Cada quince días se reúnen en la Sala CCB, del Centro Cultural del Bosque, público, críticos, actores y personas interesadas en el quehacer teatral para analizar puestas en escena, hablar de ellas y brinda distintas herramientas necesarias para aumentar la comprensión y el gusto por el teatro y sus propuestas.

Llamada la Escuela del Espectador, en ella el grupo reflexiona y debate entorno al teatro, se imparte desde hace ocho años por el director y crítico Bruno Bert, el único requisito para entrar es haber visto la obra seleccionada.

En la última sesión analizaron el montaje Inmigrantes con habilidades extraordinarias, escrita por Saviana Stanescu y dirigida por Alberto Lomnitz, sus presentaciones son en el Teatro La Capilla todos los miércoles hasta el 23 de octubre.

El director pidió analizar el montaje a partir del tema abordado, del sentido del humor que se maneja en la pieza, la labor actoral y el sentido de identidad que se proyecta tratando de cambiar o transformar sensaciones en ideas. Después los asistentes y Bert, establecieron un diálogo con los actores Olivia Lagunas, Omar Medina, Cassandra Ciangherotti y Salvador Petrola.

Durante el diálogo, rescataron la forma en la que se trata un tema profundo de manera ligera en la historia, en la que cuatro personas que son infelices se encuentran buscando el sueño americano.

El título de la pieza se refiere a una de las categorías migratorias que aparecen en las visas de Estados Unidos, lo que denota el sentido autobiográfico de la escritora Saviana Stanescual, que es una rumana que emigró a ese país. “La necesidad de transformarse y de confrontar la identidad con la que viven con una nueva es prioritario para alguien que emigra, creo que nadie soportaría la migración sin esa situación de construcción de una identidad”, dijo Bruno Bert.

Uno de los participantes dijo que la forma en la que se trata de desmitificar el retrato del inmigrante pobre, el que su prioridad es mandar dinero a casa, para retratar a las personas que, a pesar de sus problemas, pretenden llevar una vida cotidiana fuera de su sitio de origen.

El sentido del humor de la pieza es fundamental, es utilizado para provocar una reflexión sobre la migración, que no se daría de la misma forma si se expusiera de manera violenta o cruel.

Algunos de los actores dijeron que el proceso del montaje de la obra lleva casi un año de trabajo de escritorio, intervinieron y tradujeron la pieza para darle un toque más mexicano, tratando de respetar la esencia de la escritora, quien vino al país a presenciar los ensayos.

El montaje se encuentra en su tercera temporada y ha el éxito que ha tenido está reflejado en la asistencia del público, quienes son testigos de los problemas a los que se enfrenta Nadia, representante del clown expuesta a la alienación y la frialdad de Nueva York, y Lupita, una stripper dominicana.

“Nuestra intención fue trabajar la idea del sueño americano que no sólo afecta a los migrantes sino también a los estadounidenses, al no entrar en el engranaje de lo que demanda esa sociedad y eso le pega a cualquiera”, dijo la actriz Olivia Lagunas.

La siguiente Escuela del Espectador será el 7 de octubre a las 19:00 horas para analizar la pieza Era el amor común simio y viceversa, escrita por Enrique Olmos de Ita, dirigida por Martín Acosta. La entrada es libre.

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