Por Ro Tierno, Fotos: Cortesía/ En el marco de la octava edición de Panorama Sur, un proyecto de THE – Asociación para el Teatro Latinoamericano, Goethe-Institut y Siemens Stiftung con sede en Argentina, se presentaron exponentes de una nueva generación de dramaturgos y dramaturgas mexicanas.

Dirigido por Alejandro Tantanian y Cynthia Edul, Panorama Sur es un espacio de creación y formación para dramaturgos organizado en la Ciudad de Buenos Aires, que ha logrado posicionarse como una plataforma de intercambio entre autores de todo el mundo.

Se trata de una ventana al universo de la futura dramaturgia mundial, en un encuentro que a través de seminarios, conferencias, workshops y espectáculos pretende generar un diálogo entre creadores para una reflexión sobre las artes contemporáneas.

En este espacio, que tuvo figuras destacadas internacionales como los performers Ivo Dimchev y Radouan Mriziga, se presentó un ciclo de conferencias performáticas bajo la consigna ¿Cómo llega lo nuevo al mundo?, destacándose la participación de nuevos autores y autoras mexicanas, entre ellos José Emilio Hernández, Ana Lucía Ramírez (Las chicas del Carrer Notariat 10), Estefanía Norato (La gota y el mar), Diego Alba (Los gatos me vieron huir) y Cynthia Fernández Trejo.

Como explica el texto de Panorama Sur, la pregunta “¿cómo llega lo nuevo al mundo?” constituye uno de los ejes de trabajo actuales del Goethe-Institut. Lo “nuevo” siempre ha sido sinónimo de progreso para la sociedad, pero las sucesivas crisis dan cuenta de lo limitado del sistema en que vivimos, que actualmente se ha convertido en un proceso acelerado de descarte, donde “lo nuevo” tiene corta vida, y el miedo al fracaso y la extinción de la humanidad están más latentes que nunca.

En este marco de reflexión, pudimos apreciar las lecturas de las dramaturgas y actrices mexicanas Ana Lucía Ramírez, que integra el Foro Área 51 de Xalapa, Veracruz, y Estefanía Norato, ganadora del Premio de dramaturgia joven Vicente Leñero 2017 por La gota y el mar, que participaron junto a exponentes de Colombia, Argentina, España, Cuba, entre otros.

¿Qué pudieron destacar de este encuentro? ¿Por qué les parecía importante estar acá?

Ana Lucía: lo más importante es la construcción de redes que se genera con los mismos compañeros, y también se me hace importante por Alejandro Tantanian, conocer la dramaturgia que se hace acá en Argentina, el quehacer teatral de la ciudad y poder tener cercanía con un autor que me interesaba.

Estefanía: Lo que más me llevo de este seminario Panorama Sur es la convivencia entre autores de varias partes del mundo, justo hoy cerró el taller y Alejandro Tantanian nos decía que el propósito era crear redes y vínculos entre los países, esperando que en un futuro podamos irnos de residencia al país de alguien más. Este año tuvimos la suerte de ser un grupo muy unido, desde el principio hubo un genuino interés por la dramaturgia del otro y eso es muy valioso.

¿Qué pudieron reflexionar sobre cómo llega lo nuevo a mundo?

Ana Lucía: Lo que yo plantee en mi lectura fue cómo transformamos lo antiguo, lo que es nuevo en realidad no es nuevo, es solo un tratamiento de lo que ya existe, más bien lo nuevo es cómo modificas eso que ya tienes, cómo lo transformas para seguir en el futuro. Por mi momento de vida, lo que me interesa es indagar en mi pasado, mis orígenes, que me llevan a un punto que yo no conozco, que sería lo nuevo, una indagación de todo mi proceso de vida y origen para poder construir lo que soy en el presente y lo que seré en el futuro.

Estefanía: Se me hacía un tema un poco abstracto, después me puse a pensar en la escritura, luego a nivel humano, y lo que reflexioné fue que hay cosas que se van renovando con el paso del tiempo y las grandes eras de la humanidad, sin embargo hay algo que siempre impera: lo humano, y es lo que conecta a todos, nacemos, morimos, tenemos ansias de cosas nuevas, todos en algún momento rechazamos la novedad y nos quedamos con algo que nos significa, y sobre eso reflexioné, sobre cómo la vorágine de lo nuevo convive con algo que va a ser muy permanente, lo humano.

Aquí hay gente de todo el mundo… ¿Qué temas o formas teatrales comparten como generación?

Ana Lucía: Los temas son muy diversos y muy ricos. Lo que te permite Panorama Sur es tener todo un abanico del quehacer que se hace en cada país, hay gente de Uruguay, obviamente Argentina, México, que es un país muy grande, donde también hay diferentes voces y necesidades. Hay gente de Bolivia, España, y los intereses son muchísimos, diversos, así como las voces y las plumas, todas muy interesantes, que van desde una cosa más de teatro de autor, de una voz mucho más desestructurada, unas que son de largo aliento, textos más para niños, temas como el narcotráfico  o costumbristas. Lo que he encontrado son muchas situaciones que en apariencia son cotidianas, como el amor, las situaciones familiares, pero tratadas desde otro punto. Hay muchos que escriben desde el absurdo también.

Estefanía: Cosas que noto en común es que hay muchos que ya no están buscando el eje dramático, están experimentando otras teatralidades como el biodrama, la escritura que tiene más que ver con lo performático, las distopías, este anhelo de un mundo post apocalíptico, el humor tirado a lo absurdo, que lo noté en textos de Argentina y Colombia, cómo se burlan de su realidad violenta a través del absurdo para hacernos reflexionar. Noto también un eje de la violencia en sus diferentes manifestaciones, que todos los países latinoamericanos hemos vivido, como el narcotráfico en México y Colombia, en Ecuador las catástrofes naturales, en Cuba la dictadura, en Argentina el levantamiento en contra de la violencia de género. Hay escrituras más desestructuradas, que tiran como a un proceso de pensamiento actual que es mucho más rápido, todo es más ágil y la dramaturgia se vuelve más ágil para el espectador actual.

Esto que comenta Estefanía, sobre un futuro apocalíptico, fue algo muy marcado en la conferencia y en las distintas dramaturgias performáticas. La temática de la nueva generación de creadores y creadoras parece estar atravesada por un existencialismo que se construye no desde el miedo a un futuro incierto, sino ya desde una aceptación de la finitud humana. Algo que da un resultado polémico: libertad versus pesimismo de época.

Sobre la forma en que se escribe y expone la dramaturgia, Ana Lucía comentó que “en Argentina, lo que veo que me empezó a interesar es más una escritura mucho más de búsqueda, quitando el personaje entendido como tal, algo más experimental y llevado hacia lo performático. En México creo que es un teatro que por alguna razón todavía no nos hace eco”.

Panorama Sur se realizó del 15 de julio al 2 de agosto y este año tuvo el apoyo del Centro Cultural San Martín, el Centro Cultural Kirchner y el Teatro Nacional Argentino – Teatro Cervantes.

Para conocer más sobre esta plataforma y su convocatoria pueden dirigirse a www.panoramasur.com.ar o a www.goethe.de/buenosaires

 

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