Por Gina Fierro/ Con un aparato escénico que llevará a los espectadores a 20 metros de altura sobre el suelo, el director y dramaturgo Richard Viqueira estrenará su próximo proyecto, Bozal. A escasos días de su estreno el próximo 2 de febrero, Viqueira nos revela en entrevista exclusiva para Cartelera de Teatro todos los detalles sobre el montaje.

“Hay teatros a la italiana, teatro de arena, pero ninguno me servía para lo que yo quería en realidad que era desafiar la gravedad, no sólo de actores, sino también de espectadores. Que todos pudiéramos volar juntos y sentir esa sensación de ingravidez que rodea las circunstancias de los personajes”, detalla el autor y director del montaje.

Se trata de un proyecto que después de 10 años de planeación toma forma al interior del Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque; un proyecto que se lleva a cabo gracias a un equipo conformado por arquitectos, ingenieros, constructores y creadores escénicos.


“Quería que el espectador viera a los humanos pero vistos como si fuera una especie de alienígena”

En un escenario nunca antes visto en México, donde los espectadores penden de sus asientos, Richard Viqueira echa a volar a sus actores y a su público para hablar sobre la condición humana.

“La obra trata sobre qué ocurre cuando dos personas están fuera de todo prejuicio moral, están fuera de su planeta, nadie los está viendo. Cómo se comportan ellos y qué tipo de monstruosidad es la que desarrollan cuando se saben solos”, describe Viqueira.

Y agrega “con Bozal lo que me interesa mucho es la cuestión de la identidad en el espacio. Cuál es nuestra verdadera identidad cuando estamos confrontados a una cosa tan magnánima y tan inmensa como el universo. Cuáles son las características del humano ante esas circunstancias”.

Inspirada en la estética espacial de la cinta Una odisea del espacio, 2001, Viqueira recreará una nave espacial habitada por un piloto y un comandante, interpretados por Omar Adair y David Blanco. “Es una obra que ocurre al principio de la conquista espacial y para mí era muy importante crear un escenario que correspondiera con esa realidad”, apunta el autor.

La obra se desarrolla mientras el público se encuentra suspendido alrededor de la escena. En este sentido, el director señala que puso especial énfasis en que “el espectador viera la obra como con ojos de un extraterrestre, que pudiera ver la condición humana desde fuera del planeta”.

Es así que los asistentes quedarán elevados en el aire por poco más de una hora, lo que agrega una sensación más a la experiencia. “El hecho de no pisar durante una hora quince el piso, te da una sensación de mareo, de extrañeza, que cuando regresas al suelo te parece extraño, ya no te acostumbras”.

“Fue un trabajo muy arduo desde todo lo técnico y logístico”

De acuerdo con su creador, uno de los principales retos para llevar a escena este proyecto fue la adaptación del espacio donde se instalaría la escenografía -conformada por estructuras metálicas, cuerdas, arneses, etc.-, así como los cálculos que se realizaron para garantizar la seguridad de los asistentes.

“No sólo utilizamos un escenógrafo que sería lo convencional de teatro, sino que tuvimos asesorías y trabajaron con nosotros arquitectos, ingenieros, constructores y todo el equipo técnico. Estuvimos haciendo muchísimos cálculos sobre peso y resistencia de materiales”, detalla el entrevistado.

Cabe señalar que la construcción escénica ha sido probada con personas y supervisada por las autoridades de Protección Civil.


“Ha sido un trabajo muy exhaustivo”

Sobre el entrenamiento de los actores, Viquiera apunta que por un periodo de siete meses, Omar Adair y David Blanco se han sometido a un entrenamiento que se asemeja al de los astronautas. Es una preparación que requiere de “mucha resistencia de altura, al vértigo, al mareo. Yo lo que vi es un poco de lo que se sabe sobre los entrenamientos de astronautas (para) replicarlo de la mejor manera o de la manera más cercana posible”, señala.

Instrucciones para los espectadores

Tomando en cuenta que “lo más importante es la elección del espectador de subir o no (al aparato escénico)”, Viqueria da algunas recomendaciones para quienes quieran formar parte de este espectáculo. “Se van a recoger las pertenencias, se recomienda que no se lleven tacones, ni falda. Y bueno obviamente gente que le tenga miedo a las alturas, que tenga presión alta, que haya sufrido alguna operación reciente o mujeres embarazadas, la recomendación es que no participen en el espectáculo”, advierte.

Asimismo, el director asegura que existirá una zona de butaquería para que el público con alguna de estas condiciones pueda disfrutar de la puesta en escena, o incluso para aquellos que puedan arrepentirse antes de entrar. “Aclarando que la obra en sí está pensada para volar, o sea esa es la realidad de la obra”.

“Espero que tanto tiempo de trabajo se vea, iba a decir sobre el escenario, pero en realidad es sobre el aire”

Finalmente, Viqueira nos revela que el público tendrá más de su teatro para mayo de este año con la obra Herodes, “una paráfrasis sobre Herodes y la matanza de los inocentes”.

El elenco estará conformado por Valentina Garibay, Fernando Bueno, Georgina Rábago y Richard Viquera. “(Un montaje) de un corte más íntimo y más teatral, es decir, fundado mucho en un aspecto dramático y fundado muchísimo sobre el trabajo de los actores”.

“Bozal es una obra con un gran aparato escénico, gigante en ese sentido, y ésta es una obra microscópica sobre el humano”, concluye.

Consulta precios y horarios de Bozal, aquí.

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