Por Alegría Martínez/ Envuelto en sonidos, letras, canciones, imágenes y recuerdos suscitados por su abuelo y por Frank Sinatra, un hombre joven comparte etapas de su infancia nutrida por las dos personas que marcaron buena parte de su existencia y por una época de glamour, acción, música y romance que emulaba fantasías y sueños de grandeza.

Una lámpara colgante ilumina la alfombra color naranja en la que el estilo de la silla y el escritorio de madera aluden a los años 50 y 60. Recostado sobre el mueble hay un hombre. A unos pasos destacan un pedestal con micrófono y muy cerca, una botella de whisky, elementos clave en la vida del popular cantante estadounidense de origen italiano.

El personaje que viste pantalón negro con tirantes, camisa blanca y Converse con arcoíris, dialoga consigo y con el espectador, al que transmite la emoción que le genera traer al presente a su querido abuelo materno y al cantante y actor que fuera ídolo de muchas generaciones.

Al único personaje de Mi vida con Frank, haber crecido durante los años en que la estrella conocido como “La voz” y su abuelo respiraban el mismo aire, le genera una especie de orgullo, como si ese universo le perteneciera.

Así se percibe la admiración de José-María Mantilla, autor, director y actor de la obra en torno al que fuera esposo de Nancy Barbato, Ava Gardner, Mia Farrow y Barbara Sinatra , amante de muchas mujeres más.

Conocedor de las virtudes y defectos del seductor que marcó la vida y el estilo de la sociedad norteamericana, entre la década de los 50 y 60, José-María Mantilla realiza un recorrido, por la huella que dejó Sinatra en películas, programas de radio y televisión que regalaban sueños de lujo a un país deseoso de dejar atrás el fantasma de la guerra.

El protagonista de Mi vida con Frank, vivió en carne propia la afición de su abuelo y la fantasía hecha realidad del artista que coronó su ambición de ser el número uno, como si se pudiera vivir eternamente dentro de un cuento con música baile y reflectores.

José-María Mantilla se apropia de cincuenta minutos de libertad destinada a una gozosa recreación para compartir distintos pasajes de la vida de Sinatra, sin dejar de lado obstáculos que deterioraron su imagen a pesar de sus triunfos.

El ascenso, las caídas, la apoteosis de quien comandaba la pandilla del Rat Pack, con amigos cantantes y actores decididos a conquistar el mundo, se encuentran en este homenaje escénico en el que el actor interpreta algunas piezas convertidas en éxitos por el hombre de ojos azules.

La historia, las anécdotas, como el haberse relacionado con mujeres hermosas, al tiempo en que circulaba su imagen de esposo y padre de familia, su relación con el crimen organizado y su apoyo abierto a Robert Kennedy, sus diez minutos en televisión con Presley a un alto precio, entre muchos episodios más, conforman la leyenda del hijo único que fue echado de su casa a la edad de 17 años y terminó con una fortuna estimada en 26 millones de dólares.

Un universo de glamour, polémica, derrotas y éxitos fluye en la interpretación del actor, cantante, dramaturgo y director mexicano que comparte el gozo de contrastar el mundo de quien en 1953 ganara el Óscar como mejor actor secundario por la cinta “De aquí a la eternidad”.

Paralelamente, el personaje creado por Mantilla, destila ese amor por su abuelo, admirador de la estrella hollywoodense, que guiaba un Ford Maverick verde, por el que sentía predilección, como Sinatra por un micrófono que lo salvó como artista, cuando su voz carecía de la proyección necesaria.

El equipo reunido en torno al montaje de “Mi vida con Frank”, integrado por Sofía Álvarez en la asistencia de dirección, Gabriel Solís en la iluminación, Carolina Jiménez en la asesoría de espacio, Fernando Sisniega en el diseño de sonido, Glenda Tejeda en la producción ejecutiva con La farándula Cía, fundada por Mantilla, y Enrique Saavedra al frente de prensa y medios, invitan al espectador a un agradable viaje por el recuerdo al que se agregará el deseo de conocer más sobre la leyenda ojiazul.

Emotivo y alentador, sin mayor pretensión que la de evocar a una gran figura del espectáculo del siglo XX, fuera de juicios éticos y morales y sin embargo atento a sus contradicciones y tropiezos, Mi vida con Frank invita a hacer memoria en torno a la estrella, a reconocerla y a revivir los nexos que cada quien ha tenido con éxitos como “ A mi manera”, que para muchas personas equivalen a un himno y para otras forman parte aún del recuerdo que solo se completa con el característico y amado timbre de “La voz”.

La obra estrena temporada en el Teatro El Milagro del 24 de enero al 1 de febrero, consulta horarios y precios, aquí.