Por José Islas/ La historia de dos familias dividas por el odio, pero unidas por el amor que se tienen dos de sus miembros ha sido llevada al teatro desde hace siglos por medio del clásico Romeo y Julieta de William Shakespeare, pero ahora una versión realizada en Belgrado ofrece un acercamiento a un contexto muy actual: el conflicto entre alganokosovares y serbios.

En esta ocasión Romeo es un albanokosovar musulmán y Julieta es una serbia cristiana. Ambos luchan por su amor a pesar del odio y los prejuicios de sus familias; el sentimiento que tiene el uno por el otro es más fuerte que cualquier barrera religiosa, étnica o lingüística.

El drama se interpreta en serbio y albanés.

El realizador de esta puesta en escena, Predrag Miki Manojlovic, apunta que esta obra ofrece una reflexión sobre el argumento del amor imposible y apunta que la obra nace como una necesidad de denunciar el odio que divide a las personas: “Además, hay que apuntar a algo que es una constante del género humano, y lamentablemente, creo que irreparable: el odio que nos enseñan nuestros padres, es decir el ambiente en el que crecemos. Eso se ve muy bien aquí (en la pieza)”.

A pesar de que el tema abunda en prejuicios locales, Manojlovic apunta que esta obra se puede interpretar en cualquier contexto y en cualquier parte del mundo.

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