Por Roberto Sosa/Ensueños que lo transportan a un mundo donde todo cabe y todo es posible. En ese universo conoce a María y se enamora de ella, logra y hace realidad lo que despierto se le ha negado. Un sueño que vive y siente, lo inverosímil no existe. Las noches están pobladas de imágenes suyas y de María. El hermoso sueño al despertar se convierte en pesadilla, ya que todo lo que vive es sólo una ilusión.
Pero María existe y es su vecina, su voz es igual a la mujer que él sueña. En su primera cita en el mundo real, le menciona cosas que vive cuando duerme, que nadie conoce y son reales. “Eres la mujer de mis sueños”. Ella siente temor y prefiere guardar distancia; a diferencia de él, padece insomnio y si logra conciliar el sueño se cambia a sonámbula. Una noche dormida se mete a la cama de su vecino y duermen juntos.
Es una obra que escribe, actúa y diseña la música original, Ricardo Zárraga, quien hace suyo un espectáculo que complementa con temas y baile. Esto la convierte en una obra orgánica y somática. La dramaturgia no versa sobre un conflicto emocional o existencial, a cambio es un texto onírico y alusivo, donde los personajes viven sobre una cama y entre las sábanas, una utopía que vuelven real.
La dirección de Carlos Corona es limpia, bajo su conducción el texto despliega el arrobamiento que lo constituye. Se trata de una historia que nos hace soñar, Corona logra que esto subvierta al espectador. Consigue que los actores desplieguen un trabajo físico-actoral y emocional, además de aprovechar sus cualidades, condiciones como músicos, bailarines y voces.
Las actuaciones son de Nalleli Montero/Frida Vázquez y Ricardo Zárraga, hay empatía y armonía entre ambos –me tocó la función con Frida. Construyen cada uno a su personaje con los elementos que la dramaturgia establece. Encarnan a dos seres humanos que viven en soledad emocional: un hombre y una mujer con trastornos de sueños, desequilibrios que nivelan acertadamente, lo alcanzan gracias al talento del cual disponen.
Ensueños es una hermosa y lúdica historia que nos dice: se vale soñar, se vale estar loco por alguien que no conoces; habitar ese universo donde todo es posible, donde la utopía no existe. Y versa también sobre la felicidad, una ilusión que tal vez ni soñando logramos alcanzar. Los humanos dormimos una tercera parte de nuestra vida, este mundo de Ensueños podría ser el verdadero y la realidad…un sueño. “Yo conozco esa voz…”
La escenografía de Alejandra Escobedo transita entre lo real y lo irreal; una cama vista de forma vertical y lo mínimo de elementos. Están los instrumentos, un sax, un bajo y una guitarra. Así como la iluminación, también de Escobedo, acentúa los momentos significativos del relato. El vestuario es Teresa Alvarado, destaca el físico de los protagonistas. Las coreografías son de Alan Uribe Villarruel y Meraqui Pradis. Servidora de escena, Luz Olvera / Lorena Valdés. Producción, Alamar.
Las funciones son en el Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, hasta el 4 de mayo, consulta precios y horarios, aquí.
