Por Gina Fierro/ Bajo la dirección de José Caballero, La última sesión de Freud es un episodio de la vida de Sigmund Freud a escasos días de su muerte. La puesta en escena, basada en The Question Of God del Dr. Armand M. Nicholi Jr., está situada en Inglaterra a inicios de la Segunda Guerra Mundial, en donde Freud y C.S Lewis debaten sobre la existencia de Dios y la razón de la ciencia.
La obra de Mark St. Germain, traducida por el Dr. Andrés Roemer, plantea una interesante y, a la vez, sarcástica conversación entre un ateo convencido, Freud, y un cristiano converso, Lewis. Tal confrontación, protagonizada por Sergio Klainer y Darío T. Pie, muestra las ideas arraigadas del psicoanalista a través de un humor negro que refutan ingeniosamente la percepción religiosa que tiene el escritor.
El año pasado, La última sesión de Freud fue reconocida por la Agrupación de Periodistas Teatrales (APT) por ser la mejor producción teatral del 2014. La obra de M. Nicholi Jr. se estrenó en Nueva York en julio de 2010 con gran aceptación por parte de la audiencia.
Freud, un hombre que es consumido por el cáncer de paladar, tiene una gran inquietud por saber qué fue lo que llevó al novelista británico a suprimir el ateísmo de su vida “por qué abandonar la verdad y abrazar la mentira”; mientras este último intenta cuestionar al Dr. Sigmund, sutilmente y sin caer en una terapia de psicoanálisis, sobre sus relaciones familiares y ese peculiar gusto que tiene por coleccionar dioses de la mitología griega. Así, ambos personajes viajan a través de sus experiencias, argumentando sus teorías hasta profundizar en temas de sexualidad, el complejo de Edipo y la eutanasia.
El trabajo actoral de Sergio Klainer en el papel de Freud es impecable, el actor logra interpretar a un hombre enfermo de 83 años que aún posee la fuerza y determinación para demostrar lo que quiere, lo que piensa y que a pesar de su incredulidad, en un ambiente bélico siente miedo. Por otra parte, Darío T. Pie destaca por sostener la interpretación de Klainer con un personaje categórico, pero que día a día que se cuestiona su cristianización.
A su vez, la puesta en escena es un pequeño archivo que da al espectador datos sobre el padre del psicoanálisis por medio de un drama con tintes de humor que enfrenta a la ciencia y a la religión en un diálogo que se torna por momentos intenso, pero siempre con un lenguaje afable para el espectador, recordándole diversos conceptos y términos referentes a la psicología.
La escenografía, a cargo de Patricia Gutiérrez Arriaga, es una recreación muy apegada al consultorio real del psicoanalista ubicado en Viena, compuesta por el convencional diván y diversos objetos que refuerzan la identidad del personaje. Un elemento clave que da un aire a cada escena es que el espectador es guiado a través de la historia por las narraciones de un locutor de radio que informa a la población sobre los sucesos que se desatan durante la guerra.
Finalmente, el montaje reafirma la postura de dos hombres que son fieles a sus creencias, lo cual inevitablemente hace pensar al público sobre su situación actual frente a la religión y la razón. ¿Por qué el hombre necesita la religión? A caso, ¿no ha aceptado que está solo?
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