Por Roberto Sosa/ Va de Nuez, coloquialmente es una forma de decir se repite, otra vez o hacerlo de nuevo. Las cuatro historias que articulan el espectáculo enajenan esquemas y dogmas de la religión judía confrontada con el fervor católico. No hay un hilo conductor que las una, son historias inconexas entre sí. Las une la comedia, la intención es que el espectador se pase un rato divertido. El teatro no tiene que ser siempre reflexivo o transgresor.
La dramaturgia es de José Appo (La azotea y La fuga), Jacobo Levy (Ojo por ojo) y Hugo Yoffe (La prueba). Textos de autores judíos que nos acercan a sus cultos y costumbres con la intención de divertir y “conocer algo más de la cultura judía” –dice el boletín de prensa. Relatos que nos dejan ver que no todos son lo ortodoxo y escrupuloso que exige su religión, algo parecido con los católicos mexicanos.
El éxito de la puesta en escena inicia con el trabajo de Daniela Parra en la dirección. Se trata de cuatro comedias ligeras, no había más que dejar que los textos fluyeran, que los personajes fueran bien interpretados. Daniela cuida bien el ritmo y movimiento escénico. Sin complicaciones logra un buen resultado.
El elenco lo integran Astrid Mariel Romo, Carlos Ordóñez, Ana Isabel Esqueira y Hamlet Ramírez. Un grupo de buenos actores que contribuyen y logran que el público asistente se pase un buen momento con las historias y sus personajes. El talento de estos cuatro suma para alcanzar el propósito. Su trabajo es nivelado. Se desdoblan con dos o más personajes, reto que superan sin problema. Participa también Andrea Parra en la historia Ojo por ojo.
Va de nuez son cuatro divertimentos que no pretenden más que distraer y entretener al espectador. El teatro refleja lo que vive la sociedad, los tiempos que hoy nos tocan vivir son oscuros y violentos, y son abordados en distintos escenarios, es necesario, como también lo es buscar otros temas para hacernos menos duro el día a día. Y eso también se aplaude.
Lupita y Hortensia son dos empleadas domésticas, sus patrones son judíos que tienen “costumbres raras”; mientras tienden la ropa recién lavada en la azotea, cambian impresiones sobre las familias a las cuales sirven. Les extraña por ejemplo que no consuman jamón de puerco.
Clarisa y pondrá a prueba el amor de Eitán, su pareja; él judío, ella católica. Inicia con el argumento que sí la ama lo suficiente deberán casarse. Espera que su relación sea lo suficientemente sólida, a toda prueba y que la prueba de estar embarazada sea suficiente y convincente para él. La respuesta es inesperada.
En un restaurante Silvia y Roberto reciben la inesperada llegada de Brenda y Elías, los primeros intentan irse del lugar, Elías tiene un arma con la cual los obliga a quedarse. Entre los cuatro hay deudas pendientes; la pareja judía siente que la energía que emana de Silvia y Roberto es para hacerles daño.
La humedad en una pared en la cocina de Miriam y Carlos formó una imagen asombrosa, muy parecida la Virgen de Guadalupe. La morena del Tepeyac les hizo el milagro de aparecer en un muro de su casa. ¿Será verdad o ilusión? Lo cierto es que como buenos judíos ven la posibilidad de hacer dinero… con la fe de los creyentes.
Escenografía, vestuario e iluminación, Carolina Jiménez; musicalización, Gustavo E. Salas. Producción Fundación Teatral Davar A.C. Teatro Breve.
La obra se presenta todos los jueves, hasta el 25 de abril en el Teatro Varsovia, consulta horarios y precios, aquí.
Gracias por tan clara y precisa nota.
Un gusto leer expresiones precisas, claras y comprometidas con el teatro.