Después de una década de haber estrenado su montaje de  Diario de un loco, Mario Iván Martínez vuelve al Teatro Helénico con esta obra. El texto, basado en el cuento de Nicolái Gógol, fue traducido y dirigido por Luly Rede.

Muchos años han pasado desde que el actor iniciara este proyecto, y hoy se siente más maduro el montaje. La primera versión era sólida y bien lograda. Hoy mantiene las características iniciales, pero se siente, por decirlo de alguna manera, “más orgánica”; tiene una dinámica e intensidad que se disfrutan de principio a fin.

Durante más de 20 años fue tradicional la interpretación que Carlos Ancira hizo de este personaje, ahora el actor Mario Iván Martínez ha tomado la estafeta desde hace una década. Mario Iván se ve cómodo en el personaje Aksenti Ivanovich Poprishchin. Hace suyo todo el escenario y lo recorre incansablemente. Obsesivamente, prestando su ser al personaje.

En una de esas afortunadas coincidencias que nos da la vida y que nos da el teatro, el personaje lleva el patronímico del actor, Iván e Ivanovich están sobre el escenario. El personaje surge del actor, es su creación, es – de cierta manera – su hijo.

Aquí te damos tres razones por las que debes ver Diario de un Loco.

1. Un texto que dejó huella. Las historias imaginadas por Nikolái Gógol dejaron huella en la literatura. Desde autores como el ruso Fiódor Dostoievski hasta el mexicano Sergio Pitol reconocían la potencia del autor. Diario de un loco no es la excepción. Se trata de un texto que sigue conectando con la audiencia porque toca temas que aún hoy son vigentes, como la alienación mental y la alienación social.

2. Dirección, actuación y trabajo creativo son una perfecta unidad. Los años han hecho bien a este montaje. En primera instancia uno sabe que está ante la misma propuesta de hace una década, sin embargo, algo – o mejor dicho todo – se siente más fuerte, más sólido, más compenetrado. Cada elemento sobre el escenario son parte de un todo.

3. Un trabajo actoral disciplinado y profundo. Mario Iván Martínez ha hecho suyo este personaje. El trabajo del actor en este unipersonal va más allá de una construcción del personaje a través del texto. Invirtió tiempo en conocer y convivir con pacientes con padecimientos mentales, para entenderlos y meterse en su piel. En el escenario Mario Iván, canta, baila y se desespera como el personaje de esta historia.

El equipo creativo de Diario de un loco está integrado por Edyta Rzewuzka en la escenografía; Luly Rede y Matías Gorlero en la iluminación; Omar González creó la música original; el vestuario y la producción es del propio Mario Iván Martínez, quien junto con Luly Rede realizó también la adaptación.

Para más Información del montaje haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado,  Foto: Cortesía Manojo de Ideas.

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