Por Luis Santillán/Cuatro actores tratan de dar inicio a la obra, sin embargo, una serie de incidentes no lo hace posible; repiten la dinámica hasta que logran vencer los impedimentos e iniciar la función. Esta es la tesitura que tiene Los Mosqueteros del Rey de Manuel González Gil.

La obra explora la comedia a partir del juego del “error actoral”, ya sea porque “olvidan” los textos, se confunden con los momentos de entrada y salida, hay “contradicciones” o “comentarios” sobre la información del relato. Poco a poco tratan de construir el relato de la célebre novela de Dumas, solo que las complicaciones se incrementan hasta el momento donde deben tomar una decisión radical sobre la obra.

Héctor Bonilla, Patricio Castillo, Alejandro Camacho y Pablo Valentín son quienes forman el reparto. La calidad de los 3 primeros es incuestionable, cada uno de ellos ha generado un público gracias a su largo trabajo escénico. En la escena juegan con las herramientas que poseen, desarrollan la creación de su “personaje” en una dinámica metateatral que podría ser muy interesante. Mantiene la textura que la comedia requiere y logran que el ritmo se mantenga. Colocan en extremos a los personajes para que la confrontación entre ellos surja de manera rápida sin necesidad de contextualizar, se integran con fluidez cuando deben ser “comparsa” de alguno de ellos.

Con los recursos de la comedia exaltan ciertas características del personaje que proponen y logran que la risa sea constante. Es evidente que generan un convivio entre el público y la escena, ambos componentes disfrutan y se alimentan, finalmente son actores, que por su experiencia, saben aprovechar todo lo que ocurre dentro (y fuera) del escenario.

González Gil también es el director de la obra. Quizá confía mucho en su texto y deja en lo mínimo su aportación como director. Es visible que los actores trabajan más a partir de sus propias propuestas, que hace falta un ojo externo que potenciara esas propuestas para enriquecer el trabajo escénico. Hay una repetición de los mecanismos de la estructura que se agotan, se vuelven cansados, porque no tienen variación ni incrementan los estados emotivos o modifican las situaciones.

Los Mosqueteros del Rey es una buena oportunidad para ver en escena a 3 grandes actores, al trabajarse a sí mismos como personajes les da una interesante faceta que vale la pena ver.

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