Por Kerim Martínez/ En el amplio panorama de la literatura, el cine y el teatro, algunas historias tienen su origen en la pura imaginación de sus autores, mientras que otras surgen de experiencias profundamente arraigadas en la piel (y en el interior) de quienes sostienen la pluma.
No todo lo vivido merece ser contado, pero cuando se tropieza con esas vivencias que, de alguna manera, han dejado una marca indeleble en la persona, se presenta la oportunidad de compartir con los demás aquello que se creía quedaría guardado para siempre.
En la actualidad, la obra Palabras Rendidas se encuentra en cartelera, bajo la dirección de Eduardo Saíd, quien regresa al mundo del teatro después de una ausencia de casi seis años dedicado a otros proyectos. La génesis de este interesante montaje tuvo lugar cuando Saíd convocó a varios actores que habían participado en sus talleres artísticos, centrados en el proceso dramatúrgico “write your story” de la Técnica Travis, con el propósito de concebir una nueva puesta en escena.
Cinco actrices asistieron con entusiasmo, decididas a compartir algunas confesiones que pensaron que nunca se atreverían a revelar. La sorpresa de Saíd fue enorme al descubrir que, a pesar de que estas cinco historias surgían de experiencias diferentes, parecían estar conectadas por una sola voz, formando así un relato poderosamente unificado y sincero, con un amplio potencial para ser representado.
El reparto está conformado por Natasha Cubría, Sandra Coria, Sally Lessig, Wania Rangel, Fernanda F. Valenzuela y Marisa de Alba (quien alterna funciones). El escenario es minimalista, ahí se encuentran únicamente cinco sillas de madera de color beige que las actrices manejan con destreza. Esto evita que la puesta en escena resulte estática y ayuda a los espectadores a determinar a quién deben prestar atención en cada momento. Por supuesto, lo anterior se ve realzado por el preciso y puntual diseño de iluminación de Carmen Ceja.
A pesar de que la distancia entre el público y las actrices no es considerable, el director optó por equipar a las intérpretes con micrófonos inalámbricos. Esto se hizo con la intención de no comprometer la intimidad con la que relatan sus historias y permitir que la audiencia escuche con atención (y cierta dosis de curiosidad) cada palabra de lo que estas mujeres han decidido confesar en esa noche. Cabe mencionar que la calidad del sonido es impecable.
El tono de la obra recuerda en cierta medida a la película Diez Historias Cortas de Amor (2001) de Rodrigo García, donde cada actriz se dirige a la cámara a través de monólogos, creando una sensación de profunda proximidad. La diferencia con Palabras Rendidas radica en que aquí los monólogos se entrelazan constantemente, generando intrigantes momentos de suspense.
El encargado de unir las experiencias de las actrices y desempeñar el rol de dramaturgo fue Eduardo Saíd, con la asesoría literaria de Itzia Pintado. Cada historia resulta igualmente interesante, y todas se complementan para recordar al espectador que todos los presentes comparten la experiencia de ser simplemente seres humanos con sus propios defectos y virtudes.
La actuación de las cinco mujeres resulta entrañable y convincente. Se aprecia el compromiso, la conexión entre ellas y el deseo de ser vistas y escuchadas por otros desconocidos en este emotivo viaje (que afortunadamente nunca cae en el melodrama tradicional). Destaca la actuación de Natasha Cubría, quien, a pesar de su juventud, posee una indiscutible presencia escénica, mostrándose segura en todo momento y dotando a cada parlamento de madurez y una extrema sensibilidad.
La obra aborda una amplia variedad de temas, incluyendo la maternidad, la culpa, la soledad, entre otros. Sin embargo, vale la pena que el espectador los descubra durante la experiencia teatral en lugar de que sean revelados en una reseña como ésta, ya que cualquier detalle adicional podría considerarse un spoiler y afectar la experiencia.
Para llevar a cabo este montaje, el director y su equipo realizaron una convocatoria entre su círculo más cercano y confiable, lo que permitió financiar la obra. En el programa de mano, se puede ver una lista con el nombre de todas las personas que confiaron en el proyecto y que contribuyeron a que la obra se encuentre actualmente en cartelera, con una temporada inicial de diez funciones.
Palabras Rendidas invita al espectador a descubrir que en este mundo todos tenemos perspectivas distintas ante la vida y ninguna es la correcta, pero todas pueden coexistir en armonía con esfuerzo y buenas intenciones. Se trata de un espectáculo íntimo, sincero, elegante, sutil, cercano y valiente, con una duración de ochenta minutos. Esta obra puede motivar a las personas a liberarse y expresar lo que nunca han podido por temor a las consecuencias.
Es un proyecto conformado por cinco talentosas actrices y un director que han buscado sanar a través del teatro, con la esperanza de que su audiencia también pueda encontrar sanación en el proceso. ¿Qué tendría de malo mostrarse vulnerable?
La obra se presenta de los sabádos hasta el 28 de octubre y del 6 al 27 de noviembre cambia a los lunes en El Círculo Teatral, consulta horarios y precios, aquí.
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