Los caminos por los que los creadores escénicos se mueven los van llevando a diversos lugares. Es el caso de la actriz y directora Rebeca Trejo (Acá en la tierra, Un obús en el corazón), egresada del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, y licenciada en Administración de Empresas, también en la UNAM.

“Ya tengo muchos años, primero como actriz, y a la par incursionando mucho en el mundo de la producción, ya sabes que en este ámbito uno le entra a todo lo necesario para poder levantar los proyectos, gestionarlos, darles más vida, girarlos”, nos dice la creadora escénica en entrevista.

Rebeca ha llevado la producción ejecutiva y la administración de más de una veintena de producciones y es integrante de la compañía Los Bocanegra.

En 2019 incursionó en la dirección teatral, con Acá en la tierra. “Me llegó una historia de Luis Eduardo Yee, que es Acá en la tierra, que es la primer obra que dirigí, que ahorita está en el Teatro Orientación en temporada, cuenta la anécdota de un niño que no se podía formar en ninguna fila, entonces yo pensé que era una anécdota muy sencilla pero muy contundente, porque no se identificaba con parámetros establecidos de género”, narra.

Un dato curioso es que, todavía sin terminar la obra, ella le dijo a Luis Eduardo Yee que la anécdota era tan contundente que podía ser un cortometraje. “Me aventuré, escribimos la carpeta y metimos un apoyo a Procine y nos lo dieron. Mi primera dirección fue el cortometraje de esa historia, y posteriormente se acercó a mí una productora que vio el cortometraje y le interesó mucho y me dijo, vamos a hacerlo teatro”.

Es un poco como comandar el barco

La directora realizó sus primeros acercamientos con la dirección por su trabajo como castinera y coach actoral, al ver y dirigir a otros actores y actrices en ese mundo. “Mi escuela fueron mis mismos compañeros actores”, señala.

Sin embargo, también sus años dentro de la producción fueron una parte fundamental en su incursión dentro de la dirección. Se trata, nos dice, de las ganas de contar historias y las tablas que le han dado tantos años en escena como actriz y “produciendo, siendo observadora”.

El teatro es sin duda una disciplina en la que lo colectivo cuenta. Al respecto la también actriz subraya que si bien ha sido un reto para ella, siempre está la colaboración con el dramaturgo y el equipo “con el cual te alías y haces colaboradores”.  Sobre esto, reflexiona: “Es un poco como comandar el barco, hacerlos partícipes de lo que tú visualizas, encontrarte con ellos artísticamente, llegar a acuerdos”.

En este sentido resume que esto ayuda mucho en la dirección, “saber que no estás sola, saber que hay un conjunto de gente muy valiosa, muy creativa y muy capaz que te va a respaldar”.

Historias que hablan de la búsqueda de identidad del personaje

La segunda obra que dirigió Rebeca Trejo es Un obús en el corazón, de Wajdi Mouwad. Como actriz y productora conoce bien el universo del dramaturgo canadiense de origen libanés. De hecho, en el 2010 fue parte del elenco de Incendios, obra del autor que fue todo un fenómeno en el teatro de nuestro país y la cual todavía muchos recordamos.

Sobre Un obús en el corazón nos platica que comenzó a trabajar con ella hace dos años. “He leído muchos textos de él, y esta obra me gustó muchísimo porque es un monólogo, y es también una historia muy concreta”, señala Trejo. La obra a partir de una anécdota que pareciera sencilla, agrega, contiene una serie de historias que hablan de la búsqueda de identidad del personaje, en la que todos nos encontramos constantemente.

Una intuición que ha ido desarrollando a lo largo de varios años

El montaje, interpretado por Bernardo Gamboa, confiesa la directora, es un texto que ha sido un gran reto. Al ser un monólogo la directora tuvo que encontrar la manera de abordarlo. Para entender cómo hacerlo, Trejo realizó una indagación e investigó sobre la manera en que los actores “buscamos los personajes”. Se trata, explica: “De hacer un concepto con el cual pudiera empatar todos los artistas, esa es la historia, uno va un poco con la intuición, no con la intuición primera, sino una intuición que ha ido desarrollando a lo largo de varios años”.

Rebeca ha estado con las obras de Wajdi Mouwad siempre de los dos lados, actuando y produciendo. “De alguna forma esa capacidad estaba siempre de los dos lados, porque aunque no dirijas, estás viendo qué se necesita, teniendo un ojo externo siempre, no del lado de la dirección, pero sí del lado de ver la obra un poco desde afuera”.

La directora tiene una relación especial con el dramaturgo canadiense-libanés, “conecto muy fácilmente y muy rápidamente, justo por todos los textos que ya he trabajado como actriz y como productora”. Sin embargo, reconoce que fue un reto el tomar las decisiones sobre el montaje.

Temas con los que todos los seres humanos “empatamos muy bien”

El trabajo de Wajdi Mouawad habla de conflictos y temas muy humanos. A pesar de que al ser de origen libanés su obra podría parecer ajena, se trata de textos que generan emociones en el público.

Sobre esto, nos dice Rebeca, el autor habla sobre la búsqueda de identidad, sobre la guerra y la violencia, los encuentros y desencuentros, de la memoria, temas con los que todos los seres humanos “empatamos muy bien”.

Para la directora y actriz, en estos temas no hay divisiones ni países, pues en casi todas sus obras el autor habla de pérdidas, “en ese sentido, todos las hemos tenido de alguna u otra forma”.

Un obús en el corazón se reestrena este 3 de julio en el Teatro El Galeón. El remontaje, nos adelanta la directora, mantiene casi el mismo formato y se realizaron adecuaciones mínimas. “Se rescató mucho de la esencia, pero se aportaron otras cosas, cada espacio es distinto”, señala, y agrega, “el tiempo también te da otras posibilidades, mirar las cosas desde otro lado y potenciar otras”.

Hábitos que como sociedad tenemos que ir rompiendo

Al platicar sobre los retos particulares que enfrenta una mujer en la dirección, Rebeca Trejo nos dice: “No me gusta ponerme en esos lugares, porque de repente sí existe. Hay, no una desigualdad, son costumbres, hábitos que como sociedad tenemos que ir rompiendo poco a poco”.

La Directora destaca que en algunos casos son cosas muy arraigadas y hay un trato diferente. Como ejemplo, dice, a veces está el caso del trato con los técnicos. “Al ser mujer les cuesta más trabajo escucharte. Tienes que Imponerte, lo cual no me gusta hacer, de repente pareciera que tendrías que actuar como hombre para que te escuchen, hablar fuerte y ser malo. No quiero, no me gusta y no lo voy a hacer”, señala al respecto.

Para Rebeca Trejo el objetivo es ser escuchada sin tratar de parecer hombre para generar autoridad. “Ha sido difícil, no demasiado, vengo un poco ayudada por mi etapa de productora, donde ya tenía que lidiar con esas cosas”, señala.

Tenemos que seguir trabajando y construyendo todos

En este sentido, resume así el tema: “Creo que sí existe, no me gusta verlo como un obstáculo grave, pero sí algo que incomoda a veces y que tampoco me quiero victimizar porque me quita tiempo cuando tengo que estrenar una obra o estar a cargo de un proyecto”.

Finalmente, señala que, por ejemplo, en Acá en la Tierra ha estado rodeada prácticamente por mujeres, lo cual la ha hecho sentir muy acompañada. Lo mismo, agrega, sucede con Un obús en el corazón, “está Bernardo, que también es hombre, pero es muy generoso, escucha, y creo que también está buscando esa ruptura de parámetros”.

“Creo que estamos buscando un cambio, creo que vamos avanzando, creo que falta mucho, pero de todos, incluyendo mujeres, hombres, creo que lo importante es observarlo. No hacerlo evidente ni atacar a nadie pero sí ver que ahí hay algo que tenemos que seguir trabajando y construyendo todos”, puntualiza.

Proyectos que vienen

Entre los proyectos que tiene Rebeca Trejo en lo que resta del año está Toto y Pez, un texto escrito y dirigido por Luis Eduardo Yee. En esta obra participa como actriz y en la producción junto con Paola Salgueiro.

A la par, señala, se encuentra tratando de escribir otro texto “para seguir este impulso”. Sin embargo aclara que no le gusta plantearlo como “ya tengo que dirigir”, sino que prefiere “algo que vaya llegando, que fue lo que pasó en Acá en la Tierra y Un obús, fue como un instinto”.

Al respecto, destaca: “Admiro a quien dirige dos o tres obras al mismo tiempo, la verdad es que no sé cómo lo hacen, pero yo me tomo mi tiempo para decir”. Es decir, explica, se toma un tiempo para decidir cuando un proyecto ya está cerrado y empezar otro más para saber “qué quiero decir y por qué, y hacia dónde me voy a ir”.

Para más información de Acá en la tierra haz clic aquí, para información de Un obús en el corazón clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Natalia Bermúdez.

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