Por La pécora gacha/ Esta semana se llevó a cabo la entrega de los premios de la Agrupación de Periodistas Teatrales. Se trató de la edición número 33 de un evento glamoroso y distinguido, a la altura de las grandes premiaciones, que no palidece frente a los Premios Óscar o los Tony… pero con menos presupuesto, menos estrellas, menos brillo y en la colonia San Rafael; casi casi lo mismo, pues.
Puntuales a la cita en el Teatro México del Centro Teatral Manolo Fábregas, fueron llegando (los que llegaron, porque dicho sea de paso hubieron varias ausencias notorias) directores, actores y productores. Con Benjamín Bernal como presidente, los Premios de la APT han premiado durante más de tres décadas el quehacer escénico.
Con 30 variopintas y muy precisas categorías (como el Premio Monólogo en Defensa de los Derechos Humanos), la premiación fue conducida por Juan Ignacio Aranda, Luis Manuel Ávila, Ángeles Marín, Adriana Llabrés y Thelma Dorantes. Como actos especiales se realizó un homenaje a Pilar Pellicer y la ceremonia, a veinte años de su muerte, fue dedicada a Don Manolo Fábregas.
Se trató de una velada en la que algunos esperaban ser premiados y pocos fueron los afortunados, pero mucho menos fueron los que asistieron a recibir sus premios… sin duda, una noche memorable.
Los dos primeros premios con los que arrancó la ceremonia fueron para Productor del Año y el premio para Productor del Año… sí, leyó usted bien querido lector, dos premios para la misma categoría, más vale que sobre y no que falte, dice por ahí el refrán.
El primer premio para Productor del Año (el matiz está en el nombre, pues no es lo mismo ser productor del año que ser productor del año “Premio José Hernández Díaz”) fue para Don Jorge Ortiz de Pinedo, persistiendo en su siempre arriesgada e innovadora propuesta de La Familia de Diez. El premio bis para productor del año se lo llevó Paco Rabbel, por Corral de Comedias en Querétaro.
Juan José Origel fue reconocido por su apoyo al teatro con el Premio Emmanuel Haro Villa, el cual compartió con Alejandro Ruiz Robles y Cyntia Sánchez.
De los medios informativos, pasamos a los finalistas como Autor Nacional (Premio Emilio Carballido), entre los que destacaron Richard Viqueira, Adrián Vázquez, Daniel de la O, Alberto Estrella y Bárbara Colio, ésta última se llevó el galardón por la obra Cuerdas. Mientras que, el reconocimiento al Mejor Director (Premio Salvador Novo) se lo llevó Diego del Río con el montaje La Gaviota de Chéjov, quien compitió con Flavio González Mello, Alejandro Ricaño, Eduardo Ruiz Saviñón y José Manuel López Velarde.
Con una rigurosísima selección, se nombró al Director Revelación del 2015… con una obra estrenada en 2014… a Adrián Vázquez con su Wenses y Lala, imponiéndose a Daniel de la O por Embrujulados y a Ro Banda por Oler la Sangre.
Cuatro fueron los nominados al galardón para Mejor Actor (Premio Ignacio López Tarso), Fernando Luján, Odiseo Bichir, Damián Alcázar y Erik Hayser, por supuesto el ganador fue… Odiseo Bichir por su participación en La Gaviota y Una noche en la playa. De ahí, pasamos a la Mejor Actriz (Premio Silvia Pinal) otorgado a Blanca Guerra por su interpretación en La Gaviota.
Fueron tantas las menciones a La Gaviota que Héctor Suárez Gomís bromeó diciendo que Peña Nieto había expresado ya su beneplácito en redes sociales por las premiaciones a su “Gaviota”.
El premio para Mejor Obra del Año lo ganó la La Dalia Negra, la cual competía en dicha categoría contra La Gaviota y Constelaciones. La obra producida por los Ortiz de Pinedo se impuso a pesar de haber recibido algunas criticas que señalaban que la adaptación era bastante floja. Mejor Obra no fue el único premio que cosechó el thriller cinematográfico que tuvo su temporada en el Foro Cultural Chapultepec, pues la protagonista Ariadne Díaz obtuvo el Premio Maricruz Olivier como Revelación Femenina por su papel de “Elizabeth Short”.
Por otro lado, Pedro de Tavira Egurrola destacó por su interpretación en Hamlet y recibió el galardón a la Revelación Masculina (Premio Héctor Bonilla); mientras que Cassandra Sánchez Navarro se distinguió por su papel Co-estelar en El tiempo se detiene.
En la categoría a Mejor Comedia resultó ganadora Una noche en la playa, mientras que el premio al mejor Stand up lo obtuvieron Héctor Suárez y su hijo, mejor conocidos como Los Locos Suárez. Peculiar categoría esta última, pues los únicos nominados eran los mismos ganadores.
Rafael Sánchez Navarro recibió la presea del Mejor Actor de Comedia (Premio Mauricio Herrera), compitiendo contra Omar Fierro, Alfredo Adame, Paul Stanley y Pablo Perroni. En la categoría femenil, Zuria Vega fue nombrada Mejor Actriz de Comedia (Premio María Victoria) por su participación en Los Bonobos.
El Elenco del Año brilló, pero por su ausencia. Los ganadores para tal categoría fueron Helena Rojo, Julissa, Norma Herrera, Eric del Castillo y Lucero Lander por su trabajo en el montaje Las muchachas del club, de quienes no se vieron ni sus luces, siendo las muchachas del club las edecanes que iban a entregar los premios y que se quedaron solas sobre el escenario con las estatuillas en mano. Les hizo segunda la Actriz Revelación en Comedia, Regina Blandón, pues tampoco llegó a recibir su presea.
En la categoría Teatro de Búsqueda (Premio Héctor Azar) -no sabemos bien a bien a que búsqueda se refiere la categoría- resultó triunfadora La mujer justa, cuyo premio recibió el director Enrique Singer.
El resto de los galardonados fueron: Mejor Obra Infantil Hipopotamiga, dirección Alonso Iñíguez; el Mejor Musical Internacional El Rey León; Remontaje Musical del Año, La jaula de las locas; Interpretación Magistral Mario Iván Martínez en La Jaula de las locas; Co-actuación en Musical, Rogelio Suárez en la misma jaula; Musical Nacional (Premio Memo Méndez), Broadway a la 6; Actor en Musical (Premio Julio Alemán), Carlos Rivera; Actriz en Musical (Premio Angélica María), Kika Edgar; y Actriz Infantil en Musical, Mía Rubín Legarreta y María Perroni por Anita La huerfanita.
Si usted, lector, llegó hasta este punto de la crónica, merece un reconocimiento. Si este texto se le hizo interminable, imagínese lo que su servidora sintió al ser testigo presencial de esta célebre premiación.
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Amé esta nota. Ni más ni menos. Sin duda hace falta más trabajo si quieren enaltecer el ego de algunos que hacen teatro por el hecho de creerse intelectuales.