Este martes se realizó el conversatorio Producción teatral: ¿compromiso, harakiri, apostolado o negociazo? El evento fue organizado por Mejor Teatro en colaboración con la revista Paso de Gato. Además, se presentó el número 93 de la revista, en el cual se incluyó un dosier dedicado a la trayectoria del productor Morris Gilbert.

En el panel participaron Susana Alexander, actriz, directora y productora; Julieta González, de OCESA y productora asociada de Anastasia; Mariana Garza, actriz, cantante y productora; Jimena Saltiel, directora de Once Once Producciones y fundadora del Colegio de Productores; Juan Meliá, director de Teatro UNAM; Daniel Miranda, coordinador nacional de Teatro; Jaime Chabaud, dramaturgo y director de la revista Paso de gato; Daniel Delgado, de Playhouse Entertainment; David Cuevas, Vatru Entertainment; Juan Torres, productor; y Morris Gilbert, director de MejorTeatro y productor asociado de Anastasia.

El moderador del conversatorio fue Poncho Vera. Durante esta conversación se abordaron diversos aspectos de la amplia y variada función que tiene una productora o un productor teatral.

La maestra Susana Alexander destacó que una productora o un productor teatral no solamente pone el dinero. Entre sus funciones está escoger una obra, pensando en que le interesará al público, además de tomar decisiones respecto al escenógrafo, la música, la elección de elenco, quien dirigirá el montaje, entre muchas otras cosas. El productor, dijo, “es el que tiene que poner la cara para todo, no nada más puso el dinero, puso la responsabilidad de todo lo que suceda arriba del escenario y abajo también”.

En este sentido, Morris Gilbert agregó que existe confusión sobre lo que es un productor. Esto, consideró, viene de la cultura estadounidense, en donde, por ejemplo, en los Tony cuando los productores suben a recibir un premio son “como 200”. La confusión es que más que productores se trata de inversionistas. Los inversionistas, agregó, son importantísimos, pero no realizan la labor de un productor. En México, acotó, los productores tienen que funcionar también como inversionistas.

Julieta González, al explicar las diferencias entre un productor, productor asociado y productor ejecutivo, coincidió con Morris Gilbert en que son títulos que provienen del teatro estadounidense. Generalmente el productor asociado, en una producción en Estados Unidos, es quien pone en conjunto a los otros productores que dan dinero y coordina todas estas partes que un productor hace en México. En México un productor asociado, explicó, es cuando no puedes todavía llevar el título de productor, “es como un pasito debajo en donde estás haciendo la misma chamba, pero hay alguien que tiene mucho más experiencia que tú y tiene mucho más tiempo que tú haciéndolo, y está más cercano a esa consecución del dinero, sea con una empresa, o sea porque fue a buscar a instituciones. Digamos que es como un pasito antes de llegar a ser el productor”.

Por su parte, Daniel Delgado, explicó que un productor ejecutivo tiene que ver un poco con la responsabilidad del montaje. El productor en sí, dijo, tiene que ver con la responsabilidad, tiene la responsabilidad del dinero, de pagarle a todo el mundo. Se trata de “la responsabilidad arriba del escenario, hay accidentes, puede haber cualquier cosa, sobre todo en musicales, donde pasan muchas cosas”. Finalmente, dijo, tiene que ver con ese grado de responsabilidad de estar a cargo es la diferencia en todos los aspectos. El productor ejecutivo, abundó, tiene la responsabilidad de llevar a cabo el día a día de un montaje.

Jimena Saltiel abundó que estas confusiones han hecho mucho daño, porque en realidad muchos artistas son auto gestivos y se auto producen, sin embargo, no se “ponen el sombrero de productor, no se ponen el liderazgo de productor, porque nadie les ha dicho que eso es producir”. Los productores y los productores asociados tienen la responsabilidad legal y económica de un proyecto, mientras que los productores ejecutivos “ejecutan, resuelven y son piezas clave importantísima, pero no tienen por qué cargar con responsabilidades que normalmente se les asignan”.

Mariana Garza habló sobre la importancia de aprender observando a gente como Morris y Susana Alexander. Aprender a producir en México, agregó, es muchas veces a través de prueba y error, “sin saber muchas veces cómo, pero teniendo bien claro el por qué es que he podido junto con Pablo (Perroni) abrir estos espacios”.

En este sentido, Juan Torres comentó que producir teatro es además locura, amor, vocación y pasión. Finalmente, los que estamos aquí, dijo, nos mueve el amor por esto. Como productor, explicó , está involucrado en todo lo que tiene que ver con su obra. “Yo me involucro en todo, porque me fascina el teatro, es mi pasión”, puntualizó.

Juan Meliá destacó que en la edición 93 de Paso de Gato encontrarán por que personas como Mariana Garza y Juan Torres se enamoraron del teatro por personas como Morris Gilbert. Además, habló de las responsabilidades que tienen las instancias públicas, la primera de ellas las políticas públicas. Éstas pasan, destacó, por leer cómo está la situación y actuar ante ella. Otra de sus obligaciones es la producción teatral, no solamente programar. Finalmente, dijo, las instituciones públicas tienen la obligación de analizar la situación. Sobre este punto, explicó, el teatro mexicano es un modelo de modelos, en este sentido, dijo, tanto el teatro comercial y el cultural son teatro mexicano.

Habló sobre la aportación de recursos económicos a las producciones por parte de los espacios escénicos, lo cual solamente ocurre en el 18% de los casos. Esto, reflexionó, coloca a los espacios escénicos principalmente como programadores y no como productores. Solamente el 13% de los espacios aportó recursos para el pago de creativos. Agregó que, según datos del INEGI; tan solo el 8.5% dela población asistió al teatro durante el último año. Esto plantea un reto colectivo y significa que los productores teatrales “hacen milagros”.

Daniel Miranda destacó los acercamientos como el conversatorio, en los cuales se trata de centrar el diálogo en las convergencias y lo que tienen en común todas las personas que hacen teatro. Sobre las instituciones, el coordinador nacional de Teatro agregó que se trata de un tema de derechos. Las instituciones públicas “somos objetos obligados de facilitar que las personas tengan derecho a la cultura, al teatro”, afirmó. Para ello, agregó, se utilizan diferentes elementos del aparato de las instituciones para fomentar ese derecho: estímulos a la creación, procesos de formación profesional, producción teatral, gestión de la infraestructura cultural.

Jaime Chabaud expresó que llevaba varios años pendiente esta edición de Paso de Gato dedicada al productor Morris Gilbert. El tema que abordó el dramaturgo fue la producción de teatro comunitario. Al respecto, narró su paso del teatro institucional hacia el teatro comunitario. Mulato Teatro, su compañía, es pionera en hablar sobre los temas de la afro descendencia en México. Al respecto destacó que el teatro comunitario es teatro para público real, en el cual no hay un solo teatrero en las butacas. Esto habla de que es una forma de crear públicos y acercarlos al teatro, “estamos trabajando para ese 91.5% (…) que es la población que nunca ha entrado a un teatro, y es maravilloso”.

El teatro comunitario cambia vidas, dijo. En este sentido, compartió la impresión que provoca sacar la voz a los actores comunitarios y lograr que conecten las miradas. “Descubrimos que llevan 500 años negándoles la voz a nuestros campesinos y a la gente de ese México bárbaro que todavía está ahí, ver cómo evolucionan y de pronto los escuchas a dos cuadras”, es la mejor inversión.

Chabaud, en este sentido, destacó que lo que le hace falta al teatro es “subir ese índice del 8.5% a un 15, a un 20, a un 30. Que la población, el pueblo mexicano pueda acceder a los bienes culturales, sean estos de la especie que sean”.

David Cuevas profundizó en el tema y consideró que es necesario hacer algo, toda la comunidad, para poner los ojos ahí. “Ahí es donde se gestan los cambios de vida, donde los temas que se tocan, la gente que participa hace grandes equipos que se auto gestionan, con el apoyo o sin el apoyo, y eso es muy importante”, dijo. Al respecto, compartió, ha visto como niños y mujeres abusadas, personas que carecen de muchas cosas, “el teatro les ha cambiado la vida, les ha tocado el alma”.

Sobre este tema, Morris Gilbert expresó que el acceso al teatro, en un país como el nuestro, no solamente es un derecho sino es una necesidad. La violencia y los horrores que vemos día a día, consideró, son por falta de cultura. “Lo que nos cambia es la cultura, a partir de que el nivel de cultura en las personas se eleva, baja la barbarie. El teatro es el antídoto perfecto para la barbarie”, subrayó.

Al hablar sobre el teatro como negocio, Jimena Saltiel señaló que se produce por amor al teatro. Al respecto explicó que tal vez sería un buen negocio si se logra un éxito en taquilla y después de ello se retira el productor, “pero eso no pasa nunca, reincidimos”.

La productora lo resumió de esta manera: “No conozco a un solo productor o una productora que lo haga por negocio. Que busca la estabilidad seguro, que busca vivir de hacer teatro sin duda, que busca generar condiciones que permitan a otros vivir también del teatro, sin duda, pero solo por negocio, no podemos, nos dedicaríamos a otra cosa”.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Foto: Cortesía Mejor Teatro.

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