Por Saúl Campos / En el año 2050, la Casa del Actor Xavier López “Chabelo”, albergará dentro de sus instalaciones a 5 figuras importantes de la escena del teatro musical contemporáneo. Lisette, Federico Di Lorenzo, José Daniel Figueroa, María Filippini y Beto Torres recordarán sus años dorados juntos. Repasando los momentos que les dieron vida en los escenarios. Acompañados por el maestro Claudio Espíndola al piano (quién por azares del destino terminará en dicho asilo) y estando al cuidado de la excéntrica enfermera Alicia Paola. ¿La vida que tuvieron será la que siempre desearon? ¿O habrá algo que les diga que quizás todo pudo haber sido mejor?
Bajo la dirección de Anahí Allué, la comedia catalana Forever Young de Eric Gedeon llega a México al Teatro NH. Una hilarante comedia acerca de la resistencia al paso de los años y cómo sobrellevar los inevitables efectos que esta tendrá sobre todos.
La escena que dirige Allué nos lleva en un baile entre lo patético y la profunda melancolía. La directora busca que la audiencia conecte con cada uno de los personajes y con ese momento en el cual sus carreras lograron su máximo fulgor, para entender lo que el paso de los años representará cuando, inevitablemente, llegue el momento.
Forever Young se acerca a la añoranza de querer seguir siendo libres, jóvenes. Aquellos tiempos en los que algo que se disfrutaba tanto, en los que, por ejemplo, bailar no representaba una decisión a meditar por miedo a las repercusiones que pueda traer. La decisión de Gedeon de exponer a los actores a jugar con las decisiones erróneas o las ironías de sus carreras se convierte en algo disfrutable de principio a fin y logra conmover por completo.
Si bien la idea del montaje no va más allá de acercarnos al divertimento por medio de la comedia, con ligereza y grandes clásicos del rock como conducto principal, hay una cuestión que vuelve altamente enternecedor este montaje. Quizás la selección del elenco, quienes nos permiten plenamente tener una visión de cómo funcionarían sus vidas sin estar en la escena, sin la fama que pudieron haber alcanzado, sin la gloria. Algo que no solo quedaría atrás para ellos, sino que es una parte inevitable del ciclo vital.
Aunado a esto, la adaptación de la dramaturgia a cargo de Di Lorenzo, juega un papel fenomenal al atreverse a mostrar cuestiones sumamente graciosas (y algunas vergonzosas) de otros importantes exponentes del teatro musical en México, desde producciones, hasta actores con cierta fama. Guiños que al aparecer se agradecen por completo y explotan las carcajadas del público.
Hay momentos que llegarán inevitablemente, la vejez… la muerte. Sin embargo, envejecer con la vitalidad necesaria para hacerles frente, rodeado de amigos que entiendan que esa es la clave para agradecer todo lo que se ha vivido durante el camino.
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