El reloj de Andrés se ha perdido. No está en el sitio en el que lo dejó previamente. El reloj de Andrés, que le indica el paso del tiempo, no está y eso lo torna áspero e incluso agresivo con su hija Ana, porque él asegura que alguien le ha robado su reloj. Que alguien le ha robado el tiempo.

Andrés, o André como se nombra en la versión original en francés, es El Padre y en ese personaje de Florian Zeller que va y viene por su casa sin reconocer a las personas que ahí habitan, fastidiando a sus cuidadoras, confundiendo los datos de su vida y de la de sus seres queridos, en ese padre se resumen muchos padres y abuelos del mundo, que en la última etapa de su vida entran al laberinto de la demencia senil. Zeller mete a André a ese laberinto como lo puede hacer cualquier autor. Pero no cualquiera hace que lo recorramos junto con él y sintamos el vértigo de lo incierto, de la nada, de la muerte en vida.

Narrador, dramaturgo, director escénico y recientemente guionista y cineasta a partir de sus propios textos teatrales, Florian Zeller (París, 1979) inició su trayectoria autoral como novelista con Nieve artificial para luego seguir con Amantes o algo así y La fascinación del diablo, con la cual las miradas literarias se posaron sobre él.

Curiosamente, esa novela apareció en 2004, año en el que se estrenó El otro, su primera obra de teatro, con la cual de inmediato hizo su entrada triunfal a la escena parisina. Desde entonces, el nombre de Florian Zeller ha estado ligado a lo mejor de la dramaturgia francesa del Siglo XXI gracias a comedias como La verdad y su par La mentira, en las que también lleva a sus personajes hacia un laberinto: el de la infidelidad y la honestidad entre cónyuges y entre amantes. S bien están ideadas para arrancar las risas del público, lo hacen a partir de una disección profunda del comportamiento humano.

Esa cualidad de sus textos es lo que ha hecho que el medio teatral lo equipare con Yazmina Reza, la dramaturga y novelista francesa más destacada de finales del siglo XX y principios del XXI, que con obras como Arte, Un dios salvaje y Tres versiones de la vida desmenuza el desencanto de la burguesía de su país -y de muchas partes del mundo-.

La verdad fue la segunda obra de Florian Zeller escenificada en México. Estrenada en 2018 bajo la dirección de Benjamín Caan, la obra fue protagonizada por Eduardo Santamarina y Mayrín Villanueva, reconocidos por el gran público por su trabajo televisivo.

Un año antes se estrenó la obra con la que conocimos a Zeller en México y que, de hecho, es la obra con la cual empezaron a conocer al autor en diversos países: Le père estrenó en París en 2012 y de ahí saltó a Londres en 2014, bajo la traducción del prestigiado dramaturgo británico, Christopher Hampton.

El éxito llevó a The Father a Nueva York, en donde estrenó en 2016 y le mereció un Premio Tony a su protagonista, Frank Langella. El productor Daniel Gómez Casanova vio la obra en Nueva York y, sin dudarlo, compró los derechos para que la escenificara en nuestro país el actor que en ese momento era la estrella de sus producciones: Ignacio López Tarso.

Bajo la dirección de Salvador Garcini, director de cabecera del primer actor, El Padre estrenó en 2017 en el Teatro San Jerónimo, con un elenco de actrices y actores más cercanos a la televisión, como Érika Buenfil, Sergio Basáñez, Lisardo y Lucero Lander.

El impacto de ver entonces en escena al histrión de 92 años, en un personaje plenamente acorde con su edad, enfrentado a un texto contemporáneo y complejo en su estructura, surgido de la pluma de un autor joven, resultaba una experiencia francamente memorable y, al menos en ese caso, poco importaba que sus compañeros de escena estuvieran o no a su altura: López Tarso hacía y deshacía en escena como él sabía, pero desde un compromiso brutal con lo escrito por Zeller.

Aunque no la hemos visto, El Padre es una obra acompañada por La Madre, en donde el autor lleva a sus últimas consecuencias la depresión de una mujer que va quedando sola en su casa luego de que sus hijos se van de la casa y se siente desatendida por su marido.

Tras el éxito de The Father, The Mother, también traducida por Hampton se escenificó en Londres con éxito rotundo para luego aterrizar en Nueva York en una breve temporada protagonizada por la leyenda francesa Isabelle Huppert. La diva Huppert en Nueva York diciendo en inglés los difíciles textos de Zeller traducidos por Hampton: lujo total. Completa el cuadro familiar la obra El hijo, que además de ser escenificada exitosamente en Londres, es la segunda obra que el propio autor adapta al lenguaje cinematográfico.

Actualmente en Prime Video puede verse el filme estelarizado por Hugh Jackman y Laura Dern, el cual a pesar de cumplir con todas las reglas de ambigüedad y fronteras de Zeller, ni para la crítica ni para el público ha resultado una propuesta afortunada. Otras obras que han tenido adaptación cinematográfica, a cargo de otros realizadores, son Una hora de tranquilidad y El reverso del decorado.

Si tu mueres, Ella te espera y El bosque, ésta última la más reciente, estrenada en 2021, son obras que completan la producción teatral de Zeller. A pesar de que tampoco la conocemos en México, ni ha sido llevada a la gran pantalla, una de las obras más destacadas del autor es La altura de la tormenta, en la cual se retoma el tema de la demencia senil y los ires y venires entre presente y pasado, realidad y alucinación, verdad y mentira, felicidad y dolor.

Aunque nuevamente es André el protagonista, aquí hay un coro que junto a él encabeza Madeleine, su esposa y, tras ellos, sus hijas, algún amigo, alguna amiga. Al igual que las ya mencionadas, la obra fue llevada de inmediato a Londres en 2018, en donde fue dirigida por el legendario Jonathan Kent, quien reunió a dos de los actores más importantes de Inglaterra para estelarizarla: Jonathan Pryce y Eileen Atkins, quienes al estar juntos en escena lograban un concierto inquietante y armónico: perfecto. Ambos repitieron a sus personajes para la puesta en escena en Nueva York.

Antes de ver en la gran pantalla El Padre ya habíamos tenido dos puestas en escena de Florian Zeller, la verdad es que la comunidad teatral de estos lares lo conoció y, sobre todo, lo reconoció hasta que el filme protagonizado por Anthony Hopkins y Olivia Colman tuvo el éxito avasallante que coronó el sendo Premio Oscar para el actor.

Por ello, no es de sorprender que la obra más conocida del autor regrese a los escenarios teatrales, ahora sí luciendo por todos lados el nombre del dramaturgo e, incluso, siendo el invitado de honor al estreno del montaje producido por Alejandro Gou, Óscar Uriel y Guillermo Wiechers, quien además es el autor de la traducción que resuena en la voz de Luis de Tavira.

En ésta ocasión, el impacto de esta obra viene de ver en el personaje de André, o Andrés, a una de las figuras más importantes y controvertidas del teatro mexicano. El mítico director del teatro universitario, subvencionado y cultural está ahora en el escenario del Teatro Fernando Soler del Centro Cultural Manolo Fábregas para estremecer a propios y extraños en su faceta de actor, que desde hace algunos años ha ponderado.

Junto a él, un elenco diverso que incluye a Fernanda Castillo, Emma Dib, Pedro de Tavira, Ana Sofía Gatica y Alfredo Gatica, todos bajo la dirección de Angélica Rogel, quien es la encargada de guiar al Maestro Tavira y a su elenco por el laberinto de la mente de ese hombre que va y viene por su propia casa pensando que tal vez no está en su casa, que no conoce a las que dicen ser sus hijas y que se resiste a perder su reloj, quizá porque ahí está el tiempo que sabe que se le está acabando. No importa. Ahí está Florian Zeller para hacerlo renacer… y volverlo a meter al laberinto.

Por Enrique Saavedra, Foto: IG florianzellerofficiel

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