Por Alegría Martínez/ La inesperada llegada de un joven al departamento de un hombre mayor en Nueva York, genera una convivencia forzada entre el distraído anciano que estuvo a punto de ser atropellado y el soberbio conductor que debe enmendar su falta mediante el cumplimiento de servicio asistencial.
El dramaturgo y guionista estadounidense, Jeff Baron, autor de Visitando al Sr. Green, escrita en 1996 y estrenada un año después, crea a dos personajes opuestos en apariencia, obligados por las circunstancias a convivir un día a la semana durante más de un mes, tiempo en que el viudo y el exitoso ejecutivo financiero, descubren su verdadero sentir frente a las reglas que implanta la religión judía.
El texto teatral, que plantea el rechazo de dicha comunidad al matrimonio entre personas que no practican la misma religión y a la aceptación de homosexuales dentro de la familia, profundiza en la contradicción, el pesar y la distancia que estas normas generan entre seres queridos.
Representada en más de 21 países, el reciente estreno de Visitando al Sr. Green en la Ciudad de México es protagonizado por Alberto Lomnitz y José Ramón Berganza, bajo la dirección de Miguel Septién, en una producción de Toca Teatro y Alejandro Bracho.
La acción tiene lugar en un espacio escénico que permite al espectador observar la parte externa que conduce al hogar del hombre de la tercera edad, el interior de su sala-comedor, un lugar destinado a enseres de cocina y los laterales donde los actores se cambian de vestuario cada vez que da inicio un nuevo día.
La dirección de Septién, hace que Lomnitz y Berganza entren y salgan de su personaje a vistas, al cambiarse de pantalón y camisa frente a un rack con las prendas dispuestas bajo una tenue luz azul, como si se tratara de un camerino abierto. Los personajes, que sirven agua caliente para tomar té y mediante un movimiento accionan elementos como un apagador o una ventana imaginaria, transitan así de un tono a otro, ubicando al espectador tanto en la ficción como en el juego de la convención abierta de forma intermitente.
La sensación del paso del tiempo, los instantes a solas como actores enfocados en la acción de vestir a sus personajes para entrar a escena, la modificación gradual de su actitud corporal y la entrada al hábitat del señor Green, muestran el cambio de gestos y actitud para entrar en unos personajes que invitan al público a acompañarlos ante su propia circunstancia y frente al otro.
El tormento interior del viejo y el joven, en teoría antagónicos, emerge en las discusiones, los desencuentros, el humor que se desprende de su mutuo rechazo y las confesiones que dejan escapar por encima de su voluntad, que exponen un silencioso y oculto dolor cotidiano para poder continuar con su forma vida.
Alberto Lomnitz, interpreta a un malhumorado hombre con vientre abultado, cabello sin peinar, voz aguda y andar lento, que refunfuña y se defiende con frases ingeniosas lanzadas como ataque verbal ante la invasión de su privacidad y la posibilidad de modificar su añeja rutina.
José Ramón Berganza, con atuendo citadino de ejecutivo neoyorkino y porte altivo, crea en el papel de Ross Gardiner, a un joven que paulatinamente transforma su soberbia y rígida actitud, en comprensión, solidaridad y empatía, rumbo al cambio que requiere su vida, más allá de reglas y costumbres.
Director y actores logran el objetivo. Hacen transitar a los personajes desde el rechazo y la desconfianza, permeadas por la auto represión y la intolerancia, hacia la reflexión y la empatía. Lomnitz y Berganza generan momentos de intimidad y cercanía humana entre dos hombres necesitados de comprensión y escucha.
Visitando al Sr. Green se presenta de viernes a domingo en el Teatro Milán, consulta horarios, precios y descuentos, aquí.
