Por Mariana Mijares/ Una alumna y un maestro se enfrentan en Oleanna, de David Mamet, uno de los dramaturgos estadounidenses más relevantes de la escena contemporánea y quien estrenara esta obra en 1992.
Originalmente, el autor señala como protagonistas a un maestro y a una alumna, pero esta es la primera vez que el texto -originalmente escrito para una actriz y un actor- se presenta con dos mujeres.
La maestra es interpretada por Mónica Dionne, quien fue la estudiante en la primera producción de este texto que se hizo en México en 1994, y la alumna por Ana Mancera, que también tradujo el texto y produjo el montaje. Están dirigidas por la actriz Naian Norvind, en su primera aventura como directora.
En su interpretación como Juana, Dionne inicia de manera calmada y tranquila, dispuesta a escuchar las dudas de la alumna, quien dice no haber entendido la tarea.
“Solo intenté hacer lo que me pidió. Lo mejor que pude”, se queja Karen, la joven que remarca no haber entendido el libro de la maestra y quien “no puede reprobar”.
En contraste con su profesora, la estudiante se muestra nerviosa, insegura, titubeante e incómoda. Juana, paciente, se muestra dispuesta a escucharla, a ayudarla, incluso cuando ya no es tiempo de clase y tiene otros compromisos.
“¿Por qué se quedó?“, le pregunta más tarde Karen.
“Porque me agradas”, le responde su maestra, lo que, quizá, da inicio a una serie de malentendidos.
Hacia la mitad de la obra, y después de muchas conversaciones en donde cada una ha defendido sus puntos de vista, los roles se han invertido. Karen tiene ahora el poder luego de haber denunciado a la maestra por acoso. Aunque Juana intentó defenderse y rebatirlo, el comité universitario no le cree. No obstante, prevalece la pregunta, ¿realmente hubo un acoso?
Oleanna es la segunda producción de Casa Spanda, que en el 2021 debutó como casa productora con Esto no es Hedda Gabler, bajo la dirección de Cristian Magaloni. Este trabajo no cuenta con mucha escenografía, solo lo mínimo indispensable, sillas y un escritorio. La iluminación, que incluye un marco de una puerta, es de Josafat Aguilar.
Norvind ha señalado haber tomado como referente Tár, cinta en la que Cate Blanchet da vida a una directora de orquesta que se aprovecha de su poder para seducir a jóvenes que la admiran; en contraste, en este montaje la maestra nunca se muestra como una ‘depredadora’, y realmente nunca se evidencia un acoso, sino solo la incapacidad de dos personas para comunicarse.
Sin embargo, cambiar el género al personaje del profesor sí le da un nuevo sentido a la obra de Mamet, manteniéndola relevante, y quizá, más que nunca, ante una nueva generación de jóvenes denominados ‘de cristal’ en donde las sensibilidades están al mil por ciento. Hoy en día, los maestros hablan continuamente de lo difícil que es intentar enseñar a jóvenes que no quieren escuchar, que se quejan del exceso de trabajo, a quienes no se les puede gritar, hablar firme, y en muchos casos, ni reprobar. Estamos en un momento en donde cualquier acción de un maestro, -como en este caso, tocar a una alumna del hombro-, puede ser totalmente volteada en su contra.
En Oleanna se muestran las perspectivas, y las ideas tanto de Juana como de Karen. No obstante, en la realidad parecería que ahora la balanza se inclina más hacia los alumnos, con padres sobreprotectores y sensibilidades a flor de piel. El panorama educativo nunca ha sido fácil, pero verdaderamente ahora los maestros la tienen más difícil con jóvenes dispuestos a devorarlos en la menor provocación.
Sin duda este es un trabajo que fomenta la discusión en torno al acoso, al sistema educativo y hasta el movimiento #MeToo, pues cada una de las partes, alumna y maestra, tienen dos puntos de vista que pueden ser válidos, pero que se contraponen. Como espectadores, cada quien interpretará su realidad.
La obra se presenta lunes y martes, hasta el 26 de diciembre, en el Foro Lucerna del Teatro Milán, consulta horarios y precios, aquí.
