Por Roberto Sosa/ Mamá se fue a la Luna, se fue del hogar, dejó a su esposo e hijos. Por la noche los tres hermanos miran el cielo, hacia la Luna, esperando quizá ver a su madre. Catalina crea la fantasía pensando en sus dos hermanos menores, Roberto y Caridad. Padre y abuela unen a la familia, intentan llenar el vacío que Dalena dejó con su partida. Catalina sufre los cambios propios de la adolescencia, Caridad y Roberto pronto dejaran su infancia. La familia trata de arréglaselas sin Dalena.
El relato atraviesa las etapas más importantes de la mayor, Catalina adolescente, su primer amor, vida como esposa y maternidad. Una historia que inicia en los años 80s, periodos de tiempo aderezados con música y sucesos que vivió la capital del país, como el sismo del 85. La familia habita un barrio de clase media, en este vecindario no falta la vecina chismosa que todo ve y en todo está.
Mamá se fue a la Luna es una obra que articula fantasía con realidad. En el mundo infantil todo es posible, en su universo habitan seres como llegados del cosmos, selenitas que acompañan a los protagonistas y son testigos de la historia. Dramaturgia y dirección son de Clemente Vega, es una historia originalmente bien narrada, con transiciones bien montadas, sugestivas y con mucho movimiento. La música ochentera es un plus en este montaje.
El elenco lo integran Ana Guzmán / Alicia Candelas (Catalina), Mónica Bejarano /María Fillipini (Dalena), Fabiola Villalpando / Ana Sofía Cordero (Astronauta), Sebastián Robledo (Roberto), Ketzali Reyes / María Perroni (Caridad), Juan Antonio Saldaña (Rodolfo), Carmen Vera / Lupita Martínez (Verónica), Ernesto García (Rosas), Kaleb Oseguera (Benjamín), Alicia Candelas (Laura) y Pilar Flores / Verito García (Florencia).
Ensamble: Archie Belmar, Bruno Saga, Ian Galicia, Marián Guzmán, Alexis Lugo, Brandon Calvillo, Fernanda Cuellar y Pamela Rosendo. Swings: Gaby Castillejos y Santiago Bautista.
Reparto numeroso para una obra de pequeño formato, la acertada dirección evita que se congestione el escenario; música y coreografías se adhieren y enlazan correctamente al relato, logrando un montaje atractivo y emotivo.
Los protagonistas son interpretados por dos elencos, esto suma y resta en el resultado final, riesgo que asume la producción. La obra es en dos actos y un intermedio: el primero atrapa, engancha al espectador; el segundo es con algunos altibajos y repetitivo en las transiciones. No obstante, la puesta en escena no pierde su originalidad, sostiene el buen desempeño de todos los que intervienen en el montaje.
Llama la atención el trabajo de Antonio Saucedo Aspe en el diseño de escenografía, en el centro del escenario crea un dispositivo que podría funcionar como el comedor de una casa (tomado del boletín de prensa), el centro de control de una nave espacial, un cráter en la luna o un nido vacío; interesante diseño que funciona, abre el imaginario colectivo y aporta creatividad.
Complementan el equipo Miram Quijano, vestuario; Damián Martínez, iluminación; Analú Flores y Omar Drioli, música y arreglos vocales; Hideliza Cruz, coreografía. Producción Clemente Vega y Emilio Trasviña.
Mamá se fue a la Luna es una historia que tiene los pies puestos en la Tierra y con la imaginación volando y girando alrededor de la Luna. Un relato que nos habla de abandono, ausencia y los problemas de una familia promedio en la Ciudad de México. Los jóvenes de hoy que no nacieron en los ochenta, no vivieron el sismo del 85, ni escucharon los éxitos musicales de aquellos años, pero seguramente se reflejarán en Catalina, Roberto o Caridad o con algún selenita.
Las funciones son en el Foro Lucerna los jueves a la 20:00 horas hasta el 28 de diciembre, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
