Por Roberto Sosa/ Es el título de la última obra de su gira, una compañía de teatro del norte del país circulaba por una carretera solitaria en medio de la noche. Habían escuchado que por esos caminos aparecían fantasmas, de pronto algo en el camino los hace dar un giro inesperado para no impactarse; el auto se ha averiado. Lo que aparece nada tiene que ver con espíritus, se trata del crimen organizado.
Sobre un escenario los miembros del colectivo una a uno despiertan bajo las prendas de su vestuario, se visten para dar inicio a la representación. Con canciones y bailes cuentan su historia; atravesaron la noche para llegar a su destino, tomaron chelas y visitaron un antro. Se encienden las luces, el ensayo ha terminado, sin embargo falta algo, repiten la escena cuando el auto recorre la carretera antes del incidente. La pesadilla no fue producto de un mal sueño, la vivieron y tal vez nunca la contarán.
Arturo Honorio escribe la dramaturgia inspirado en un hecho verídico, la historia –datos del boletín de prensa- se sitúa en el año 2010 en la frontera chica de Tamaulipas, uno de los estados con más inseguridad en México. El texto de Honorio transita entre el realismo mágico y la tragedia; llena su relato con personajes que nacen en la fantasía para situarlos en un contexto de inseguridad y desapariciones forzadas.
La dirección es del mismo Arturo Honorio, la puesta en escena es un espectáculo muy teatral, se apoya en un elenco que actúa, canta y baila. Los personajes los instala en la ficción teatral para confrontar a los propios actores. Honorio echa mano del meta teatro como un recurso para contar su historia; por momentos el espectador está frente a una representación que transcurre por un hilo muy delgado entre invención y realidad.
Las actuaciones son Penny Pacheco, Carola González Ortiz, Gerardo Daniel Vázquez Ledezma, Pepe Morales y Eduardo Corona. Su trabajo es nivelado, crean y construyen sus personajes desde su propia forma de ver, hacer y sentir el teatro. Cada uno refleja preparación y compromiso con su profesión; hay entrega y disposición. Su labor crea la atmósfera y el ámbito que se percibe en un grupo de jóvenes actores dentro y fuera de la ficción.
En esta tierra de bastardos es teatro que nos pone frente a un suceso real -lo que más duele-, condiciones que siguen lastimando y rompiendo el tejido social. Hiere saber que sigan las desapariciones forzadas y la impunidad que las rodea. Es una historia con dos lecturas, un suceso verídico y la representación de forma ficticia. Una parábola que dialoga con la historia, articulada dentro de las convenciones del teatro. El espectador podrá ver una obra bien montada, bien lograda.
Cabe señalar que la puesta en escena forma parte de la trilogía “Cartografía del Olvido”, proyecto de Arturo Honorio. Designio con el cual este creador busca concientizar y reflexionar sobre la inseguridad que se vive en muchos estados que conforman este país. En México no podemos ni debemos acostumbrarnos a ver y escuchar sobre desapariciones forzadas. El teatro siempre lo habrá de señalar.
El equipo creativo: iluminación, Tania Rodríguez; diseño de espacio, Tania Rodríguez y Arturo Honorio; diseño sonoro, Salev Setra y Arturo Honorio; música original, Salev Setra. Producción, Norte-Sur Teatro Fronterizo.
La obra se presenta sábados y domingos, hasta el 4 de febrero en el Foro Shakespeare, consulta horarios y precios, aquí.
