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Por Ro Tierno/ Con una serie de actividades, que incluyeron documentales, exposición y lectura de textos, la Coordinación Nacional de Teatro, con la presencia del actor Roberto Sosa y Alberto Lomnitz, rindió este homenaje al gran director de teatro.

“Hoy, 19 de noviembre de 2018 recordamos el movimiento, la solidaridad, el cansancio, la acción, la impotencia, el abrazo, las lágrimas, el grito, el polvo, el puño en alto, el crujido de la tierra. También hoy recordamos a Julio Castillo, no porque haga falta recordarlo, sino porque en esta jornada de reflexión la pregunta es ¿por qué no podemos olvidarlo?”, comenzó diciendo el actor Roberto Sosa, al inicio de lo que fue el homenaje a Julio Castillo en el Teatro del Centro Cultural del Bosque que lleva su nombre.

Esta idea fue impulsada por el actor y por el hijo del reconocido director, Juan Cristóbal Castillo. Es así como llevaron la idea a la Coordinación Nacional de Teatro, y Alberto Lomnitz no dudó de poner en marcha esta jornada conmemorativa.

El homenaje comenzó con el rodaje del documental “Ciudad Infierno”, de Eugenio Cobo Felgueres, quien mencionó que este trabajo significó el reto de conocer a Julio Castillo. “Me dediqué hacer una investigación no solo a nivel información sino a nivel motivación. En este documental es el mismo maestro quien nos presenta su trabajo mientras nos habla del teatro y de la vida”.

Se trata de un documental que muestra sobre todo los inicios de Castillo en el teatro, su afición por el cine, y sus grandes puesta inolvidables como “…de película”, “Cementerio de automóviles”, y “Dulces compañías”.  Es un trabajo que sin duda refleja lo más importante del director: su compromiso y atención por lo marginal, su humanidad, su búsqueda más allá de cualquier moral, y por supuesto, su amor incondicional al quehacer teatral.

“Su influencia en la comunidad artística ha sido tal que dramaturgos, escenógrafos, espectadores, que tuvieron acercamiento a su trabajo mencionan su personalidad, su calidez humana, y su capacidad para convertir cualquier proyecto en una experiencia de vida. En lo personal, yo tuve un acercamiento muy leve a él, me tocaba estar en algunas juntas como adjunto, y la calidad humana siempre es algo que era notable, que todos los que lo conocieron lo mencionan. Sobre todo la humanidad fue una lección importante para mi, creo que no ha habido un artista teatral en México como Julio Castillo, y sin embargo cuando uno lo oía hablar pensaría que era un novato que le salían ideas y las llevaba acabo”, expresó Alberto Lomnitz.

 

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