El físico nuclear Robert Oppenheimer sigue siendo una de las figuras científicas más controversiales de los tiempos modernos: un genio que liberó el poder del átomo quien después fue señalado como traidor y despojado de su permiso de seguridad por el país al cual sirvió con tanta diligencia.

Ahora, la historia de Oppenheimer, quien fuera líder del proyecto estadounidense de armas nucleares conocido como “Manhattan”, será llevado al escenario del Teatro Swan de la Royal Shakespeare Company, ubicado en el municipio de Stratford-upon-Avon, en Birmingham, Reino Unido; siendo el foro adecuado para representar la tragedia del científico, la cual está rodeada de una atmósfera “totalmente Shakespeariana”.

La producción de Oppenheimer, de la cual está a cargo Tom Morton-Smith, da continuidad a un frenesí de trabajos sobre las vidas de diversos científicos, que han sido llevados tanto al cine como al teatro en meses recientes. Estos incluyen The Imitation Game con Benedict Cumberbatch, quien encarna a Alan Turing, y The Theory of Everything, con Eddie Redmayne interpretando a Stephen Hawking. Se espera que ambos actores sean galardonados con alguna presea durante la ceremonia de los Bafta y de los Óscares.

Entre las propuestas teatrales británicas que se han aventurado al mundo de la ciencia, figuran Royal Court’s 2071, montaje en el que el profesor de ciencias climáticas de la Universidad College de Londres, delineo rigurosamente los peligros del cambio climático, producción que fue aclamada por la crítica. En el Teatro Nacional, Tom Stoppard investigará lo que la ciencia ha aprendido acerca de la conciencia en su última obra, The Hard Problem, la cual está próxima a estrenarse el 21 de enero.

Sin embargo, Oppenheimer promete ser un trabajo de especial ambición. “La Royal Shakespeare Company me ha pedido que trabaje una idea para ellos”, dijo Morton-Smith, cuyas obras previas incluyen Salt Meets Wound e In Doggerland. “Dijeron, ‘traenos lo más grandioso que se te ocurra sobre el tema’. Por lo que sugerí un ciclo de ocho obras sobre la vida de físicos del siglo 20. Después de que dejaran de reírse, me dijeron que solo escogiera una. Entonces, decidí optar por la historia del físico que creó la bomba atómica y que cambió la historia de la humanidad para siempre”.

Julius Robert Oppenheimer nació en Nueva York en 1904, hijo de una familia de inmigrantes judíos alemanes. Fue un alumno brillante, educado en Europa, donde adoptó varias causas liberales, logrando obtener un puesto en la Universidad de California, en Berkeley. En 1942, estuvo a cargo de los científicos responsables de la creación de las primeras bombas atómicas en Los Álamos, Nuevo México.

En 1945, fueron fabricadas tres bombas atómicas y posteriormente detonadas: una detonación de prueba en Nuevo México, una en Hiroshima y otra en Nagasaki. Las explosiones transformaron la política global, y por completo a Oppenheimer, quien después fue acusado de comunista y posible espía al negarse a continuar con el desarrollo de más dispositivos termonucleares, debido a la culpa que le fue suscitada por las bombas lanzadas en Japón, y llevándolo al exilio de la nación norteamericana.

“Una de las grandes cosas acerca del proyecto de la bomba atómica fue su vasto elenco de protagonistas”, agregó Morton-Smith. “Tenemos a Einstein, Teller, el espía Klaus Fuchs, y otros grandes científicos que estuvieron involucrados en la construcción de la bomba y que aparecerán en la trama de la puesta en escena. Cómo los retratemos es, por supuesto, la parte complicada de la historia”.
Muchas interpretaciones artísticas de científicos han sido arruinadas debido a que han sido representados como magos o hechiceros, hombres que se han convertido en superhumanos gracias a sus logros, lo que resulta en una falisificación de la ciencia, brindando una idea errónea al espectador.

Esta visión de la ciencia como un campo poblado de “magos”, del cual no forma parte la gente normal, es una noción que Morton-Smith espera ansioso evadir en su montaje. El creador menciona que él quiere dejar claro que los bombazos de Hiroshima y Nagasaki, y la construcción de la bomba atómica, fueron hechos en gran parte por personas con vidas y sentimientos reales. “Sólo porque estos individuos son un poco mejores en matemáticas que el ser humano promedio no los exenta de lo que son nuestras experiencias cotidianas, y creo que es importante que veamos a los científicos como individuos que, en esencia, son normales”.

Será el actor John Heffernan quien interprete al controversial Oppenheimer, y cuya tarea será combinar los atributos especiales del científico, sin proyectar en él cualidades que lo asemejen a un dios. Morton-Smith cree que existen grandiosos personajes en los grandes físicos del siglo 20, en cuya lista aparecen la científica judía austriaca Lise Meitner, quien descubrió la fisión nuclear; Erwin Schrödinger, uno de los pilares de la física cuántica; y Richard Feynman, quien trabajó con Oppenheimer en el proyecto Manhattan.

“Todos estos individuos fueron grandes personalidades a su modo. Al mismo tiempo, fueron los actores de profundos cambios en la sociedad. No obstante, tendremos que ver si tengo la oportunidad de escribir acerca de ellos. Al final, depende de qué tan entusiasta se muestre el público para asistir a otra obra sobre algún físico una vez que hayan visto Oppenheimer”, concluyó el director.

La puesta abrirá las puertas del Teatro Swan a partir del 15 de enero.

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