, quizás con la convicción de que al ser “estrellas” atraigan a una gran cantidad de público a la sala teatral y así el espectáculo pueda durar mucho tiempo en cartelera. Afortunadamente, ambas figuras mediáticas, Joaquín Bondoni y Nelson Carreras, hacen un extraordinario trabajo en escena y demuestran estar preparados para un proyecto de la magnitud de este musical.

Carreras (La Academia) es un chico carismático con una voz prodigiosa y con una energía bárbara. Sus movimientos son precisos y acentuados, demuestra tener el control en todo momento. Desde la escena primera se hace notar y atrapa al público con su talento y simpatía. Su versión de Jamie hace que la audiencia joven empatice con él y que un espectador de más edad pueda entender las bondades del personaje evitando cualquier tipo de prejuicio. El resultado del “ex académico” arriba del escenario lo perfila para convertirse en una futura estrella del teatro musical.

El trabajo actoral de Bondoni (Mi marido tiene más familia) es más profundo, construye un personaje extremadamente sensible y, quizás, un poco atormentado. Logra que en algunos momentos el público lo perciba entrañable e indefenso y tenga ganas de consolarlo o darle un poco de aliento para seguir adelante. Por otro lado, su Jamie también es extrovertido, fabuloso, libre, amanerado, gritón y muy orgulloso de ser quien es. El actor se muestra vulnerable, accede fácilmente a sus emociones y sabe recibir (y transformar) los estímulos que sus compañeros de escena le brindan generosamente. Se recomienda al director que trabaje un poco más con su actor para que cada parlamento (hablado o cantado) se le entienda a la perfección.

La madre de Jamie, Margaret New, es un personaje clave en la trama. Gracias a ella, la historia tiene un mensaje poderoso de inclusión, respeto y amor a los tuyos. María Filippini, como siempre, realiza un trabajo espléndido que confirma su paso por los grandes musicales del país. Alterna el personaje con Flor Benítez, una cara nueva en los escenarios mexicanos que deja al espectador con la boca abierta después de oír su emotiva interpretación de He’s my boy (Mi bebé). Pocas veces alguien logra un aplauso así de largo y estruendoso (muy merecido). Lo que hace en escena siempre resulta verosímil y nunca cae en el juego de emociones burdas que a veces permite el melodrama. Benítez logra una mancuerna estupenda con Luz Aldán, quien interpreta a su mejor amiga Ray. Cabe mencionar que cada que Aldán entra a escena, la obra se levanta significativamente gracias a su vis cómica y a las virtudes de su personaje.

Alberto Lomnitz encarna a Hugo, el propietario de una excéntrica tienda para dragas, que extraña el personaje que construyó muchos años atrás (la legendaria Loco Chanel) y que hará que Jamie se deje llevar por sus impulsos. Lomnitz actúa con mucha soltura, se nota a leguas que se divierte en el escenario y que el trabajo está sustentado en su enorme trayectoria. Alterna con Rogelio Suárez, quien esboza a un personaje completamente diferente. Su Hugo es más ligero, elocuente y gracioso. Tiene un timing extraordinario que ayuda a que la obra, de casi tres horas de duración, nunca decaiga. El público le celebra todos los chistes, así como sus intervenciones musicales.

A Loco Chanel la acompaña un trío de dragas: Sandra Bollok (Regina Voce), Tray Sophisticay (Leexa Fox) y Laika Virgin (Liza Zan Zuzzi). Son el dulce más grande que tiene la obra; la gracia y simpatía que desbordan contrasta con los momentos más serios del montaje.

Tanya Valenzuela interpreta a la maestra de Jamie, Miss Hedge. Funge como la antagonista de Jamie New, una mujer que debe seguir reglas estrictas y convencionales. Al tener un alumno queer, Hedge se siente acorralada y es la encargada de obstaculizar la trayectoria del muchacho justificando su comportamiento como “una postura que debe tomar” para no causar un caos en la escuela. Valenzuela destaca por su presencia, es enérgica, rigurosa y, cada segundo, se deja contagiar por un ensamble de jovenes talentosos que interpretan a sus alumnos. Todos destacan en el número musical Work of art (Arte es).

La gran sorpresa del elenco es Vannessa Bravo, una joven actriz que interpreta a Pritti Pasham, la mejor amiga musulmana de Jamie. Su trabajo es preciso, convincente y emotivo. Todas sus participaciones enternecen al público.

Es preciso recalcar que tanto a ella como a Flor Benítez, se les entiende cada sílaba de lo que cantan. Habría que revisar el audio en algunos momentos de la obra, sobre todo en las partes corales donde los instrumentación se escucha demasiado fuerte y opaca las voces del elenco.

La escenografía de Jorge Ballina y la iluminación de Félix Arroyo hacen que Todo el mundo habla de Jamie se vuelva un montaje de primer nivel. El escenario se conforma por un suelo cuadriculado y muros enormes de ladrillos grises que cada escena adquieren movimiento y se van iluminando de diferentes colores dando a entender que cuando el protagonista pasa por ahí llena de alegría a los demás personajes y hace sus vidas un poco menos aburridas; como cuando Dorothy llega a la tierra de Oz y todo se ve colorido y diferente (incluso los tacones de Jamie hacen referencia a las zapatillas de rubíe de la niña del cuento).

La dirección corre a cargo de Alejandro Villalobos. Todo el montaje está lleno de detalles y se nota el arduo trabajo de sus integrantes para poder tener en pie un proyecto de esta magnitud. Las coreografías de Hugo Curcumelis llenan de dinamismo la escena, aprovecha la juventud y energía de su ensamble para realzar el espectáculo incluyendo una que otra acrobacia. Las transiciones son llamativas, hacen que la historia avance rápidamente y que el espectador siga regalando su atención.

Da gusto encontrar en la cartelera del país un espectáculo con una temática diferente y con discursos sociales interesantes que nos muestran que el mundo está cambiando velozmente y que no se debe vivir bajo reglas morales caducas.

Todo el mundo habla de Jamie es una obra positiva que habla de respeto, de identidad, de amor. Un musical que anhela un mundo más justo para todos. Es un texto necesario en esta época donde, desafortunadamente, los discursos de odio en contra de la comunidad LGBTQ+ abundan. Hay belleza en la diferencia, en el arte y en esta ocasión, en el teatro.

La obra se presenta de viernes a domingo en el Teatro Manolo Fábregas, consulta horarios y precios, aquí.