Después de haber tenido 8 funciones el año pasado en el Teatro Xola, el monólogo Leonardo llega al Teatro Helénico. Este unipersonal, escrito, dirigido e interpretado por Rodrigo Murray, repasa tres momentos importantes en la vida de Leonardo da Vinci. “Obviamente, hago un trayecto muy sintético, porque la vida de un genio como la de Leonardo no podría ser explicada en una hora y cuarto”, puntualiza su autor en entrevista.

A la par de de la historia de Leonardo, explica Rodrigo Murray, se cuenta la de un actor llamado Rodrigo que está interpretando un monólogo sobre el genio florentino. Se trata, nos dice, de “el teatro dentro del teatro”.

En este montaje destaca el actor, va de un siglo al otro, de finales del siglo XV y principios del XVI al siglo XXI. Los tres momentos que aborda el texto son tres momentos de fracaso de Leonardo da Vinci. En este sentido, subraya: “Curiosamente este genio también fracasó, y los fracasos yo creo que los entendió y los comprendió, de tal suerte que no eran una derrota sino un fracaso, y el fracaso lo lleva a escalar la pirámide del éxito”.

Ese es, nos dice, el mensaje que quiso imprimir en este trabajo que le llevó un poco más de 15 años realizar.

Sobre el monólogo nos dice que es un trabajo que a él le gustaría ver como espectador. En este sentido, subraya, se trata de una obra interesante, divertida y llena de humor. Subraya, que Leonardo da Vinci era un hombre con mucho sentido del humor, además de una vocación de ayudar a la humanidad.

 

Leonardo4, una pieza de Sebastián en el Escenario

Un elemento particular de este montaje es que el actor comparte escenario con una pieza monumental, creada por el artista plástico Sebastián. Se trata, nos dice Murray de la obra llamada Leonardo4, la cual permite ver “las cuatro dimensiones que ocupa el espacio en una transformación topológica”. Esta pieza se va transformando en distintas figuras.

Al respecto, el también director, señala: “Cuando está cerrado es un cubo, pero nos muestra las paredes internas, entonces se transforma en, yo quiero pensar, Florencia o Milán de 1500 y también en un departamento en México, en la Ciudad de México en el año 2023”.

Al platicar sobre la pieza de Sebastián en el escenario, el actor afirma que es su coprotagonista. Hace poco más de una década, nos narra, conoció a Sebastián y platicando con él sobre este monólogo le mostró el modelo transformable de la pieza, la cual realizó a finales de los años 70.

El modelo original de la pieza, nos platica el director, mide 30 centímetros por lado, y para la obra se escaló a dos metros por lado. “Entonces, es un cubo que está puesto en el escenario”, dice.

Sobre esta colaboración, Murray nos recuerda que uno de los primeros trabajos que Sebastián realizó fue justamente dentro del diseño de vestuario.

Con el artista plástico, nos dice el autor y director, ha tenido oportunidad de platicar muchas veces, pues se han vuelto buenos amigos. En este sentido, reflexiona que el desarrollo del arte escénico no solamente se refiere al teatro y al actor, sino también “a lo que está ocurriendo en la escenografía”.

 

Dirigirse a sí mismo, “un acto de desfachatez”

El acto de escribir el texto y dirigirse, nos dice en tono de broma Rodrigo Murra, es “un acto, sin duda, de desfachatez, soy un descarado”. En seguida nos comenta que la razón de ello es que al ser un proyecto que le llevó tantos años realizar, era casi imposible coordinar fechas con otras personas. Es, nos dice: “Un trabajo que, verdaderamente, hago yo desde el origen, desde hace un poco más de 15 años, y me era difícil poder comunicar y tener los tiempos para poder colaborar con otros, por eso me aventé a hacerlo yo solo”.

El equipo creativo del montaje está conformado, además de por su autor y director, y el escultor Sebastián, por Luis Ernesto Martínez Novelo “LU”, bajista de La gusana ciega, en la música; Félix Arroyo en el diseño de iluminación; y Marcela Valiente, en el diseño de vestuario. Con este equipo,nos dice el actor, está trabajando hace un par de años.

Como parte del trabajo de preparación, Rodrigo Murray tardó un año ensayando con la pieza de Sebastián. El objetivo era, señala: “Llegar a entender todos los movimientos que tiene”, y agrega, además de 10 años planeando el monólogo junto al artista plástico.

En este sentido, explica que las ocho funciones en el Teatro Xola el año pasado sirvieron para probar cosas de la pieza y del texto. “Obviamente, no soy un dramaturgo que escriba todos los días, entonces, afortunadamente, funcionó bien”, destaca.

¿Por qué el público no se puede perder Leonardo?

El público debe ir a ver Leonardo por varias razones, nos dice Murray. Entre ellas, que se trata de una experiencia como ir a un museo, ver cómo se mueve la pieza de Sebastián. “La pieza de Sebastián es una belleza”, destaca.

Además,nos explica, el montaje aborda una historia atractiva y en ella cuenta cosas de Leonardo que posiblemente no conoce sobre él. En este sentido, nos dice, “era un hombre de carne y hueso”, con el cual nos podemos sentir identificados con su parte humana.

Sobre esto, reflexiona: “El reía, él lloraba, él amó, él comió, y son ese tipo de cosas que a nosotros los sere humanos nos gusta identificarnos con un personaje y pensar que en algún momento pudiéramos llegar a ser un genio como él”.

 

“La realidad estuvo a punto de jugarme una broma macabra”

El actor recuerda que el día del estreno, el 6 de abril de 2022, sufrió a mediodía un accidente en motocicleta. El percance, nos dice, lo dejó con una muñeca fracturada, y tuvo que realizar la función con un yeso en la muñeca. Esta anécdota, señala Murray, es curiosa, pues en la obra interpreta a un actor que constantemente habla de que la obra no se podrá realizar. “La realidad estuvo a punto de jugarme una broma macabra”, nos dice, pero al final la función se pudo dar, “aquel viejo dicho de los actores, el show debe continuar”, remata.

 

El teatro, un proceso de sanación

Sobre lo que significa el teatro en su vida, Rodrigo Murray nos dice: “Yo me casé con el teatro y tengo dos amantes, el cine y la televisión”. Se trata de una terapia y de su vida, confiesa, “no puedo estar un semestre sin hacer teatro”.

El teatro se trata para nuestro entrevistado de un lugar de escape, entretenimiento y aprendizaje, “es gran parte de mi vida”.

El teatro es también un proceso de sanación, tanto para el espectador como para el actor, señala. Hacer teatro, afirma, es muy liberador.

Para más información de la obra, horarios y boletos, haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos:Mariana Xareni.

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