Entrevistamos a la directora escénica Luly Rede minutos antes de que iniciara la función de prensa de Diario de un loco. El montaje, que dirige Luly e interpreta Mario Iván Martínez, tiene ya poco más de una década de vida.

Estamos sentados frente al recinto en el que este montaje se estrenó, el Teatro Helénico. Tuve la oportunidad de estar hace una década en el estreno y de volver a ver nuevamente el montaje. La obra, basada en el cuento de Nikolái Gógol, con traducción de su directora, mantiene la esencia hace una década, pero algo ha cambiado. Entonces ya era un montaje potente, hoy se siente que directora y actor están totalmente mimetizados con él, lo respiran. Como nos dice en algún momento de la conversación la Rede, “uno siente que todavía hay mucho que decir con ciertos proyectos”.

Luly Rede es egresada del Instituto Estatal de Teatro de San Petersburgo, Rusia, en donde se especializó en actuación y dirección de escena. Ha dirigido más de 20 montajes, entre ellos Escorial, Bajo el cielo de Leningrado y Van Gogh, un girasol contra el mundo.

“Me apasionó la dirección, todo lo que sucedía alrededor”

La directora inició su carrera como actriz. A partir de ello, al probarse en escena, se fue involucrando y descubriendo ese otro camino. “Me di cuenta que me apasionó la dirección, todo lo que sucedía alrededor, me venían muchas ideas”, dice.

En ese entonces, comparte Rede, no había en México una carrera en dirección, la preparación era empírica, el lenguaje de la dirección se iba entendiendo sobre la práctica, probando cosas. Es en ese momento en que ella decide estudiar dirección de escena. Entonces viaja a la Unión Soviética para realizar estudiar dirección, donde entró en contacto con la escuela rusa de actuación como parte de su formación.

“Yo llegué a la Unión Soviética y salí de Rusia”, destaca. Eran los años del colapso del sistema comunista y la desintegración del bloque soviético. Al regresar a México, “me fui abriendo camino”, rememora la directora. Fue en el Foro la Gruta del Centro Cultural Helénico donde pudo dirigir sus primeros montajes: “El maestro Otto Minera me abrió las puertas y me dio la oportunidad […] mis contemporáneos y yo estábamos alternando. Éramos muy pocos y era muy hermoso el ambiente que se generaba en este espacio”.

“Los autores rusos han sido interesantes y muy ricos, muy vastos”

Hablamos un poco sobre la marca que dejó en ella estudiar en Rusia y su afinidad con los autores de aquel país. No es casual la comprensión que Luly Rede tiene por autores, como en este caso Gógol. El autor ruso de origen ucraniano, dejó una profunda huella que se ha extendido hasta nuestros días. El mismo Fiódor Dostoievski reconocía estas aportaciones al decir: “Todos venimos de El Capote de Gógol”.

Sobre la literatura rusa, nos dice riendo, “inconscientemente me he vuelto su embajadora”. En este sentido, agrega, que la experiencia en la antigua Unión Soviética y posteriormente en Rusia la marcó mucho. “Es mi cuna, creo yo que es mi segunda patria”, confiesa, y agrega que conectó mucho con la ideología, la cultura y el mundo del arte en Rusia: “lo respeto y creo que eso es lo que hizo que yo lo adoptara y me adoptaran”.

Se trata, explica, de lenguajes en los cuales ha encontrado que puede decir mucho con ellos. Si bien reconoce que hay textos mexicanos y latinoamericanos que le gustan y le apasionan, señala que los autores rusos son “interesantes y muy ricos, muy vastos”.

Ha sido un proceso “muy entrañable, muy divertido, muy gozoso”

El diario de un loco abrió la puerta a otras colaboraciones con el actor Mario Iván Martínez, con quien además comparte algo más de la pasión por el teatro. Ambos son primos y a partir del montaje de la obra de Gógol, posteriormente colaboraron en Van Gogh, girasoles contra el mundo y en Un girasol contra el mundo.

Sobre esto, nos dice: “hemos tenido un lenguaje común que nos ha llevado a querer continuar con nuestra labor artística, respeta mucho mi trabajo, yo respeto mucho su trabajo, nos hemos entendido”.

Estas colaboraciones han sido a través de dos personajes que comparten la locura, pero son muy distintos, apunta la directora que “cada uno se ha llevado su tiempo, su estudio”. Se ha tratado, describe, de un proceso “muy entrañable, muy divertido, muy gozoso”.

“Levantar un proyecto cuesta el alma”

Al iniciar su carrera, Luly Rede tuvo que enfrentar distintos retos. Estos retos, reflexiona, siempre se tienen, más en un país como México, en el que “levantar un proyecto cuesta el alma”. Sobre este punto, explica que los apoyos son mínimos y realizar un proyecto siempre es un gran reto.

Otro reto que tuvo al regresar fue: “a modo personal, como mujer, mi llegada acá a México fue muy difícil, muy compleja”. El cuestionamiento era, principalmente, “tú qué vienes a mostrarnos, a enseñarnos, por qué no te quedaste allá”. Sin embargo, la creadora destaca que si bien es complejo abrirse paso, “tu propio trabajo es el que te va abriendo puertas”. Al respecto, señala, “el público ya va reconociendo mi lenguaje teatral”.

Sobre su proceso como directora señala que con cada proyecto se toma su tiempo. “Le dedico demasiado corazón, demasiada alma y tiempo a cada proyecto”, confiesa. Por esta razón, abunda, si bien no genera muchos proyectos en un mismo año, “son profundos y sólidos”.

Tocar puertas y presentar trabajo de calidad

Apunta que, en su caso, ha sentido a veces que la hacen un lado, no por ser mujer, sino por no tener una “generación”. Al respecto explica que al no ser egresada, por ejemplo, de la UNAM o Bellas Artes, no tiene un grupo en el que “encaje”. Sin embargo, destaca que también ha contado con apoyo desde el momento en que llegó: “por parte de Otto Minera, en un un inicio, de las direcciones diversas que ha tenido el Helénico, he tenido un buen apoyo, incluso en festivales donde me han llevado han sido personalidades tanto masculinas como femeninas”.

La directora celebra que sean ya muchas las mujeres en el gremio y en el medio de la dirección. Sin embargo, puntualiza que no es “de la idea de separar” por género, pues considera que nos encontramos en un periodo difícil para todos. Si bien reconoce que tal vez el lugar en donde estás colocado puede facilitar las cosas.

Estos temas, reflexiona, se han ido superando. “En mi caso siento que he tenido el apoyo que me ha tocado. También es estar ahí talacheando, tocando puertas y presentando tu trabajo de calidad, para que eso sea lo que abra puertas.

El panorama del teatro en México

Para la directora el panorama del teatro en México cada año se ve más complicado. En este sentido, destaca la falta de apoyos y una mayor cantidad de personas haciendo teatro. Los proyectos, reitera, muchas veces se tienen que levantar con los propios recursos de los creadores. “Un proyecto termina patrocinando a otro”, explica: “Quisiera que hubiese más instancias, más posibilidades, más concursos, más apoyos financieros privados. Sería maravilloso, y, por supuesto, del Estado. Pero no, al contrario cada año es menos el apoyo”.

Esta situación es “muy triste”, pues provoca que la cultura se quede atrás y se rezague. Por un lado, dificulta levantar proyectos a “los que queremos vivir de esto y consideramos que es nuestro deber y nuestro derecho, nuestra pasión, nuestra vida”. Por el otro lado provoca que las nuevas generaciones empiecen a buscar “otro tipo de escape que no sea precisamente en teatro […] de pronto sí, se está haciendo cada vez más complicado y se va alejando el público.

“Me encanta compartir, a mí misma me gusta seguir aprendiendo día a día”

Sobre sus nuevos proyectos nos comparte Luly Rede que siempre está abierta a generar cosas. “Quiero nuevamente levantar un proyecto que también tenía ahí guardado, que no puedo decir nombre, porque dependerá de los actores”, adelanta.

Asimismo, señala, que desea meter un proyecto a un festival, son cosas, dice, que están guardadas mientras no se consolide, “pero ideas hay muchas y estamos en espera de que puedan ser realizadas”.

En este sentido, nos dice que, como docente, cada proyecto de egreso de sus alumnos es para ella “parte de mi trabajo, de mi alma, de mi corazón y le dedicamos el tiempo de una forma lo más profesional posible.

Rede es la directora de la licenciatura de actuación en la Universidad de Londres y también trabaja en el Centro de Educación Artística (CEA).

Sobre esta faceta, nos dice, que la vida la fue llevando también hacia la docencia. “Me dí cuenta que también es una pasión que llevo, me encanta compartir, a mí misma me gusta seguir aprendiendo día a día” y agrega, “me parto entre la parte de la dirección en el teatro y la docencia.

“Encontrar textos con los que tenga yo algo que decir me hace un ser social”

Para la también traductora y actriz, el teatro tiene muchos significados, los cuales incluyen el poder expresar lo que tiene adentro, así como lo que siente respecto al arte y la cultura. “Para mí van de la mano, encontrar textos con los que tenga yo algo que decir me hace un ser social”, destaca.

En este sentido, agrega, su trabajo va dirigido principalmente para el público que no se dedica al teatro: “Hay mucho que decir, hay mucho que mostrar, hay mucho de qué hablar. Eso es lo que para mí significa el teatro, es encontrar algo que yo pueda expresar a través del texto de alguien más, con mis ideas y mi creación”.

Al cuestionar sobre qué es lo que busca en un texto para montarlo, Rede responde, “no lo busco, yo creo que lo descubro”. Al leer algo, explica, de pronto se presenta una idea sobre lo que desea poner en escena. Esto puede resultar también, dice, de escuchar algo, una frase, una melodía o una música que da ideas y permite visualizar imágenes. “Todo inspira, desde una luz a través del árbol hasta, no sé, una farola que está iluminando un bote de basura, y de pronto ya te dio una idea. Me gusta mucho observar y sacar ideas de la misma vida”, finaliza.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Cortesía Manojo de Ideas.

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