Por Luis Santillán/ Hansel y Gretel, el cuento recopilado en 1812 por los Hermanos Grimm, es un relato cuya trama permite reflexionar sobre situaciones sociales y dinámicas de relación entre adultos e infantes, la versión antigua plantea una práctica común durante el medievo como solución a problemas de carencias; con la mirada de la modernidad y el avance en el reconocimiento de derechos permite, hoy en día, ser un material para recapacitar sobre abuso y explotación y abanderar acciones de sensibilización.
El proyecto de la Compañía de Teatro Penitenciario externa tiene varios logros, uno de ellos es rebasar los muros y ofrecer puestas en escenas con temporadas en distintos espacios, su versión Gretel y Hansel 2.2 se presenta en El77 Centro Cultural Autogestivo .
Esta puesta en escena parte de la línea anecdótica de Hansel y Gretel, las adecuaciones de contexto pretenden poner énfasis en problemáticas sociales, el lenguaje escénico hace uso de máscaras y muñecos bocones, la música -ejecutada en vivo- da acompañamiento a las situaciones; hay una suma de factores que funcionan porque están diseñados para aprovechar las herramientas del equipo. El final tiene una variante que, con un manifiesto, hace énfasis en el motor del proyecto.
La propuesta equilibra el trabajo actoral, las herramientas de quienes componen el elenco son distantes; Valeria Lemus es el soporte y en ella recae mantener unificado los tonos; Javier Cruz e Ismael Corona mantienen el rigor para sostener a sus personajes. En conjunto logran los momentos de humor, la coherencia del universo y exploran las características que poseen en beneficio de quienes están en la historia.
La labor de Itari Marta, en la dirección, tiene muchos aciertos, aprovecha las cualidades de cada integrante, explota para beneficio de la propuesta los clichés, coloca en escena referencias propias del contexto de la compañía, cuida el ritmo a partir de quienes están en escena y eso ayuda a que sus actores disfruten su labor y se vea reflejado en la relación que establecen con el público.
Valdría la pena revisar la creación dramatúrgica, pues los puntos donde la compañía quiere poner el énfasis no logran unirse de manera armónica, el relato clásico corre de manera tradicional, es amenizado con escenas como el programa de televisión o el narrador, pero la relevancia de la revocación de mandato o el reconocimiento de los derechos de los niños van a un lado, ajenos en lenguaje escénico y línea anecdótica.
La labor de la compañía es muy valiosa desde su naturaleza misma, ser una opción de reinserción social es una meta que cualquier persona desea que se logre, y los resultados de ese proceso crean puestas en escena atractivas, diversas, con una exploración que cada vez refuerza su búsqueda creativa, con Gretel y Hansel 2.2 ofrecen una puesta para toda la familia, quizá para algunos el uso de lenguaje y ciertas referencias pueden ser inadecuadas, sin embargo, contextualizando la naturaleza de la compañía, es necesario que todo tipo de publico entre en contacto con la propuesta.
La obra se presenta los miércoles hasta el 22 de julio en El77 Centro Cultural Autogestivo, consulta horarios y precios, aquí.
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