Por Luis Santillán/ En 1995, en Londres, se estrena Shopping & Fucking del dramaturgo inglés Mark Ravenhill. El texto aborda temas como la drogadicción, la prostitución, el desencanto, las condicionantes de un mundo donde todo se puede vender; tiene un tratamiento donde el humor negro y la violencia se entretejen para lograr una exposición descarnada de los personajes.
Se considera que este texto es del primer momento del teatro “In-yer-face‟ (propuestas sostenidas por la violencia y brutalidad, marcadas con carga sexual, lenguaje obsceno y soez; la degradación humana llevada al extremo). Es un buen material que requiere de una visión de dirección que pueda explorar su estructura, su poética y lograr una puesta en escena que rebase la ilustración mediática del contenido, quizá nadie mejor que Sixto Castro Santillán.
Tal vez un recurso fácil para estos textos sea sostenerlos en lo violento, paradójicamente eso podría desgastar la violencia del texto; lo primero es un efecto estridente, lo segundo, es la descarga emotiva lograda al exponer personajes en situaciones extremas. Castro logra un montaje donde la propuesta visual, sonora y rítmica van logrando una suma que vincula al espectador con lo que acontece en la escena.
La propuesta de dirección juega con los contrastes, situaciones tensas las matiza con humor, en colaboración con Abimael Méndez (diseño de escenografía), Alita Escobedo (diseño de Iluminación) y Mauricio Arizona (diseño de vestuario) crea un universo donde el color, las formas, los volúmenes convierten un espacio habitacional en un agujero negro donde los personajes son absorbidos por sus acciones.
La propuesta de Castro es atractiva por las direcciones rítmicas con las que trabaja a los personajes, aquel que tiene la capacidad de ser el de mayor violencia maneja un ritmo de parsimonia; quien, por el contrario, sufre la violencia en extremo, su ritmo es frenético.
Las variantes de cada personaje se pueden ver por la dinámica de acción, trazo y relación con los otros, existen dinámicas escénicas que permiten el desarrollo de los personajes.
El trabajo de Claudio Lafarga y Fer Aguiar muestran lo que la dirección pretende lograr. Lafarga cuida la contención emotiva, le da valor y acento a la expresión corporal, mantiene en la construcción verbal la amenaza constante de manera sutil (y por lo tanto más terrorífica). Fer Aguilar irrumpe el universo volviéndose de lo más memorable de la puesta.
Shopping & Fucking de Mark Ravenhill con la dirección de Sixto Castro Santillán es un buen incentivo para retomar el teatro presencial, esta puesta en escena exhibe, de diversas maneras, que la vitalidad de la ficción teatral puede ser más contundente que el realismo de las pantallas.
Las funciones son lunes y martes en el Foro Lucerna del Teatro Milán, consulta precios y horarios, aquí.
