Por Mariana Mijares/ Sueño de una Noche de Verano, la obra de William Shakespeare que involucra hadas, duendes y ateneos, podría contarse de muchas maneras; como una adaptación de teatro ‘clásico’; como la comedia que hiciera Woody Allen en A Midsummer Night’s Sex Comedy; como una historia que ocurre en la Toscana de finales del siglo XIX protagonizada por Kevin Kline y Michelle Pfeiffer en la cinta homónima de finales de los noventa; o ahora, como un espectáculo fluorescente lleno de brillo, energía y sensualidad como la propuesta de Mio Projects.
Desde que se entra al espacio, el Foro La Paz, esta versión resulta una experiencia diferente: al frente, en el escenario principal, hay varias hileras de focos colgados que remontan a hileras de vegetación; se ve un sillón de cuero y un enorme espejo que reflejará no solo a los actores, sino también las acciones del público; pieza clave en el proyecto dirigido por Juan José Tagle y producido por María Inés Olmedo.
En la propuesta escenográfica de Adrián Martínez Frausto y Daniela García Moreno sobresale también una enorme bola disco, y abajo, una especie de cubo de madera que sirve tanto como plataforma, como un refugio, para los personajes. Finalmente, hay varias escaleras de madera dispuestas en las esquinas y hasta el bar -donde el público puede pedir una bebida- se vuelve parte.
El elenco cuenta con actores de gran versatilidad cuyos talentos van sumando al montaje. Ana Sofía Quintanilla interpreta a Hermia, quien de manera adolescente y entusiasmada está muy enamorada de Lisardo (Diego Meléndez). Los otros dos amantes son Demetrio (Quetzalli Cortés) y Heleno (en lugar de Helena), interpretado por Leonardo Bono en una aproximación queer con fluidez de género. Ninguno de estos amantes parece tener un tiempo y lugar definidos, podrían ser jóvenes enamorados de cualquier época.
Samantha Coronel interpreta a Hipólita / Titania, transformándose en un momento en una dinámica cantante que pone a todos a bailar al ritmo de “Dancing on my own” de Robyn. Alonso Íñiguez da vida a Bottom; Carlos Orozco Plascencia a Teseo/Oberón; Emilio Bastré a Egeo / Hada; y Assira Abate recrea tanto a la maestra de ceremonias como a uno d elos protagonistas más conocidos de esta obra escrita alrededor de 1595: Puck , el duende que con una pócima mágica (aquí representada con humo de vapeo) accidentalmente termina por enamorar a las personas equivocadas creando una comedia de enredos.
Al mismo tiempo, varios de ellos interpretan a una compañía de actores que, dirigidos por el director interpretado por Alonso Íñiguez, están ensayando una obra, particularmente ‘la escena del sueño dentro del sueño’; lo que invita a un divertido metaverso.
En todo momento de Sueño de una Noche de Verano sobresale el vestuario, creación de Ifigenia Martínez y en sí una poderosa razón para ver este proyecto. De inicio, Ana Sofía luce una blusa rosa y una falda arrugada en tono azul claro que hace juego con los colores del vestuario de sus compañeros. Diego y Quetzalli lucen camisas con estampados azules de cuadros y esa misma textura forma parte de un delantal que luce Leonardo. Aquí hasta los calcetines llaman la atención por sus texturas y formas.
Samantha y Assira portan vestuarios que sobresalen particularmente; Hipólita aparece primero con un pantalón blanco con textura de bolitas, y después, Titania luce un sexy atuendo rojo de cuero que combina con una peluca del mismo tono. Como Puck, Assira tiene un llamativo leotardo verde y una peluca trenzada que brilla en la obscuridad. El diseño de maquillaje y peluquería que termina por enaltecer cada diseño es de Maricela Estrada.
Los detalles fluorescentes y psicodélicos contribuyen al ambiente como de antro que se vive durante el montaje, pues aunque los personajes estén diciendo diálogos isabelinos (adaptados por Juán José Tagle, Joserra Zuñiga y María Inés Olmedo), se mueven, y bailan, de maneras contemporáneas y con una energía tan contagiosa que el público continuamente los acompaña; siguiéndolos con la mirada, caminando, o bailando. En algún momento alguno de los actores de la compañía teatral dice: ‘Esto no es obra interactiva’, pero ésta realmente lo es.
El movimiento escénico resulta así otro gran valor dentro de Sueño de una Noche de Verano; es trabajo de Vicky Araico, una de las creativas más propositivas de la escena teatral mexicana y quien también estuvo a cargo del movimiento de The Prom y Lobas. Gracias a su visión, los actores de Sueño… suben, bajan, se desplazan, e interactúan de maneras realmente creativas.
No obstante, cabe señalar que este montaje puede resultar cansado para algunos asistentes, pues implica estar parado la mayor parte del tiempo y en continuo movimiento para realmente apreciar el detalle de las acciones que tienen lugar por todo el espacio. Aunque, para quien lo prefiera, existe la opción de reservar mesas con sillas en la parte superior, o solo tomar asiento en una especie de barra de concreto del lado izquierdo del escenario donde algunos optaron por sentarse en nuestra función.
Orquestando cada uno de los elementos: a los actores, los aspectos técnicos y conjugando todo para elevar esta puesta, está la visión del director Juan José Tagle, quien realmente logra fusionar decenas de detalles en una propuesta diferente y dinámica.
“El epílogo de Puck lo llama sin embargo el sueño del público”, apunta el programa de mano, y con razón, pues este Sueño terminará siendo lo que elija la audiencia: movimiento, observación, energía, quietud, participación.
MIO Projects ha definido este proyecto como ‘una experiencia teatral’, y realmente eso resulta: una EXPERIENCIA. Si bien seguirá habiendo quienes disfruten ver montajes clásicos de Shakespeare, siempre se agradecen posibilidades propositivas en las que tanto el elenco, como el público, se lleva algo diferente; su propio sueño.
La obra se presenta miércoles y jueves, hasta el 11 de abril, en Foro La Paz, consulta horarios y precios, aquí.
