Al atravesar sobre el puente peatonal sobre la recta del Autódromo Hermanos Rodríguez, justo antes de llegar a la curva, se va mostrando ante la mirada  la casa de los Diablos Rojos de México

El complejo arquitectónico, diseñado por  Alonso de Garay y Francisco González Pulido, se levanta donde antes habían canchas para diversos deportes. El estadio se nos muestra en toda su magnitud conforme nos vamos acercando a él. Se trata del estadio de una franquicia profesional más joven en la Ciudad de México. Inaugurado en el 2019 cuenta con todas las comodidades, la tecnología y la sustentabilidad que un estadio de siglo XXI nos puede ofrecer. 

Rodeado por una reja perimetral de acero oxidado, creada por el maestro Francisco Toledo para abrazar esta construcción, en su interior conviven esculturas y murales de artistas como Demián Flores, José Luis Gracía, Sergio Hernández y Amador Montes.

En el Estadio Alfredo Harp Helú conviven el deporte y el arte. Este sitio es ideal para hablar con la compañía Puño de Tierra sobre la próxima temporada de su obra Bolita por favor, que el 4 de noviembre iniciará funciones en el Teatro El Galeón Abraham Oceransky del Centro Cultural del Bosque.

El montaje habla sobre un equipo de niñas que juegan béisbol y un día se encuentran que han clausurado el parque donde acostumbran jugar; en el sitio se construye un centro comercial, ante lo cual deciden dar la batalla para recuperar su espacio

La vigilancia del recinto, acostumbrada a facilitar a los aficionados de los Diablos que asisten a ver a su equipo, no sabe bien a bien por dónde dar acceso a una fuente periodística distinta a la deportiva. Nos piden a un grupo de reporteros que entremos a través de la impresionante explanada del estadio, otra guardia nos recibe ahí, y nos conduce, de vuelta al sitio que veníamos, pero esta vez por debajo del estacionamiento del estadio. 

Llegamos a la sala de usos múltiples del Harp Helú, afuera nos recibe Valentina Sierra, Fernando Bonilla, Paulina Bringas y Daniela Luque, que platican frente a los camiones que transportan a la novena capitalina.

La convocatoria que tiene en esta ocasión Puño de Tierra es grande, medios deportivos y culturales estamos juntos -como pocas veces- bajo un mismo techo. Entre el béisbol y el teatro hay muchas similitudes; el cronista deportivo estadounidense Ernie Harwell decía que  “El béisbol es ballet sin música, drama sin palabras”. Una analogía perfecta hoy que estamos en el también llamado “antesala del infierno” para platicar de teatro. 

La directora y dramaturga, Valentina Sierra, habla sobre la pérdida de los espacios públicos. Narra cómo ella creció jugando en la calle y en el parque sin problemas. Al respecto, recuerda: “Yo iba al estadio de béisbol a ver jugar a los Diablos, y de pronto ese estadio desapareció y se convirtió en un centro comercial. Fui perdiendo mis espacios públicos, de pronto ya no hay lugar para jugar. El edificio donde vives no se puede gritar, no se puede correr”. 

En este sentido, considera, que ella fue parte de una generación que vivió ese cambio. La generación que fue testigo de cómo, de poder salir a jugar y vivir los espacios públicos, pasó a no poder salir, “de pronto lo que le queda a las niñas y los niños es el consumo, ir a un centro comercial”, dijo. 

Esta obra, afirma en broma la autora, “es mi venganza poética”. Narrar esta historia de un grupo de niñas defendiendo su espacio a través de la desobediencia civil, confiesa, “es muy gratificante”. Sobre este destaca que es importante: “Hablarle a las niñas y los niños de que se vale desobedecer cuando una regla es injusta, cuando la autoridad es sorda”. 

La dramaturga aprovecha para dedicar esta temporada a Tenzing Ortega, iluminador del montaje y quien murió hace unos meses. Esta temporada, dijo, es para él porque “ha iluminado mi vida y mi escena”.

El béisbol apasiona, tiene la magia de lo impredecible. “El juego no se acaba hasta que se termina”, es una frase acuñada por Yogi Becerra, catcher de los Yankees de Nueva York y nos habla de la naturaleza sorpresiva de este deporte, y de nunca bajar los brazos. 

Fernando Bonilla es un apasionado del “Rey de los deportes”. Inicia su participación con una frase lapidaria, digna de un pelotero o un cronista del deporte: “En México se juega mejor béisbol que fútbol y en México se hace mejor teatro que televisión. Curiosamente, para ambas disciplinas,atávicamente ha sido  complicado romper ese cerco mediático”. 

Estas dos disciplinas, nos dice el también director y dramaturgo, son las dos pasiones de su vida. Una profesionalmente, señala, “la otra es el único espacio que siento que tengo en que soy un fanático”. “Siempre trato de convencer a mis amigos beisbolistas de ir al teatro y a mis amigos teatreros de ir al béisbol, y no es tan fácil, y creo que esta obra ha sido y seguirá siendo un buen puente”. 

Sobre la temática del montaje abunda: “El ocio es un derecho revolucionario, y es vital para las infancias, nos corresponde a las personas adultas protegerlo” y visibilizar esta lucha.

Sergio Bonilla destaca que Valentina Sierra siempre le ha parecido una de las mejores directoras de su generación en México. y coincide con Fernando: “Hace falta sacudirnos el adultocentrismo y ponerle atención a los niños, eso es algo que también subraya la obra”. 

Tener estos espacios públicos – ya sea un centro teatral como el Centro Cultural del Bosque o un lugar como el Estadio Harp Helú – genera comunidad, un sentido de pertenencia. Son lugares donde uno se puede sentir “en casa”, es una emoción que se expresa en lo que señala Fernando Bonilla al hablar sobre el sitio en el que nos encontramos y que nos abrió sus puertas: “Yo soy un aficionado a los Diablos Rojos desde muy pequeño, y también para mí ha sido un sueño como aficionado la construcción de este estadio”.

Gabriela Murray, nos dice que es emocionante volver con esta obra. El proceso de montaje y el estreno se dio todavía durante la pandemia, ahora, poder presentarse con público, sin tapaboca, viendo su rostro, la llena de alegría por esa necesidad “que tenemos los autores de respuesta del público”. 

Por su parte, Daniela Luque, destaca que ha sido un regalo trabajar con puño de tierra, “me encanta la obra, me divierto muchísimo”. Sobre esto nos dice que este llamado a la infancia lo disfruta mucho, es hermoso ver cómo -ante la obra- se sienten en su propio espacio. Finalmente Paulina Bringas se dijo emocionada de  integrarse al elenco de la obra y poder hacer teatro infantil, pues así se enamoró del teatro. Del elenco de la obra, no pudo estar presente en la cita Valeria Fabbri.

Daniel Miranda, coordinador Nacional de Teatro del INBAL, al darnos la bienvenida. Habla sobre lo refrescante de salir a una presentación de una obra a un sitio diferente, y “respirar este aire del deporte”. Miranda destaca que “el teatro, el deporte, particularmente el béisbol, tienen un vínculo que está trazado de una manera muy natural. Las personas, especialmente los niños, tienen derecho a ambas cosas, al teatro y tienen derecho al deporte”.

Se trata, dice el funcionario, de una obra que reúne cosas relevantes, como el derecho de las infancias al teatro y a ejercer sus derechos culturales. “Pero también con un elemento clave de esta puesta en escena, que es la defensa del espacio público, del espacio de esparcimiento”, subrayó. En este sentido, consideró: “El vehículo a través del cual se lleva, que es el teatro, y el tema a través del cual se trata, que es el béisbol, me parece que es una mezcla provechosa, muy productiva, muy placentera, muy disfrutable”.

Anelvi Rivera, subdirectora de Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes, señaló que es emocionante y gratificante que esta obra forme parte de la programación de la Coordinación Nacional de Teatro. “En esta obra las protagonistas son niñas, que hacen deporte, y hacen béisbol. Es muy importante también esta posibilidad”, dijo, y agregó, “ponerlo aquí en el escenario y compartirlo así nos parece muy interesante y muy divertido”.

En la conferencia de prensa hay un ambiente beisbolero, el olor a palomitas de maíz que nos ofrecen nuestros anfitriones llena el aire. Al terminar la conferencia de prensa realizamos un recorrido por las instalaciones del estadio para conocer estas instalaciones que pueden alojar a 20 mil aficionados cómodamente. En la cuál se hizo historia este año, al tener por primera ocasión un juego oficial de la MLB. El cual reúne motivos del México prehispánico y el México moderno.

Antes de dirigirnos al Museo Diablos Rojos,una historia incomparable que se encuentra en el interior del estadio, nos enteramos de impresionantes datos de esta construcción. Como, por ejemplo, que la icónica cubierta del estadio, realizada en fibra de vidrio y teflón, mide más de 15 mil metros cuadrados y pesa más de 5 mil toneladas. 

Terminamos la jornada en el museo, en el cual nos sumergimos en obras de arte, la mayoría de ellas de artistas oaxaqueños y que tiene temática beisbolera, y en los 83 años de historia de los Diablos Rojos de México, la franquicia deportiva profesional más ganadora en el país, con 16 títulos de la Liga Mexicana de béisbol.

Para más información de Bolita por favor, haz clic aquí.

 

Por Óscar Ramírez Maldonado, Fotos: Cartelera de Teatro.

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