Por Ro Tierno / Así como muchos personajes históricos, la vida de Sor Juana Inés de la Cruz todavía genera intriga y es un punto de partida para muchas obras artísticas. No sólo el misterio en cuanto a su vida y a su entorno, sino también la importancia de su ejemplo desde el género femenino. Si bien Reflejos de ella no es una obra biográfica, es interesante la creación del universo que se plantea en torno a su vida.
Escrita por Fernanda del Monte y dirigida por Carol Borkan, la obra muestra los últimos momentos de Sor Juana, antes de su muerte en 1695. En una primera escena ella está en su celda agonizando, deseando morir y tratando de resolver su percepción del pasado para recibir la muerte con tranquilidad. Años antes le habían prohibido su mayor pasión, escribir.
Lo interesante y lo que proyecta Fernanda del Monte en su texto es esta posibilidad que tenemos los seres humanos de reconstruir el pasado, cambiar nuestra percepción, y así generar una conciencia presente y futura diferente. De esta forma se logra re significar la vida del individuo, a través de cambios subjetivos en la memoria.
Por otro lado, la obra muestra otra escena donde Sor Juana interactúa con la Moira, un personaje sabio y extrovertido que nace del interior de ella misma. En este sentido la escena deviene en diferentes interpretaciones: una confrontación caótica, o un encuentro amoroso. Se trata de reconocer lo subjetivo de la creación e interpretación y cuánto de nuestro propio reflejo hay en ello.
Como explica su directora, Carol Borkan, eligió dirigir Reflejos de ella porque los personajes históricos le causan intriga desde su psique: “Sor Juana por excelencia es una mujer sabia y pasional. Su mayor logro fue la elevación de su estado de conciencia pese a las circunstancias de su época”.
Entonces psique, género y memoria colectiva: un combo interesante para experimentar desde el 2 de febrero y hasta el 23 de marzo en el Teatro La Capilla.
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