Fotos: Roberto Sosa
Por Roberto Sosa/Está sentado en la penumbra, evoca la guerra, intenta borrar las cicatrices, la sangre de su memoria. La consigna era tomar las armas para seguir peleando “por el Altísimo, el gran Conciliador…”. Los recuerdos lo asaltan y vuelve a vivir el infierno. El odio sube y “tu cuerpo obedece como una máquina”. Sin pertenencias, se cubre con una vieja cobija, desentierra el pasado y su rostro se transforma, su cuerpo se tensa. Revivir los sucesos lo transmuta, sobrevivir a una guerra civil, es subsistir en el rencor.
La oscuridad de la habitación es análoga con la guerra que vio y le tocó vivir. La noche fue interminable, la huella es indeleble. Su cuerpo sigue intacto, la guerra no lo dañó físicamente, el detrimento es emocional. Su mente se convulsiona en los recuerdos, la introspección atraviesa sus entrañas y conmueven su espíritu. Un hombre común y normal trastocado por los horrores de la guerra. Las circunstancias lo convierten en verdugo, es el ejecutor.
Un conflicto armado es el motivo que el dramaturgo Adel Hakim toma para escribir Ejecutor 14. La historia se sitúa en 1989, año de la guerra civil en el Líbano. Poderoso texto para un solo actor, un monólogo cuya retórica es el dolor, el odio y el desastre. Hakim lo ubica en un país lejano al nuestro, sucede en Líbano, sin embargo, lo que narra el personaje, lo tenemos muy cercano a nuestro contexto, a nuestra realidad. La obra se ha presentado en más de 20 países.
Nacido en El Cairo, Adel Hakim fue actor, dramaturgo y director de teatro. Vivió en Egipto y el Líbano. Enseñó drama en Escuelas de Teatro de Estrasburgo, Gran Bretaña, Francia y Tunez; en el continente americano lo hizo en Argentina, Chile y México (Casa del Teatro y la UNAM). “Mis espectáculos siempre están vinculados a la realidad de nuestro mundo: diversidad cultural, realidades de los suburbios, denuncia de los poderes que producen corrupción, injusticias sociales y guerras”. Citó en una entrevista al periódico La Terrasse en octubre de 2016. Vivió en Francia desde 1972, murió a los 63 años en Ivry-sur-Seine.
David Psalmon traduce, dirige y diseña la iluminación. Desentraña el texto con la mirada en este México convulso; bajo su conducción el unipersonal no es estático, lo maneja con pausa y cadencia, buen trabajo, sin duda. El diseño de iluminación acentúa la narración. Psalmon hace teatro comprometido con el espectador y su entorno, sus obras no son para entretener o para distraerse; apela a la reflexión.
La actuación es del sonorense Osvaldo Sánchez, su interpretación es conforme al relato, es una obra densa, y así lo interpreta; construye bien al protagonista, lo hace suyo, vive en él. Su trabajo es acertado, tiene fuerza, matiza. Sabe a qué entra el personaje al escenario, que va expresar y cómo. Un monólogo siempre será un reto para el actor, Sánchez lo toma y realiza un espléndido trabajo.
Ejecutor 14 es teatro documental y puntual; una guerra, cualquiera que sea, trastoca y daña al ser humano. El personaje es un hombre que le toca vivirla y protagonizar la devastación, lo convierte en verdugo. Podría ser un hombre tranquilo, común, como tú o yo; podría vivir en un país sin guerra, en paz, sin embargo en muchos países, la vida no siempre es linda y color de rosa…es cada día es más oscura.
Diseño sonoro, Daniel Hidalgo Valdés; escenografía Ana Patricia Yáñez. TeatroSinParedes la presenta en La Teatrería hasta el 1 de septiembre, consulta precios y horarios, aquí.
